Información del libro

Visión central necesaria para servir a la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8315-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 7 Sección 2 de 7

SATANÁS USA TANTO EL BIEN COMO EL MAL
PARA CAUSAR DAÑO AL MOVER DE DIOS

Según el mismo principio, el servicio que rendimos a Dios puede ser utilizado como instrumento de Satanás con miras a destruir el mover de Dios. Nosotros no somos cristianos indiferentes que no amamos ni servimos a Dios; todos nosotros amamos y servimos a Dios celosamente. Sin embargo, tenemos que traer al Señor nuestro amor por Dios, nuestro servicio a Dios y nuestra entrega a la iglesia a fin de ver si estamos cumpliendo el deseo de Su corazón o si nos estamos oponiendo al mismo. Nunca deberíamos juzgar según el bien o el mal, pensando que las cosas buenas son buenas y que solamente las cosas malignas son malignas. Cuando Satanás se halla involucrado, no existe diferencia alguna entre el bien y el mal, pues él mezcla el bien y el mal, y trae esta mixtura del bien y el mal al servicio que se rinde a Dios. No deberíamos pensar que Satanás no nos puede utilizar debido a que no perdamos la paciencia ni juguemos mah jong, o porque hayamos entregado nuestra vida a la iglesia y llevemos alguna responsabilidad. Satanás todavía anda alrededor (1 P. 5:8); él aún no ha sido atado. Según la revelación hallada en la Biblia, Satanás todavía puede venir delante de la presencia de Dios en el tercer cielo para acusar al pueblo de Dios (Job 1:6-12; 2:1-6). Él no será echado de los cielos a la tierra sino hasta Apocalipsis 12, y no es sino hasta el capítulo 20 que él es atado temporalmente y echado en el abismo. Es únicamente cuando Satanás haya sido atado que él no será capaz de utilizar el amor que tenemos por el Señor para causar daño al mover de Dios. Debido a que Satanás aún obra hoy, no deberíamos creer que él no pueda utilizar algo que sea bueno.

Si algunos entre nosotros tenemos una alta estima de nosotros mismos, no deberíamos estar tan confiados. Un buen número de santos podrían decir que ellos aman al Señor tanto y han sido fieles al Señor por tanto tiempo que ellos jamás se desviarían ni caerían en manos de Satanás. ¡Por favor, no digan esto! Cuanto más certeza tengamos respecto a nuestra condición, más probable será que caigamos en manos de Satanás. No deberíamos juzgar nuestra condición según una norma del bien y del mal, pues incluso las mejores cosas pueden ser usadas por Satanás a tal grado que lleguen a ser las cosas más malignas. Saulo de Tarso pensaba que él servía a Dios a lo sumo, pero él no comprendía que el servicio que él rendía a Dios estaba en total oposición a Dios. Desde los tiempos de Adán, quizás nadie se ha opuesto tanto a Dios como lo hizo Saulo, aunque él no se centraba en cosas malignas. A pesar de que su servicio se centraba en cosas buenas, él de todos modos se opuso a Dios a lo sumo. Él guardaba la ley, era celoso y servía a Dios, pero su buen servicio fue usado por Satanás y se convirtió en algo absolutamente maligno. Si nos jactamos del amor que tenemos por los hermanos, Satanás puede usar nuestro amor en contra de los intereses de Dios. Incluso si verdaderamente somos absolutos para el Señor, Satanás puede utilizar esto para oponerse al Señor.

TRAER NUESTRA VERDADERA CONDICIÓN
DELANTE DEL SEÑOR

Debemos traer nuestra verdadera condición delante del Señor. Algunos de nosotros hemos sido ancianos por más de dos décadas y llevamos muchas responsabilidades en la iglesia; otros han sido colaboradores por más de dos décadas y han participado en la obra del Señor. Debemos traer nuestra condición delante del Señor. Satanás es excesivamente sutil y dominante; él puede infiltrar incluso nuestra devoción y nuestras oraciones. Es posible que un hermano se considere diestro en la oración, y aun si otros no oran, él orará por su propia cuenta. Es fácil ver cómo Satanás se infiltra y obstruye cuando hay falta de oración, pero es más difícil ver este impedimento cuando oramos. A menudo lo que vemos no es ni remotamente tan temible como aquello que no podemos ver. Una enfermedad que no ha sido diagnosticada a menudo es más peligrosa que una enfermedad conocida. Las personas no piensan que Satanás puede infiltrar y obstruir nuestras oraciones; más bien, sólo pueden ver su participación en nuestras palabras ociosas y chismes. Es fácil pensar que no podemos ser tocados por Satanás cuando oramos a solas en un cuarto, pero lo que menos imaginamos es que somos muy susceptibles a las maquinaciones de Satanás.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top