Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-2853-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Ésta es la verdadera prueba. Decimos que amamos al Señor, pero lo amamos a nuestra manera. Lo amamos conforme a nuestros gustos, nuestras intenciones y nuestras metas. No lo amamos a Su manera, ni conforme a Sus gustos, Sus intenciones ni Su meta. Nuestra única intención es disfrutar reposo y satisfacción, pero de repente Jesús se nos ha ido. Nos sentimos satisfechos, pero Él no está. Muchos queridos santos se sienten muy emocionados cuando vienen a la iglesia local y tocan el amor del Señor. Pero después de algún tiempo, se preguntan: “¿Qué pasó?”. Pareciera que la felicidad ha desaparecido. Al principio se sentían muy contentos, incluso se sentían en los cielos, pero ahora la felicidad ha desaparecido. En esto consiste la prueba. Nosotros lo amamos, pero al parecer Él se ha ido. Nosotros lo amamos, pero no tenemos Su presencia. Esto se debe a que lo amamos con miras a nuestra meta y nuestra intención. No obstante, Él es el Señor. Él es el Rey. Su intención es la única intención que debemos tener. Su meta es la única meta que debemos tener. Si lo amamos, debemos hacerlo conforme a Su intención y para Su meta. Es por eso que Él dice: “Amada mía, hermosa mía, levántate y ven”. Esto es con el propósito de sacarnos de nuestra situación.
¿Pueden ustedes ver la discrepancia que hay entre el Señor y la buscadora? Ella desea descansar y quedarse en casa, pero el Señor desea que ella se levante y vaya con Él. La controversia entre ellos surge a causa de dos personalidades diferentes. Ella tiene una personalidad, y Él también tiene Su personalidad. Sin embargo, la personalidad de Él es más fuerte, y por eso le pide a ella que se levante y vaya con Él. Ella entonces responde: “¡Mi amado es mío y yo soy suya! Él apacienta entre los lirios. Mientras despunta el día y huyen las sombras, vuelve, amado mío, como una gacela o un cervatillo por los montes de Beter” (2:16-17).
El Señor la llama a salir, pero ella desatiende Su llamado, diciendo: “Mi amado es mío. Él es para mí, y yo simplemente lo disfruto”. Él le pide a ella que se levante, pero ella responde que Él es para su disfrute y satisfacción. Él es el pastor que apacienta entre los lirios, y ella es uno de los pequeños lirios que recibe Su pastoreo. A ella no le interesa en absoluto el llamado del Señor. Lo único que le interesa es su propio disfrute. Ella comprende que es del Señor, y por ello afirma que Él es de ella y que ella es de Él. Ella estaba disfrutando del pastoreo del Señor, así como de la satisfacción y reposo que Él brinda. Este cuadro nos muestra que a ella únicamente le interesaba su propia satisfacción. A ella no le interesaba la voluntad, intención y meta del Señor.
Sin embargo, eso no es todo lo que ella le dice al Señor. Ella añade: “Mientras despunta el día y huyen las sombras, vuelve, amado mío, como una gacela o un cervatillo por los montes de Beter”. Esto significa que aún no está lista ni dispuesta a salir con el Señor. Por eso le dice al Señor que espere hasta que huyan las sombras. Puesto que percibe que entre el Señor y ella hay una especie de sombras, cierta clase de tinieblas. Así que ella le dice que espere un poco, y regrese a los montes de Beter. La palabra Beter significa separación.
Luego, en el siguiente capítulo el Señor desaparece: “Por las noches busqué en mi lecho al amado de mi alma; lo busqué, mas no lo hallé. Pensé entonces: ‘Me levantaré, recorreré la ciudad, y por calles y plazas buscaré al amado de mi alma’. Lo busqué, mas no lo hallé. Me hallaron los guardias que rondan la ciudad, y les pregunté: ‘¿Habéis visto al amado de mi alma?’. Apenas me aparté de ellos un poco, hallé al amado de mi alma; me así a él, y no lo dejé...” (3:1-4).
La buscadora procura al Señor, pero no puede hallarlo. Finalmente, ella se ve obligada a levantarse e ir en pos del Señor. Aunque dice que no está lista, y que el Señor debe esperar hasta que huyan las sombras, Él no le hace caso. Así que desaparece, obligándola a obedecer Su llamado de levantarse y salir de su casa. Ella entonces sale a la calle y hace lo posible por encontrar a su amado, pero no lo halla. Luego, inesperadamente, el Señor aparece allí otra vez.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.