Información del libro

Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3898-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 16 Sección 1 de 3

MOTIVADOS A BUSCAR
DE CRISTO CON DESESPERACIÓN

Una vez que seamos constreñidos y motivados a buscar de Cristo, no estaremos ociosos con relación a Cristo, ni tampoco seremos indiferentes. Debo confesarles que siento una pesada carga con respecto a este asunto. Me preocupa que ni siquiera muchos de nosotros nos sintamos motivados a buscar de Cristo con tanta desesperación. Es preciso que veamos cuán crucial es la situación, pues recibiremos un castigo o una recompensa. Por consiguiente, debemos decir: “Señor, estoy desesperado. Tengo que buscarte, pues seré castigado o recompensado”. Esto no es simplemente cuestión de conocer la verdad acerca del reino, sino de estar desesperados para ganar a Cristo.

¿Está usted buscando de Cristo? ¿Está usted ganando cada vez más de Él? Si no es así, no se disculpe. No diga: “Señor, no puedo hacerlo. No puedo llegar a la norma de la constitución que nos presentaste en Mateo 5, 6 y 7. Señor, Tú sabes que nadie puede lograrlo. ¿Cómo podría lograrlo yo? Señor, por favor, discúlpame”. Tal vez usted pueda disculparse hoy, pero no podrá hacerlo cuando tenga que comparecer delante del Señor en Su tribunal. Para entonces no se aceptará ninguna disculpa; y si usted trata de disculparse, el Señor le dirá: “¿No me presenté a ti? Yo soy la gracia que todo lo provee. ¿Pero tenías tú suficiente hambre para buscar de Mí?”. ¿Qué dirá usted? Tendrá que quedarse callado.

Debido a que son muy pocos los cristianos que tienen hambre del Cristo que experimentamos de modo subjetivo, es imposible que la iglesia sea edificada con ellos. ¿Dónde puede uno encontrar cristianos que se nieguen a sí mismos y pierdan la vida de su alma? Es difícil encontrar ni siquiera uno. Ellos en su mayoría permanecen en un grupo particular mientras estén allí contentos. Pero cuando dejan de estarlo, se van a otro lugar. Esto indica que no se niegan a sí mismos ni pierden el alma; en lugar de ello, están llenos de excusas. Pero ¿qué podemos decir de nosotros? ¿Estamos dando excusas o se nos está obligando a buscar de Cristo? Debemos decirle al Señor que estamos escasos de Él y que estamos desesperados por ganarle.

PABLO, EL MODELO

Agradezco al Señor por haber establecido un modelo en el Nuevo Testamento con el apóstol Pablo (1 Ti. 1:16). Pablo tenía tanta hambre de Cristo que con el tiempo llegó a estar completamente saturado de Cristo. Por esta razón, en Filipenses, Pablo parecía decir: “Con tal de que pueda expresar a Cristo, no me importan las circunstancias. Para mí, el vivir es Cristo. Yo estoy contento de poder expresar a Cristo en cualquier entorno”. Pablo era alguien que se entregaba a buscar de Cristo de forma absoluta. Él tenía una intensa hambre de Cristo e hizo todo lo posible por ganar a Cristo, experimentarlo y ser saturado de Él. Por lo tanto, basado en su experiencia, él pudo decir que era Dios quien realizaba en él el querer como el hacer por Su beneplácito (Fil. 2:13). También dijo: “Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder” (4:13). Luego, al final de su vida, Pablo tuvo la confianza de decir: “El Señor me librará de toda obra mala, y me salvará para Su reino celestial” (2 Ti. 4:18). Sin duda alguna, Pablo estaba saturado de Cristo. Él ciertamente era alguien que había sido completamente edificado en el Cuerpo de Cristo y que estaba inmerso en el ejercicio del reino.

UNA DESCRIPCIÓN DE LA VIDA DE CRISTO

Hace poco un hermano testificó en una reunión que la constitución del reino de los cielos presentada en Mateo 5, 6 y 7 es una descripción de la vida de Cristo. Aprecio mucho estas palabras. Todos los ejercicios y requisitos del reino son una descripción de la vida de Cristo. Todo ello nos habla de lo mucho que la vida de Cristo puede hacer en nosotros. Los requisitos de la constitución del reino y el ejercicio propio del reino revelan las maravillas que la vida de Cristo puede lograr en nosotros. Por lo tanto, no tenemos excusa. Su gracia nos lo provee todo. Si Cristo no se hubiese encarnado, ni hubiese sido crucificado, ni hubiese resucitado y ascendido, tendríamos excusa. Pero ahora, después de haberse encarnado, haber sido crucificado y haber resucitado y ascendido, Cristo es el propio Espíritu vivificante y todo-inclusivo que mora en nosotros. La única pregunta es si tenemos o no tenemos hambre de Él y si le buscamos o no. No nos demos excusas por no negarnos a nosotros mismos, por no tomar la cruz y por no perder nuestra alma. Ninguno de nosotros debe tener excusas; más bien, debemos decir: “Señor, no tengo excusa. Me siento obligado a buscarte y motivado a ganarte. Señor, deseo ser lleno de Ti, saturado de Ti y empapado de Ti, a fin de ser una parte de Ti”.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top