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Nuestro espíritu humanopor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-259-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 10 Sección 2 de 3

OTRO ESPIRITU

En el tiempo de Números 14:24 la mayoría de los israelitas eran muy rebeldes contra Dios, pero Caleb era diferente. El no tenía otra mente, otra voluntad, otro corazón u otra decisión. Caleb tenía otro espíritu. Entonces dice que Caleb seguía al Señor totalmente. No tenemos otra forma para seguir al Señor. Si deseamos seguir al Señor, tenemos que usar el órgano apropiado, nuestro espíritu humano. Caleb siguió al Señor por otro espíritu, el cual es diferente de todos los demás espíritus.

ENDURECIDO EN ESPIRITU

Deuteronomio 2:30 dice que Dios endureció el espíritu de Sehón, el rey. No dice que Dios endureció su corazón, sino su espíritu. El tratar de Dios con el hombre es siempre por medio del espíritu. Aun El permite que una persona sea endurecida en su espíritu.

UN ESPIRITU DESPERTADO

En Esdras 1:1 y 5, en el tiempo del recobro de Dios de Su pueblo de vuelta a Jerusalén, Dios despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia y despertó al pueblo en su espíritu. Esto muestra otra vez que el tratar de Dios con nosotros es a través del espíritu. No dice que Dios despertó el corazón del rey de Persia, porque el recobro es totalmente el tratar de Dios y este tratar era absolutamente en el espíritu. Por un lado, Dios despertó el espíritu del rey. Por otro, Dios despertó el espíritu de los cautivos. Entonces algo podía ser efectuado para el recobro de Dios.

Hageo 1:14 se refiere a la misma cosa. Dios despertó el espíritu de Zorobabel, el espíritu de Josué, el sumo sacerdote y el espíritu de todo el pueblo para la finalización de la edificación. Esdras 1 nos habla del comienzo del recobro, pero Hageo nos habla de la continuación del recobro. El comienzo y la continuación del recobro fueron asuntos totalmente en el espíritu.

Entonces, ¿qué acerca del recobro de hoy? Ciertamente nunca podría ser algo fuera de nuestro espíritu. Debe ser algo absolutamente en nuestro espíritu. Para que Dios recobre Su iglesia en tantas localidades, sin duda usted y yo necesitamos que Dios despierte nuestro espíritu.

Jeremías 51:11 también dice que “ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla”. Esta es la venganza del Señor, aun la venganza de Su casa. Babilonia destruyó el templo de Dios. Ahora Dios despertó el espíritu de los reyes de Media para destruir a Babilonia. Esa fue una clase de venganza que Dios repartió a Babilonia, la venganza de Su casa. Aunque no somos los reyes de Media, Dios todavía tiene que despertar nuestro espíritu para la destrucción de Babilonia y para la venganza de Su casa. Todo esto es en el espíritu.

EL TRATAR DE DIOS EN EL ESPIRITU

Job 6:4 nos dice que según la comprensión de Job, lo que él sufrió no era algo simplemente exterior, sino algo interior en su espíritu. Conforme a nuestras experiencias espirituales, Job 6:4 es bastante profundo. Job dice: “Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu”. Esto muestra que aunque todos los sufrimientos que le ocurrieron a Job eran exteriores, él comprendió que Dios estaba tratando con él, no sólo exteriormente, sino interiormente. El tratar de Dios con él no era simplemente algo exterior en su ambiente, sino algo interior, profundo en su espíritu.

UN ESPIRITU PRESERVADO

Job 10:12 dice: “Vida y misericordia me concediste”. Eso significa que Dios me ha concedido vivir y disfrutar muchísimas cosas buenas. Además: “Y tu cuidado guardó mi espíritu” (v. 12). ¿Se han dado cuenta alguna vez de la visitación de Dios? En Job 15:13 dice que “contra Dios vuelvas tu espíritu”. Todos estos versículos nos muestran que la relación, la comunión, entre nosotros y Dios, es absolutamente un asunto en nuestro espíritu.

UN ESPIRITU ENCOMENDADO Y SIN ENGAÑO

Salmo 31:5 dice: “En tu mano encomiendo mi espíritu”. Recuerden que ésta es una palabra dicha en el Antiguo Testamento por un santo del Antiguo Testamento. ¿Ha dicho usted alguna vez, como un santo del Nuevo Testamento, algo como esto? En Tu mano encomiendo mi espíritu. Generalmente decimos que encomendamos nuestro corazón en la mano de Dios. Salmos 32:2 dice: “Bienaventurado es el hombre...en cuyo espíritu no hay engaño”. De nuevo, todo esto muestra claramente que la comunión y la relación entre nosotros y Dios es absolutamente en nuestro espíritu.


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