Era del nuevo hombre, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8421-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Hay una sola Biblia, pero como resultado de las diferencias que existen entre los cristianos respecto a su entendimiento de la Biblia, hay distintas clases de cristianos. Para ejemplificar las distintas clases de cristianos, explicaré cómo el Señor me dirigió en mi experiencia, nivel tras nivel, hasta que vi que la iglesia es el nuevo hombre.
Soy chino y crecí en una familia cristiana. El abuelo materno de mi madre fue un miembro celoso de la Iglesia Bautista del Sur, y mi madre estudió en una escuela establecida por la Iglesia Bautista del Sur. Esto fue durante la dinastía Ching, cuando sólo había escuelas privadas del estilo antiguo. No existía el sistema de educación moderno, que consiste de escuela primaria, escuela intermedia y universidad. Las escuelas establecidas por las misiones enseñaban la Biblia en adición a los cursos regulares que se enseñaban en las escuelas privadas del estilo antiguo. Como resultado, mi madre también se unió al cristianismo, pero no era salva. Ella estaba bajo la influencia del cristianismo y era una seguidora devota del cristianismo. En aquellos días los misioneros occidentales que iban a la China con el fin de predicar el evangelio se llamaban “diablos extranjeros” o “diablos principales”, y a las personas chinas que aceptaban el cristianismo las llamaban “diablos secundarios”. Por ende, durante la Rebelión de los Bóxers en 1900, los bóxers mataron no sólo a los diablos extranjeros o principales, sino también a los diablos secundarios. Cuando los bóxers alcanzaron mi pueblo natal en la provincia de Shangtung, mi madre escondió todos los libros acerca de la Biblia que estaban en el hogar de nuestra familia, y tuvieron que escapar y esconderse en las colinas.
Bajo la influencia de mi madre, los niños en mi familia nos reunimos en la Iglesia Bautista del Sur desde nuestra juventud. Yo estudié en una escuela primaria operada por la Iglesia Bautista del Sur; también iba a los servicios de la iglesia y asistía a la escuela dominical. Por tanto, me familiaricé con las prácticas rutinarias del cristianismo. Cada mañana del día del Señor nuestra madre se aseguraba de que nos vistiésemos con ropa limpia o nueva para asistir al servicio de la iglesia. Después del servicio ella cocinaba un delicioso plato de fideos. El día del Señor era un día para ir al servicio de la iglesia y comer alimentos deliciosos, no para llevar a cabo obra alguna. Éramos una familia cristiana.
Estuve en el cristianismo por diecinueve años. Como resultado de la influencia de mi madre, no entré en contacto con otras religiones ni adoré ídolos. Todos en mi familia éramos miembros de la iglesia en el cristianismo, pero ninguno de nosotros éramos salvos genuinamente. No obstante, cuando alguien criticaba o se oponía al cristianismo, nos levantábamos para defenderlo. En cierta ocasión fui a una excursión con mi maestro y algunos compañeros de clase. Cuando llegamos a un templo, me puse de pie delante de mi maestro, mis compañeros de clase y un monje budista, señalé a los ídolos y dije: “Todos éstos son dioses falsos. Son iguales al lodo que está bajo mis pies, pues están meramente adornados de oro y puestos aquí en exhibición. El Dios verdadero es invisible e impalpable. Él es omnipresente, omnisciente y omnipotente. Sólo Él, el Señor que creó los cielos y la tierra, es real”. En aquel tiempo yo ni siquiera era salvo; era meramente un cristiano nominal y nunca había orado ni confesado mis pecados. No obstante, amaba el cristianismo y era capaz de hablar de forma convincente acerca del Dios verdadero en contra de los ídolos.
Un día una de mis hermanas, la segunda, se volvió al Señor y experimentó la salvación. Ella fue a Nankín para estudiar en el mejor seminario para mujeres en la China; estaba determinada a servir al Señor toda su vida. Después, ella comenzó a orar para que mi madre y yo fuésemos salvos. Como resultado de su oración, la salvación de Dios vino a mí. Una mañana del día del Señor, se anunció que una dama joven evangelista vendría de Shanghái para predicar el evangelio. En el pasado había escuchado pastores de mayor edad o mujeres de mayor edad predicar la palabra, pero nunca había visto una dama joven evangelista. Por tanto, decidí asistir. Había más de mil personas en la audiencia ese día. El mensaje que habló la dama joven evangelista fue poderoso; nunca había escuchado un mensaje tan poderoso como el de ella. Yo estaba algo familiarizado con las historias de la Biblia, pero nunca había escuchado tal mensaje. Ella no habló del pecado. Al contrario, habló de que Satanás era el faraón de la era actual, quien mantiene a las personas bajo su autoridad, y que Dios envió a Cristo para liberar a todos aquellos que permanecen bajo la opresión de Satanás, así como Moisés liberó a los hijos de Israel de la opresión de Faraón. Fui cautivado por sus palabras y decidí que ya no estaría bajo la mano de Satanás ni sería usurpado por el mundo. De camino a casa, miré hacia el cielo y dije: “¡Oh Dios! ¡Sálvame! No quiero ser retenido por Satanás. Deseo pertenecerte a Ti por toda mi vida”.
Cuando era joven, estaba ocupado con entretenimientos y deportes. Cuando era mayor, comprendí que mi futuro dependería de mi educación. Por tanto, decidí que ya no sería absorbido por los entretenimientos y los deportes, e iría en pos de mi educación y también estudiaría diligentemente el idioma chino y el idioma inglés. Fue en aquel tiempo que escuché el evangelio: “No seáis retenidos por Satanás en el mundo”. Como resultado, hubo un cambio decisivo en mi vida humana.
Después de ser salvo, mi mayor deleite era orar y leer la Biblia. Durante unas vacaciones de verano, pasé dos meses leyendo toda la Biblia a alta velocidad a fin de conocer su contenido. Había determinado entender cada capítulo, versículo, frase y palabra en la Biblia. Sin embargo, comprendí que no entendía la Biblia. Cuando le pedía al pastor que me instruyera, sus respuestas no me satisfacían. Por tanto, ahorré cada centavo a fin de comprar publicaciones espirituales. Encontré la revista cristiana The Morning Star y disfrutaba leer los artículos escritos por Watchman Nee. Más adelante, en una edición de The Morning Star se anunció que Watchman Nee iba a publicar su propia revista, The Christian. De inmediato me suscribí a esta revista.
De 1925 a 1927 el hermano Nee publicó veinticuatro ediciones de The Christian. La revista fue leída en toda la China por cristianos jóvenes que amaban al Señor e iban en pos de Él. La circulación de esta revista aumentó hasta alcanzar las diez mil copias cada mes. El contenido principal de The Christian era una meditación sobre los primeros tres capítulos de Apocalipsis. El hermano Nee habló de las siete iglesias en Asia en los capítulos 2 y 3, exponiendo la condición del cristianismo en aquel tiempo. Como resultado de sus escritos, me pareció que él tenía que ser muy experimentado. Por ende, le escribí pidiendo que me recomendara un libro para ayudarme a entender la Biblia. Ésta fue la primera ocasión en que mantuve correspondencia con el hermano Nee. Él contestó, diciendo que, según su conocimiento, el libro que me sería de más ayuda en cuanto a entender la Biblia era The Synopsis of the Books of the Bible escrito por John Nelson Darby, un gran maestro de los Hermanos británicos. El hermano Nee también dijo que este conjunto de libros era muy difícil de leer, y que necesitaba leerlo cuatro o cinco veces a fin de entenderlo.
Cuando escuché que en mi ciudad había una asamblea de los Hermanos, y que las personas allí sabían muy bien explicar la Biblia, me uní a ellos. Fui atraído por ellos. Los Hermanos eran reconocidos por su conocimiento de la Biblia. Ellos se especializaban en explicar la Biblia. Estudiaban los tipos y las profecías en el Antiguo Testamento; en particular, estudiaban la gran imagen humana vista en Daniel 2, las cuatro bestias vistas en el capítulo 7 y las setenta semanas vistas en el capítulo 9. También estudiaban las profecías del Nuevo Testamento acerca de la segunda venida de Cristo y el arrebatamiento. Yo valoraba muchísimo este conocimiento bíblico. Estaba en el periodo dorado de mi juventud y tenía una mente alerta. Escuchaba al menos cinco mensajes cada semana, tomaba notas y llevaba un registro de todo lo que oía. Escuché su exposición de la Biblia por siete años y medio y estaba muy satisfecho.
En aquel tiempo yo criticaba otras denominaciones por no conocer la diferencia que existía entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, o los asuntos intrínsecos hallados en Génesis y Éxodo. Debido a que fui instruido en una asamblea de los Hermanos, conocía la diferencia entre Génesis y Éxodo. También entendía el significado del holocausto, la ofrenda de harina, la ofrenda de paz, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones, y también el significado de las fiestas observadas por los hijos de Israel. Me aprendí de memoria la mayoría de los tipos y las profecías hallados en la Biblia.
Un día, en agosto de 1931, mientras caminaba por la calle, fui profundamente redargüido por el Señor. Él dijo: “Aunque has obtenido una gran cantidad de conocimiento bíblico, no has llevado fruto alguno; no has traído ni una sola persona a Mí. Estás muerto”. Me sentí condenado. Aparte de ir a trabajar, yo leía la Biblia, asistía a las reuniones, escuchaba mensajes y tomaba notas. Tenía un buen ingreso y no amaba el mundo ni el disfrute en el mundo. No obstante, el Señor me condenó por estar muerto. Temprano en la mañana del día siguiente, subí a la cima de un pequeño monte cerca de mi hogar. Allí lloré a voz alta, diciendo: “¡Oh, Señor, ten misericordia de mí! Estoy muerto y seco”. De agosto de 1931 a marzo del año siguiente, por más de medio año, subía al monte y clamaba fuertemente, oraba, cantaba y derramaba lágrimas delante del Señor cada día. Como resultado, muchas veces bajaba del monte lleno del Espíritu Santo en mi interior. Todo mi ser fue avivado. Éste fue el periodo más dulce en mi comunión con el Señor. Las cosas de la tierra no tenían lugar alguno en mi corazón; yo había sido completamente ganado por el Señor.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.