CAPÍTULO NUEVE

SEGUIR A CRISTO

Lectura bíblica: Mt. 4:12-22; 5:1-2, 13-16; Ef. 4:12; 1 Co. 1:10; 1 Ts. 3:10; Gá. 6:1

Después del ejemplo de Juan el Bautista, nos encontramos con el cuarto caso en Mateo, el caso de los discípulos que siguen a Cristo. El lugar que ocupan los capítulos en Mateo no es según la secuencia histórica, sino según la doctrina. Mateo agrupó todos los hechos bajo la inspiración del Espíritu Santo con un propósito definido, y no según el orden cronológico.

EL CUARTO CASO:
LOS DISCÍPULOS SIGUEN A CRISTO

Si estudiamos los cuatro Evangelios cuidadosamente, veremos que Pedro no fue el primero en venir a Jesús. Según Juan 1, Andrés vino al Señor primero y después llevó a su hermano Simón. Sin embargo, en Mateo 4 el Señor viene primero a Pedro, puesto que Mateo no presenta el orden histórico; más bien, él ordena su evangelio según una enseñanza en particular. En el capítulo 1, vemos el caso de concebir y producir a Cristo. El capítulo 2 relata el caso de encontrar a Cristo, y el capítulo 3 nos presenta el hecho de testificar por Cristo. Después, el cuarto caso, el de seguir a Jesús, se encuentra en el capítulo 4. Después que se concibe y produce a Cristo, se encuentra a Cristo. Después que se encuentra a Cristo, se testifica por Cristo. Después que se testifica por Cristo, se sigue a Cristo.

RECHAZADO POR LA RELIGIÓN Y LA CULTURA

Puesto que Mateo es un libro que ha sido escrito según un orden doctrinal, debemos entender este libro de dicha manera. Después que Juan el Bautista fue encarcelado, Jesús se retiró a Galilea (4:12). ¿Qué significa esto? Esto significa simplemente que el testimonio de Juan en cuanto a que Jesús provino de Dios fue rechazado por la religión y por el mundo de la política. Juan el Bautista fue rechazado primero por la religión judía y después martirizado por aquellos que estaban en el mundo de la política. Por tanto, la religión y la política rechazaron el testimonio de Cristo. Esto significa que Cristo fue rechazado por la religión y por la cultura humana en la tierra. Por tanto, se retiró; se fue de Jerusalén, del templo, de la religión judía y del centro político a Galilea de los gentiles (v. 15).

Por tanto, si deseamos seguir a Jesús, necesitamos saber dónde está. No le podemos seguir si no estamos en el mismo lugar que Él. Él no está en Jerusalén, ni en el templo ni en el mundo político. ¿Dónde está Él? Él está en Galilea de los gentiles, un lugar menospreciado por el pueblo judío.

UNA GRAN LUZ

Cuando Jesús se retiró de Jerusalén a Galilea de los gentiles, la Biblia dice que Él era una gran luz que amaneció en las tinieblas. Cuando nació, era una pequeña estrella; pero al comenzar Su ministerio, llegó a ser una gran luz. Así como la estrella no les apareció a aquellos que estaban en la religión judía, tampoco lo hizo la gran luz. Él no se les apareció a los habitantes de Jerusalén, no apareció a los que estaban en el templo, pero sí se les apareció a los habitantes de Galilea de los gentiles. Este Jesús al cual debemos seguir no se le aparece a los que están en la religión o en el mundo culto, sino a los que están en un lugar menospreciado: Galilea de los gentiles.