Economía de Dios, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-536-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-87083-536-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
En todos los mensajes que doy aquí, mi carga es compartir con ustedes un poco acerca de la economía de Dios. Leamos 1 Timoteo capítulo uno, versículos 3 al 7: “...que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios (gr. la economía de Dios) que es por fe; así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose (gr. errando el blanco) algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley...”
Estos versículos contienen dos frases muy importantes como se indica en griego, el idioma original del Nuevo Testamento: “la economía de Dios” y “errando el blanco”. Dios escogió al apóstol Pablo para que tuviera la responsabilidad de la economía de Dios, y Pablo entrenó en esta economía a Timoteo, su hijo espiritual. Es muy interesante notar que la epístola de Pablo a Timoteo fue escrita en un tiempo en que muchos cristianos se habían desviado de la senda original. Habían errado el blanco central de la economía de Dios y estaban prestando atención a otras cosas.
Según la historia, dos elementos predominantes distraían de la senda correcta a los primeros cristianos: el judaísmo y el gnosticismo. Tanto los judaizantes con sus doctrinas y formas religiosas como los gnósticos con sus filosofías disuadían a los cristianos de seguir al Señor en el camino de la economía de Dios. Al parecer, los buenos elementos del judaísmo y del gnosticismo eran lo que desviaba a estos primeros cristianos. Si estos elementos no fueran comparativamente buenos, no habrían podido prevalecer lo suficiente como para hacer que los creyentes erraran el blanco de la economía de Dios. Por ejemplo, los judaizantes enfatizaban firmemente la Ley mosaica del Antiguo Testamento. Ciertamente, la Ley no tenía nada de malo. Al contrario, era indudablemente correcta y buena, y había sido dada directamente por Dios mismo. Pero la Ley en sí no estaba relacionada con el centro de la economía de Dios. El gnosticismo, desde el punto de vista humano, también tenía sus buenos principios. De hecho, fue una de las mejores invenciones de la civilización humana y en cierto modo ayudaba a los paganos. Sin embargo, los gnósticos trataron de introducir en la iglesia su filosofía, distrayendo así del centro de la economía de Dios a los primeros cristianos.
Hoy día, aunque no hay judaizantes ni gnósticos que nos perturben, aún hay muchas cosas que nos distraen. Durante casi veinte siglos, el enemigo sutil no ha dejado de usar cosas aparentemente buenas para desviar a los creyentes de seguir al Señor en la senda correcta. Si dedicamos tiempo para el Señor, nos daremos cuenta de que el enemigo persiste en usar hasta las cosas buenas del cristianismo para distraer del centro de la economía de Dios a los hijos del Señor. Mientras viajaba por muchos distritos de este país durante estos últimos años, me di cuenta de que el enemigo sutil ha utilizado muchos asuntos religiosos y hasta puntos bíblicos para influir a los cristianos que buscan diligentemente al Señor, apartándolos del camino de la economía de Dios.
¿Qué es la economía de Dios? Las Escrituras, compuestas de sesenta y seis libros, contienen muchas diferentes enseñanzas, pero si con perspicacia espiritual hacemos un cuidadoso y completo estudio de las Escrituras, nos daremos cuenta de que la economía de Dios es simplemente Su plan de dispensarse a Sí mismo en la humanidad. La economía de Dios es la dispensación de Dios, lo cual significa nada menos que Dios se dispensa a Sí mismo en la raza humana. Es lamentable que el término “dispensación” ha sido usado incorrectamente por el cristianismo. Su definición es casi la misma que la de la palabra griega “economía”. Significa el arreglo administrativo, el manejo gubernamental, o la mayordomía del plan de Dios, la cual tiene como fin dispensar, distribuir. En esta divina dispensación Dios, quien es todopoderoso y todo-inclusivo, tiene la intención de dispensar nada menos que a Sí mismo en nosotros. ¡Esto debe ser repetido muchas veces a fin de que nos impresione profundamente!
Dios es sumamente rico. El es como un exitoso hombre de negocios que tiene un enorme capital. Dios tiene un negocio en el universo y Su vasta riqueza es Su capital. No podemos comprender cuantos incontables billones El tiene. Todo este capital es simplemente El mismo y con ello El tiene la intención de “manufacturarse” a Sí mismo en producción masiva. Dios mismo es el Hombre de negocios, el Capital y el Producto. Su intención es dispensarse a Sí mismo en mucha gente, en producción masiva y en forma gratuita. Por lo tanto, Dios necesita tal arreglo divino o manejo divino, o dispensación divina, o economía divina a fin de introducirse en la humanidad.
Seamos más específicos. Ahora que sabemos que el propósito de Dios es dispensarse a Sí mismo, debemos descubrir qué es Dios a fin de saber qué es lo que El está dispensando. En otras palabras, ¿cuál es la substancia de Dios? Cuando un hombre de negocios planea fabricar un producto, antes que nada debe conocer claramente la substancia o materia prima de ese producto. La substancia de Dios es Espíritu (Jn. 4:24). La esencia misma del Dios todopoderoso, todo-inclusivo y universal es simplemente Espíritu. Dios es el Fabricante y tiene la intención de reproducirse a Sí mismo como Producto; por lo tanto, cualquier cosa que El reproduzca debe ser Espíritu, la propia substancia de El mismo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.