Ley del avivamiento, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7399-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Aunque su amado la llama, ella permanece en sí misma. Ella dice: “Mi amado es mío, y yo soy suya; / él apacienta su rebaño entre los lirios” (v. 16). Ella no ha olvidado que el amado es su disfrute; ella no puede dejar de pensar en el disfrute. Podemos aplicar este cuadro a nuestra situación. Muchos santos están sumidos en la vejez y en la muerte porque llevan mucho tiempo viviendo según sus emociones, pero no están dispuestos a salirse de sus emociones. Algunos dicen: “Nuestra situación era mejor cinco años atrás, cuando era tan dulce orar y tener comunión con los hermanos, pero ya no es así. El sentimiento de dulzura ya no es prevaleciente”. Esto muestra que no estamos dispuestos a cortar con el pasado. Tales sentimientos están en el yo y están basados en nuestras emociones.
Albergar esos pensamientos no es útil. Si permanecemos en el pasado, también perderemos la presencia del Señor, pues Él no puede permanecer en el pasado. Así pues, las experiencias de la primera etapa de El Cantar de los Cantares no son útiles en la segunda etapa. Lo que ve la que busca al amado en el comienzo de la segunda etapa es algo que no se encuentra en su yo, ni en sus sentimientos y tampoco en su imaginación. Ella ve una visión que se halla fuera del yo: “He aquí, él viene, / saltando sobre los montes, / brincando sobre los collados. / Mi amado es semejante a la gacela o al cervatillo” (vs. 8-9). Esta visión muestra que el Señor quiere que dejemos de vivir según nuestras emociones, esto es, que dejemos de interesarnos por nuestro disfrute, satisfacción y reposo. Debemos romper con estas cosas y ver que el Señor está en resurrección. Si vemos esto, habremos dado otro paso y conoceremos la resurrección del Señor.
No es nada fácil que quienes viven en las experiencias de la primera etapa sean liberados de sus sentimientos. En la segunda etapa, el amado le da a la que lo busca una visión de sí mismo como un cervatillo que salta sobre los montes y brinca sobre los collados, y también la llama a que se levante y vaya con él (vs. 8-13). No obstante, ella está inmersa en los sentimientos de sus antiguas experiencias (v. 16). Como resultado, el amado se va. En 3:1 ella está en su lecho inmersa en su disfrute espiritual, pero no puede hallar a su amado. Por lo tanto, ella se ve forzada a dejar el lugar de su disfrute para irse por las calles a buscarlo a él (v. 2). Primero no puede hallarle, pero más tarde él se le aparece, y ella se ase a él y lo arrastra al disfrute de ella (v. 4). Así que, no es fácil deshacernos de esta manera de vivir para nuestro disfrute.
Es posible permanecer en la etapa de vivir conforme a nuestros sentimientos por largo tiempo. Tal vez algunos de nosotros experimenten algo nuevo y tengan un nuevo avivamiento. Sin embargo, me preocupa que aquellos que son avivados repitan el error de asirse al Señor y obligarle a permanecer en las experiencias que tuvieron en el pasado. El período de silencio, descrito en el versículo 5, es muy largo. La que busca a su amado permanece ahí por mucho tiempo. En otras palabras, ella vuelve a vivir según sus emociones. Su condición cambia al comienzo de la tercera etapa, que ocurre después de este largo período de silencio. En la tercera etapa ella es semejante a una columna de humo, elevada y trascendente (v. 6). Ella también es el palanquín de Salomón (v. 9), lo cual significa que es capaz de moverse. Así pues, en la tercera etapa somos liberados de vivir según nuestro disfrute y nos hallamos en el mover del Señor. Experimentamos este cambio después de obtener un conocimiento adicional de la resurrección.
Todos necesitamos recibir la visión de la resurrección. Sólo entonces podemos saltar sobre los montes y brincar sobre los collados, es decir, vencer nuestro entorno. Los problemas que tenemos en nuestro corazón, en nuestra familia, en nuestro entorno y en la iglesia representan montes y collados que no podemos vencer meramente al disfrutar la dulzura y abundancia del Señor. Estos problemas requieren que tengamos la visión de la resurrección y de lo transcendente que es nuestro Señor resucitado, quien se mantiene impertérrito ante cualquier problema. Ésta es la única manera en que podemos vencer nuestros problemas.
Creo que algunos santos recibirán esta visión. El Señor nos llevará a salir de esta condición en la que vivimos según nuestras emociones, de modo que nuestra relación con Él estará basada en la revelación y la visión, y no en las emociones. Veremos que Él está en resurrección y que mora en nosotros. Este Señor resucitado es el poder de resurrección. Una vez que veamos esta visión, seremos liberados y, al igual que el Señor, seremos capaces de saltar sobre montes y brincar collados. La fuerte oposición, las abrumadoras dificultades, las graves enfermedades y los grandes disturbios y tormentas no nos restringirán más, porque nuestra experiencia del Señor ya no será meramente como un manojito de mirra ni como un racimo de flores de alheña. Al contrario, en nuestra experiencia Él será como un cervatillo que salta sobre los montes y brinca sobre los collados; ningún entorno puede perturbar al Señor. Un manojito de mirra y un racimo de flores de alheña podrán ser bellos, pero carecen de poder. El poder reposa en el cervatillo y está en resurrección.
Nuestros problemas existen porque solamente conocemos cómo el Señor nos satisface y nos provee descanso. Todavía no hemos visto que Él es el Señor resucitado, que Él está en resurrección y que Su poder de resurrección está en nosotros. Por esta razón, seguimos viviendo según nuestros sentimientos, en el vaivén de nuestras emociones. Cuando nos sentimos bien, estamos llenos de entusiasmo; pero cuando no estamos bien, nos sentimos agobiados. Nos gozamos cuando percibimos la presencia del Señor, pero nos entristecemos cuando no podemos tocar Su presencia. Alabamos y damos gracias ante un entorno tranquilo, pero murmuramos y nos quejamos ante un entorno difícil. Estas reacciones comprueban que necesitamos urgentemente recibir una visión objetiva del Cristo que está en resurrección. Cuando veamos esta visión, trascenderemos nuestras dificultades. Podremos remontarnos y movernos como una columna de humo. Ninguna condición de desolación nos restringirá, ni las circunstancias externas nos perturbarán. Las tormentas y los disturbios estarán bajo nuestros pies; nosotros estaremos por encima de ellos, saltando sobre los montes y brincando sobre los collados. ¡Con cuánta urgencia necesitamos esta visión y experiencia!
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.