Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0254-8
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Cristo es la corporificación de Dios, y el Espíritu es lo que hace a Cristo real. Cristo es hecho real como el Espíritu. Experimentar la vida divina es experimentar a Cristo en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios (Ro. 8:9a), el Espíritu de Jesús (Hch. 16:7), el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9) y el Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19). El título el Espíritu de Dios se refiere a Dios, y el título el Espíritu de Jesús se refiere a Jesús como hombre. El Espíritu de Cristo se refiere a Cristo como el hombre resucitado. El Espíritu de Jesucristo se refiere al Espíritu de Dios con divinidad después de la resurrección del Señor, compuesto de la encarnación (la humanidad) del Señor, Su vivir humano bajo la cruz, Su crucifixión y Su resurrección.
El Espíritu Santo también hace a Cristo real como la corporificación del Dios Triuno procesado (Jn. 14:16-20). Es Aquel que es el testigo de Cristo (1 Jn. 5:6-8; Jn. 16:13-15). Él también es el Espíritu compuesto con Dios, el aceite, y con Cristo en Su humanidad, muerte y resurrección, para ser el ungüento compuesto que nos unge, nos sella y es nuestras arras (Éx. 30:23-25; 2 Co. 1:21-22; Ef. 1:13-14).
El Espíritu Santo es el Espíritu como las primicias, es decir, el anticipo que tenemos de Dios como nuestra heredad (Ro. 8:23). Dios es nuestra porción; sin embargo, que Dios sea nuestra porción es un concepto muy abstracto y misterioso. El Espíritu en nosotros es las arras, la garantía, de que Dios es nuestra porción (Ef. 1:14). El Espíritu también nos sella (v. 13) y nos unge (1 Jn. 2:20, 27) con todo lo que Dios es y tiene. El Espíritu también es el Espíritu consumado, que es la consumación del Dios Triuno procesado (Mt. 28:19; Ap. 22:17). En Mateo 28:19 se mencionan el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre es la fuente, el Hijo es el cauce, es decir, la corriente que sale de la fuente, y el Espíritu es la consumación del Padre y el Hijo para llegar a nosotros. El Espíritu llega a nosotros con la realidad de Dios a fin de que tengamos contacto con Dios, le recibamos, le disfrutemos y le experimentemos. Este Espíritu es lo que hace a Cristo real para nosotros. Cuando disfrutamos y experimentamos al Espíritu, disfrutamos a Cristo de modo práctico y directo.
Tal Espíritu es el Espíritu todo-inclusivo, vivificante, que mora en nosotros, que escribe en nosotros, que nos libera, que nos fortalece y que nos guía, quien es para nosotros, está con nosotros y en nosotros (Ro. 8:11; 2 Co. 3:6b; Ef. 3:16; Ro. 8:14). Él también es el Consolador y el Abogado (Jn. 14:16; 1 Jn. 2:1). La palabra Consolador en griego es parákletos. Denota a alguien que está a su lado cuidando de usted. Si se siente mal, él lo consuela. Si necesita algo, él suministra lo que le falta. Siempre está con usted, siempre le acompaña, está a su lado, le cuida y se encarga de usted. Éste es el Espíritu como el Consolador. La palabra parákletos también tiene el significado de abogado, como en un tribunal. El Espíritu es nuestro defensor, nuestro abogado, en el tribunal celestial.
El Espíritu Santo es el Espíritu de vida (Ro. 8:2) que imparte la vida divina en nosotros. Él es el Espíritu del Hijo de Dios (Gá. 4:6). No sólo es el Espíritu de Dios el Padre (Mt. 10:20), sino también el Espíritu de Dios el Hijo. Él entra en nosotros y nos hace hijos de Dios. Por tal Espíritu clamamos: “Abba, Padre”. El Espíritu Santo es el Espíritu mezclado con nuestro espíritu como un solo espíritu (1 Co. 6:17), haciendo que seamos uno con el Dios Triuno procesado.
El Espíritu es los siete Espíritus: el Espíritu que ha sido intensificado siete veces para satisfacer la necesidad de todas las iglesias degradadas en sus siete etapas (Ap. 1:4; 3:1; 4:5; 5:6). Las iglesias en Apocalipsis 2 y 3 no sólo representan a siete iglesias tangibles, sino también al progreso de la iglesia en siete etapas. La iglesia en Éfeso representa a la iglesia en su etapa inicial a fines del primer siglo; Esmirna representa la etapa de la persecución; Pérgamo representa la etapa del matrimonio de la iglesia con el mundo; Tiatira representa la etapa de la jerarquía de la Iglesia Católica Romana; Sardis representa la etapa de la reforma protestante; Filadelfia representa la etapa de la iglesia recobrada; y Laodicea representa la etapa de la iglesia recobrada que se degradó. Para satisfacer la necesidad de todas estas etapas, Dios ha preparado y provisto el Espíritu séptuplo.
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