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Estudio-vida de Filipensespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0338-5
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Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 5 Sección 1 de 3

LOS FILIPENSES SE GLORIABAN DE PABLO EN CRISTO

En el versículo 26 Pablo declara: “Para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús, con mi venida otra vez a vosotros”. Este versículo no es fácil de entender. ¿A quién se refiere la palabra “gloria”? Esta palabra en griego tiene un significado triple: jactancia, gloria y regocijo. Cuando nos jactamos, nos gloriamos, y cuando nos gloriamos, nos regocijamos. Pablo dijo: “Abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús”. Lo que Pablo trata de decir es que cuando ellos se gloriaban de Pablo, debían hacerlo en Cristo. Es más fácil gloriarse de Cristo que gloriarse de alguien que está en Cristo. Pero de todos modos, ¿qué significa esto? Otra versión declara: “Vuestro regocijo pueda abundar más en Jesucristo por causa de mí”. Aunque esta traducción parece más lógica, no es precisa, pues el texto original griego no dice “por causa de mí” sino “de mí”. Pablo no dijo que los filipenses se gloriaban en Cristo por causa de él, sino que se gloriaban de él en Cristo.

Este versículo es muy difícil de entender; sin embargo, encierra un gran secreto relacionado con nuestra experiencia de Cristo. Si hemos de experimentar a Cristo, debemos ser capaces de jactarnos, regocijarnos y gloriarnos, no sólo en Cristo, sino también de alguien que está en Cristo. Fue necesario que los santos de Filipos se gloriasen del apóstol Pablo en Cristo porque esto tiene que ver con el hecho fundamental de que, todo lo que hemos recibido de Cristo, no lo recibimos de El directamente; lo recibimos de la Cabeza, por medio de otros miembros del Cuerpo. De hecho toda bendición espiritual, la recibimos de la Cabeza y por medio de algún miembro. Sin lugar a dudas, Pablo era un miembro muy necesario en el Cuerpo. Sin él, el Cuerpo habría perdido un canal muy importante de bendición espiritual.

Nuestro cuerpo físico ejemplifica la forma en que los miembros abastecen a todo el Cuerpo. Por ejemplo, nuestro brazo le brinda el suministro a los dedos. Sin el brazo, los dedos no podrían recibir ningún suministro de la cabeza. Pablo, un miembro importante del Cuerpo de Cristo, era un medio de suministro entre la Cabeza y nosotros. Sin él, careceríamos de un importante canal de suministro.

Ninguno de nosotros puede jactarse, regocijarse ni gloriarse directamente en la Cabeza. Más bien, debemos gloriarnos en Cristo, del canal que nos brinda el suministro y por medio de éste. En el versículo 26, Pablo declara: “Para que abunde vuestra gloria de mí, en Cristo Jesús”. La frase “vuestra gloria de mí” conlleva también el sentido de “vuestra gloria por medio de mí”, aunque no se reduce a este sentido. Cuando Pablo estaba en la cárcel, los creyentes gentiles, como los de Filipos, se jactaban, se regocijaban y se gloriaban de él y no de los predicadores judaizantes. Esto se debía a que Pablo magnificaba a Cristo y lo vivía al máximo. De esta forma, él podía infundir a Cristo en los santos y ministrarlo a todas las iglesias. Por tanto, los santos tenían razones para gloriarse del apóstol. Si Pablo hubiera muerto antes de tiempo, la gloria que ellos tenían de él habría sido interrumpida. Pero mientras que él viviera, ellos podían gloriarse de él, en Cristo. Esta es la razón por la que Pablo declaró en los versículos 25 y 26, que tenía la confianza de que seguiría viviendo y que permanecería con los santos para el progreso y el gozo de ellos en la fe, a fin de que abundara la gloria de ellos de él en Cristo Jesús, al regresar nuevamente a ellos.

CANALES QUE TRANSMITEN EL DISFRUTE DE CRISTO

Estos versículos revelan cuán indispensable es que en el vivir corporativo haya ciertos hermanos que sirvan de canales de suministro. Necesitamos miembros como Pablo. Cuando tales miembros mueren, sentimos que la impartición de Cristo se interrumpe. Pero mientras estos santos aún viven entre nosotros, la impartición continúa y podemos gloriarnos de ellos, en Cristo. Los hermanos que presiden en las iglesias locales deben ser tales canales de suministro.

A la iglesia debe afectarle el hecho de que vivamos o muramos. Debe ser muy crucial para los santos el hecho de que continuemos viviendo. Sin embargo, esto dependerá de la medida en que vivamos a Cristo, lo ministremos y lo trasmitamos a los demás. Lamento decir que con algunos hermanos que llevan la delantera da casi lo mismo que vivan o mueran. Mientras que con otros, el hecho de que mueran o permanezcan con nosotros, hace una gran diferencia. Un buen ejemplo de esto es el hermano Eugene Gruhler, un hermano muy querido por nosotros. El ciertamente era un canal de suministro para el Cuerpo. Desde lo profundo de mi corazón, puedo testificar que su partida representó una pérdida para nosotros en la vida de iglesia. Nos afectaba grandemente el hecho de que este hermano permaneciera con nosotros, o que partiera para estar con el Señor. Debería pasar lo mismo con cada uno de nosotros. El hecho de que vivamos o muramos debe afectarle a la iglesia. Pero para que esto sea así, debemos vivir a Cristo, magnificarlo, ministrarlo y trasmitirlo desde lo profundo de nuestro ser a todos los santos. Si experimentamos a Cristo y lo disfrutamos de esta manera, nuestra presencia entre los santos o nuestra partida afectará grandemente a la iglesia.

Ya vimos que es imposible gloriarse directamente en Cristo, la Cabeza. Es necesario que algunos miembros sirvan de canales para ayudar a los santos a disfrutar a Cristo y a crecer en vida. Hoy tenemos la urgente necesidad de estos canales de suministro. Aun si sólo hubiera dos o tres de estos hermanos cada país, muchos recibirían el suministro de Cristo por medio de ellos. Puesto que Pablo era tal miembro, decidió permanecer más tiempo con los santos para el progreso y el gozo de ellos en la fe, a fin de que pudieran gloriarse en él, en Cristo. Si los santos han de experimentar a Cristo, alguien debe servir de canal. En algunos países no hay manera de que los creyentes puedan experimentar a Cristo porque ni siquiera hay uno solo que realmente viva a Cristo y lo magnifique. Por tanto, hay una gran necesidad de que haya más personas como Pablo. Mientras él aún vivía, muchos podían experimentar a Cristo, progresar y gozarse en la fe.


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