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Diez 'unos' extremadamente cruciales para la edificación del Cuerpo de Cristo, Lospor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-951-1
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CRISTO JUZGA ANTES DEL MILENIO
A LOS QUE QUEDEN VIVOS

La mayor parte de las naciones seguirá al anticristo en su rebelión, y la mayoría de ellas será exterminada en la batalla de Armagedón. Dice en Apocalipsis 14:20 que la sangre de esta batalla llega “hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”. Mil seiscientos estadios equivale a unos 300 kilómetros, que es la distancia entre Bosra (Is. 63:1) y Armagedón (Ap. 16:16). Un día Cristo, la corporificación de Dios, peleará cara a cara con el anticristo, la corporificación de Satanás. Casi todo el mundo seguirá al anticristo en la lucha contra Cristo.

Mientras el anticristo induce al mundo a que lo siga y a que se ponga en contra de los judíos y del remanente de los cristianos, un ángel predicará el evangelio eterno y proclamará: “Temed a Dios ... y adorad[le]” (Ap. 14:7). Algunos de entre las naciones responderán a este evangelio y cuidarán a los judíos y a los creyentes que se hallen bajo la persecución del anticristo. Cristo reunirá en torno a Su trono de gloria en Jerusalén a aquellos de entre las naciones que queden después de la batalla de Armagedón, y allí los juzgará separando a las ovejas, los buenos, de los cabritos, los malos. Las ovejas serán quienes hayan respondido al evangelio eterno. El Señor Jesús echará a los cabritos, los que hayan seguido al anticristo, en el lago de fuego junto con el anticristo, mientras que las ovejas entrarán en el reino, no como hijos de Dios sino como los súbditos que vivirán en la esfera de la vida eterna (Mt. 25:31-46).

CRISTO DURANTE EL MILENIO

Cristo será el Rey que regirá la tierra junto con los vencedores (Ap. 20:4, 6) en el reino de mil años. El será el Rey para la gente y el Sacerdote para Dios. Todos los vencedores que se le hayan unido en las bodas y en la lucha, también estarán unidos a El en el reinado con el sacerdocio durante mil años sirviendo a Dios y rigiendo a todas las naciones, las ovejas.

CRISTO JUZGA A LOS MUERTOS
DESPUES DEL MILENIO

Cristo juzgará a todos los muertos (Hch. 10:42) en Su gran trono blanco (Ap. 20:11-12). La Biblia dice que Cristo ha sido designado por Dios para juzgar a los vivos y a los muertos (Hch. 10:42; 17:31; 2 Ti. 4:1; Ro. 2:16). El juzgará a los vivos, las ovejas y los cabritos, ante Su trono de gloria al comienzo del reinado de mil años. Después del reino de mil años, El se sentará en el gran trono blanco para juzgar a todos los muertos y sentenciarlos al lago de fuego.

CRISTO EN LA NUEVA JERUSALEN

En la Nueva Jerusalén (Ap. 21:1—22:5) Cristo será el Marido de los redimidos de Dios, quienes serán Su esposa en la eternidad (21:2) y el templo junto con Dios a fin de que los redimidos vivan en él, la morada eterna de ellos, para servir a Dios (21:22). El también será la lámpara con Dios como la luz en El (21:23) que ilumina mediante la lámpara a toda la Nueva Jerusalén. Será el Dios-Cordero, el Dios redentor, que está en el trono para regir el cielo nuevo y la tierra nueva (22:1). El trono es el trono de Dios y del Cordero porque Dios, como luz, está en el Cordero como lámpara. Dios está en el Cordero, y el Cordero está sentado en el trono. En la eternidad El será el árbol de la vida que alimenta a toda la Nueva Jerusalén (22:2).

Necesitamos ver la secuencia de los aspectos de Cristo que abarcamos en estos últimos dos mensajes. Vimos a Cristo en la eternidad, en la creación, en la encarnación, en Su vida humana, en Su muerte todo-inclusiva, en Su resurrección y en Su ascensión. Una vez que la iglesia es establecida, El cuida de ella y la transforma siendo muchos aspectos para ella. Después de que se complete nuestra transformación, El regresará para redimirnos. Entonces El estará en el reino, y después del reino estará en la Nueva Jerusalén. En la Nueva Jerusalén, el último aspecto de Cristo es el árbol de la vida. Este es el Cristo todo-inclusivo, inescrutable, extenso e ilimitado, el Cristo nuestro. Este es el Cristo a quien recibe el recobro.

El recobro es necesario principalmente porque recobra a Cristo. El en Su inclusividad universal se perdió en la teología de las denominaciones. Todas las denominaciones tienen sus credos, incluyendo el credo de Nicea. Ninguno de ellos es tan completo como estos dos mensajes acerca de Cristo. Nosotros tenemos que divulgar el credo del recobro en cuanto al Cristo todo-inclusivo, que abarca desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura.

Debemos humillarnos ante el Señor diciendo: “Señor, hemos estado en Tu recobro muchos años y hemos oído que Cristo es la centralidad y la universalidad de la economía de Dios, pero nunca hemos aprendido la manera de conocerle en tantos aspectos”. Si compartimos estos aspectos de Cristo con otros, veremos una diferencia en la predicación del evangelio. Podremos ser convincentes. Necesitamos conocer estos aspectos de Cristo a fin de ser vitales. El recobro del Señor consiste en recobrar a Cristo.


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