Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 079-098)por Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7011-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En este mensaje abarcaremos más símbolos del Espíritu hallados en el Nuevo Testamento.
Romanos 8:23 se refiere a las primicias del Espíritu. Estas primicias no son los primeros frutos producidos por el Espíritu. Las primicias del Espíritu son simplemente el Espíritu mismo como primicias de la cosecha venidera respecto a todo lo que Dios es para nosotros. En la actualidad disfrutamos al Espíritu como anticipo de la plena bendición que vendrá. El Espíritu es un anticipo de Dios mismo para nuestro disfrute. Por tanto, tener las primicias del Espíritu es disfrutar al Espíritu como primicias.
Las primicias del Espíritu son para nuestro disfrute; son un anticipo de la cosecha venidera. Estas primicias son el Espíritu Santo en calidad de muestra del pleno sabor de Dios como disfrute de todo lo que Dios es para nosotros. Dios representa tanto para nosotros. El pleno sabor vendrá el día de gloria; no obstante, antes de que tengamos el pleno sabor, Dios nos ha dado un anticipo en la actualidad. Este anticipo es el Espíritu divino como primicias de la cosecha, en la cual disfrutaremos plenamente todo lo que Él es para nosotros.
El Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— se nos dio para nuestro disfrute. A la postre, entraremos en el pleno disfrute del Dios Triuno. Para el presente, Dios nos ha dado el don del Espíritu como primicias a manera de primera degustación lo que constituirá nuestra herencia divina, la cual es el Dios Triuno. Esta primera degustación es la garantía de que tendremos el pleno sabor.
En 1 Corintios 10:1-2 el Espíritu es simbolizado por la nube: “Todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos para con Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar”. El versículo 1 dice que nuestros padres “estuvieron bajo la nube”. La nube que cubría a los hijos de Israel tipifica al Espíritu de Dios, quien está con los creyentes neotestamentarios. Inmediatamente después que estos creyentes toman a Cristo como su Pascua (5:7), el Espíritu de Dios viene para estar con ellos y guiarlos a correr la carrera cristiana, así como la columna de nube vino para estar con los hijos de Israel y guiarlos (Éx. 13:21-22; 14:19-20).
En 1 Corintios 10:2 se nos habla de ser bautizados “en la nube”, lo cual significa “en el Espíritu”. Cuando fuimos bautizados, fuimos bautizados en el Espíritu. En un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo (12:13).
La nube, que trajo la presencia de Dios a Su pueblo, también se apareció cuando los hijos de Israel se reunieron en torno al monte Sinaí (Éx. 19:9, 16) y cuando el tabernáculo fue erigido (40:34-38). La nube en Éxodo 19 indica que Dios el Espíritu se aparecía para dar sombra al área donde Su pueblo se había reunido a fin de recibir la revelación celestial. Después, en Éxodo 40 la nube brindó sombra al tabernáculo, cubriéndolo; esto indica que el Dios Triuno se apareció a Su pueblo, llegó a ellos y fue aplicado a ellos. En la actualidad, en la vida de iglesia nosotros también debemos permitir que el Espíritu como nube nos brinde sombra y cobertura.
Según la Biblia, hay fuego en la nube (v. 38); esto indica que cuando somos cubiertos por el Espíritu, somos iluminados por Él. El Espíritu nos da luz por la cual andamos. Éste es el Espíritu como nube.
En 1 Corintios 10:4 se nos dice: “Todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. Aquí la bebida espiritual se refiere al agua viva que brotó de la roca hendida (Éx. 17:6), agua que tipifica al Espíritu como nuestra bebida todo-inclusiva (Jn. 7:37-39; 1 Co. 12:13). El Espíritu, según está simbolizado por la bebida espiritual, es el máximo fruto del Dios Triuno. Esta bebida apaga nuestra sed y satisface nuestro ser. En nuestra vida cristiana todos debemos beber la misma bebida espiritual; no debiéramos beber de ninguna otra cosa, sino únicamente del Espíritu todo-inclusivo.
En Hebreos 1:9; Mateo 25:3-4, 8-9 y Lucas 10:34 el Espíritu de Dios está simbolizado por el aceite. El aceite es simplemente un solo elemento y, como tal, simboliza que el Espíritu de Dios estaba constituido meramente del elemento de la divinidad. Es con este Espíritu que Dios ungió a Cristo.
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