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Liderazgo en el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-1-57593-376-4
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CAPITULO DOS

EL LIDERAZGO EN EL
MINISTERIO NEOTESTAMENTARIO
Y ENTRE LOS MINISTROS NEOTESTAMENTARIOS

Lectura bíblica: Hch. 1:17, 25; Ef. 4:3-6; 1 Ti. 1:3-4; 6:3-5; 2 Jn. 9-11

UN SOLO LIDERAZGO

En el Nuevo Testamento hay un solo ministerio y un solo liderazgo dentro de dicho ministerio. Aunque existe la verdad en cuanto al liderazgo en el ministerio neotestamentario, el Señor no nombró oficialmente a nadie como dirigente. La primera parte de Hechos nos muestra que Pedro desempeñaba el papel de dirigente entre los apóstoles (cfr. Hch. 1:15; 2:14). Sin embargo, el Señor Jesús no nombró a Pedro como dirigente oficial. El liderazgo era algo que la vida producía espontáneamente, según la necesidad específica. El liderazgo toma forma por el crecimiento en vida y es producto de la necesidad. Si no hay necesidad, el liderazgo no se manifiesta. Las circunstancias forman y constituyen el liderazgo.

Hay un solo liderazgo ya que hay uno solo ministerio (Hch. 1:17, 25), y por ende, nunca deber haber más de un liderazgo. Hay un solo liderazgo ya que Dios, el Señor y el Espíritu son uno solo (Ef. 4:4-6). Puesto que hay un solo Dios, un solo Señor y un solo Espíritu, ¿cómo podría haber más de un liderazgo? El liderazgo tiene como fin guardar la unidad del Espíritu por el bien del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:3). El cristianismo de hoy está dividido porque hay demasiados dirigentes. Cada dirigente tiene un grupo que es la esfera de su liderazgo, y dicha esfera llega a ser una división. Por eso, si no se aplica ni se examina correctamente el liderazgo, se producirá división.

EL LIDERAZGO EN LA ENSEÑANZA
DE LOS APOSTOLES

El liderazgo es producido y fortalecido por la enseñanza de los apóstoles, pero también es limitado por ella. En 1 Timoteo 1:3-4 Pablo mandó a Timoteo que se quedara en Efeso para llevar a cabo cierto asunto con un propósito definido. Estaba allí para mandar a los disidentes que no enseñaran cosas diferentes a la economía de Dios, la cual es por fe. El tenía que mandarles que no enseñaran cosas diferentes a la enseñanza de los apóstoles, la cual trata de la economía neotestamentaria de Dios, y consiste en impartir al Dios Triuno procesado en Su pueblo escogido y redimido a fin de que Cristo tenga un Cuerpo para expresarse y que el Dios Triuno tenga una expresión completa y eterna en la Nueva Jerusalén. Cualquier ministro que predique o enseñe debe llevar a cabo tal ministerio. Si no, ese predicador o ese ministro debe ser limitado. Pablo tenía la autoridad de mandar a las personas que no enseñaran cosas que no concordaran con la economía de Dios. Timoteo tenía que decir a los disidentes que su manera de enseñar tenía que ser restringida y corregida. En 1 Timoteo se nos muestra que sí había un liderazgo que ordenaba enseñar lo correcto.

También podemos ver el liderazgo en la enseñanza de los apóstoles en 2 Juan 9-11, donde Juan exhortaba a los creyentes a que no recibieran a los que se extravían de la enseñanza de Cristo. Extraviarse, o sea ir más allá de la enseñanza de Cristo, es ir más allá de la enseñanza de los apóstoles. En 2 Juan 10-11 dice: “Si alguien viene a vosotros, y no trae esa doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Regocíjate! Porque el que le dice: ¡Regocíjate! participa en sus malas obras”. Juan prohibió que los creyentes recibieran esta clase de ministros. “¡Regocíjate!” era una expresión que usaba como saludo. No se les permitía a los creyentes ni siquiera saludar a los que se les acercaban si no traían la enseñanza de Cristo. Este orden tan fuerte demuestra el liderazgo en el ministerio neotestamentario.

Pablo, al obrar en el ministerio neotestamentario, desempeñó su función de dirigente para corregir a los que enseñaban errores, y Juan hizo lo mismo para encargar a los creyentes que no recibieran a los que enseñaban herejías, lo cual no concordaba con la enseñanza de los apóstoles. Los apóstoles que participaban en el ministerio de la economía neotestamentaria desempañaban cierto liderazgo.

NO EL LIDERAZGO QUE SE HALLA
EN LAS ORGANIZACIONES

El liderazgo que Pablo y Juan desempeñaron no pertenece al liderazgo que se halla en las organizaciones. Los primeros doce apóstoles fueron nombrados por el Señor Jesús, pero no fueron organizados. El nombramiento fue igual entre los doce. En el Nuevo Testamento no vemos una organización con miembros de una junta directiva, un presidente, un secretario ni otros funcionarios. Las principales denominaciones tienen una junta directiva y un presidente. La Iglesia Católica tiene el papa como cabeza de su organización jerárquica. Pero el liderazgo que se halla en el ministerio neotestamentario no es el liderazgo mundano que consiste en ejercer control. En el recobro del Señor no tenemos una junta directiva con un director o presidente.

Además, dicho liderazgo no reside en las acciones de los ministros sino en sus enseñanzas para restringirles a fin de que no causen divisiones. A veces en el Nuevo Testamento Pablo dijo a algunos de sus colaboradores que fueran a ciertos lugares (1 Co. 4:17) o que se quedaran en otros lugares (Tit. 1:5). Pero en términos básicos, el liderazgo no controlaba las acciones de los ministros. Nadie debe ejercer control sobre la obra del Señor. Si alguien tiene la carga de ir a Alaska, debe estar seguro de que esto viene del Señor. Nadie debe controlar esta acción, sin embargo, él necesita tener la certeza de que su decisión viene del Señor mediante la comunión con el Señor y con el Cuerpo. No se ejerce restricción en las acciones de los obreros, pero si alguien se levanta para enseñar algo que vaya más allá de la enseñanza de los apóstoles, el cuerpo de dirigentes puede levantarse para prohibirle que no enseñe diferentemente. El liderazgo del Nuevo Testamento se halla principalmente en las enseñanzas de los ministros, y no en las acciones de los colaboradores.

Mientras el recobro del Señor se extiende por todo el mundo, ¿quién puede dirigir las acciones de tantos colaboradores y de tantos hermanos que sirven? No tenemos junta directiva ni una misión que dirija las acciones de los colaboradores. Nadie tiene la posición de dirigir las acciones de los ministros. Ellos deben orar, buscar la dirección del Señor y tener comunión con los santos que tienen intereses en el mover del Señor en la tierra. Por medio de la comunión y la oración con los santos, sabrán claramente si deben quedarse donde están o ir a otro lugar. Sabrán con claridad si deben ir solos o con otros. Pero lo que los obreros enseñan o predican debe ser restringido. En este respecto, el liderazgo es muy necesario.

En el ministerio de Dios que tenemos en el recobro, no hay la libertad de predicar lo que nos guste predicar ni de enseñar lo que nos parezca. Nuestra predicación y nuestra enseñanza tienen que ser restringidas por la revelación de la economía neotestamentaria de Dios, la cual nos guía. Si alguien en el recobro del Señor empezara a enseñar, a recalcar o a promover algo contrario o diferente a la economía neotestamentaria de Dios, sería necesario que cierto dirigente restringiera tal acción. Entonces no habría confusión. Nunca habría confusión en el recobro del Señor si todos nosotros tuviéramos una revelación clara del ministerio que se tiene en la economía neotestamentaria de Dios.

Anteriormente, el recobro del Señor era perturbado por los que recalcaron el hablar en lenguas. La mayoría de los cristianos todavía no lo han aceptado, y en realidad dicho asunto ha perjudicado mucho el mover del Señor en la tierra. Al respecto, el daño es mucho mayor que el beneficio. En los primeros años del recobro del Señor en la China continental nosotros sufrimos una gran pérdida cuando tratamos de establecer el hablar en lenguas. Por fin los colaboradores espontáneamente concluyeron que hablar en lenguas no traía provecho al mover del Señor en la tierra.

Cierto periódico carismático publicó un artículo en el cual el escritor decía que había hallado doscientas personas que afirmaban hablar en lenguas. Todas ellas, sin excepción, dudaban que su experiencia fuera auténtica. Pero el escritor les animaba a seguir hablando en lenguas a pesar de sus dudas. Leímos ese artículo públicamente en el entrenamiento de 1963. Luego yo pregunté a los entrenantes si Pedro y los que estaban con él en el día de Pentecostés tenían tales dudas. Obviamente, Pedro y los demás no tenían tales dudas. Pero estas doscientas personas dudaban porque las lenguas que hablaban no eran auténticas.

Además, en 1963 y 1964 hubo varios reportajes en un periódico acerca de algunas profecías pentecostales de que vendría un terremoto en la ciudad de Los Angeles y que ésta caería en el mar. No obstante, la fecha del terremoto predicho pasó, y nada sucedió. Ciertamente, este hacho es suficiente para comprobar que esa profecía era falsa. Por varios años, quienes estábamos en el recobro del Señor en China fuimos afectados por el pentecostalismo. Por experiencia podemos testificar de que nuestra participación en el pentecostalismo trajo más pérdidas que ganancias. El daño más grande que causa el pentecostalismo es que se les hace difícil a los creyentes apreciar la unión orgánica interior que ellos tienen con el Dios Triuno. Muchos creyentes se interesan por hablar en lenguas, la sanidad y los milagros, mas no por el desarrollo de su unión orgánica con el Dios Triuno.

Desde el principio del recobro del Señor en los Estados Unidos, dije a los santos que yo creía en hablar en lenguas en la Biblia, pero que conforme a nuestra observación y experiencia, el hablar en lenguas practicado en el movimiento carismático de hoy no es auténtico, sino que es una imitación. Unos dicen que pueden enseñar a otros a hablar en lenguas. Aconsejan proferir sílabas incoherentes. Obviamente, “hablar en lenguas” no es un dialecto auténtico, ni ministra vida ni edifica a los creyentes. Cuando algunos recalcaban el hablar en lenguas en el recobro del Señor, esto causó problemas. No ordené que se prohibiera esto, pero sí hice lo posible por tener comunión con los santos para comunicarles que hablar en lenguas no ministra vida ni ayuda al recobro del Señor.

Existe el peligro de que se introduzcan entre nosotros enseñanzas que den énfasis a otras cosas aparte de la economía neotestamentaria de Dios. No necesitamos ejercer un liderazgo fuerte al respecto, pero necesitamos enseñar a los santos del recobro del Señor a que conozcan la economía neotestamentaria, pues así discernirán lo que es necesario y lo que no. A los santos que tienen una visión de la economía neotestamentaria de Dios no les importarán las enseñanzas que den énfasis a otras cosas. Debido al cambio que el Señor nos ha mostrado, la puerta está abierta para que todos hablen y participen. Por lo tanto, debemos ser restringidos por la visión celestial, por la revelación de la economía neotestamentaria.

EL LIDERAZGO EN LA PRACTICA

El liderazgo en el ministerio neotestamentario en la práctica no consiste en que una persona controle. En el recobro del Señor nosotros rechazamos la idea de que una persona controle personas o asuntos. Es verdad que tenemos un liderazgo, pero no tenemos a un dirigente que controle a la gente. Al contrario, tenemos el liderazgo de una sola revelación en un solo ministerio ejercido por medio de aquellos que traen la revelación de dicho ministerio. La revelación controla por medio de los que traen la revelación. La revelación que tenemos en el recobro del Señor nos controla y nos restringe.

El ministerio que hay entre nosotros no es el ministerio de una sola persona, sino un solo ministerio neotestamentario, el ministerio del mover del Señor en la tierra en la dispensación de la iglesia. El Señor opera en la tierra por medio de Su ministerio, y todos nosotros participamos en este ministerio. Aun cuando salimos a visitar a la gente tocando a sus puertas participamos de este ministerio. El liderazgo no es un liderazgo de que uno controle a la gente en el recobro del Señor. El liderazgo que tenemos en el recobro del Señor es la revelación dada por Dios, la cual nos restringe, nos dirige y nos controla para evitar confusión y división.

Damos gracias al Señor porque tenemos un solo ministerio y un solo liderazgo en dicho ministerio. Me alegra que todos recibamos una sola revelación bajo un solo liderazgo, tomando un solo camino y alcanzando una sola meta. Si todos los santos del recobro del Señor se levantaran para participar en la economía neotestamentaria, ¡tendrían un gran impacto! En el nuevo camino del Señor, todos los santos tienen muchas oportunidades de servir al Señor tocando puertas, bautizando a la gente, estableciendo reuniones en las casas, enseñando la verdad y ayudando a la gente a crecer en vida. Debemos cooperar con el Señor y seguir el camino nuevo, el cambio ordenado por Dios, en el cual practicamos la economía neotestamentaria. Yo creo que esto hará que el Señor Jesús regrese.


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