Vida que vence, Lapor Watchman Nee
ISBN: 978-1-57593-909-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La vida vencedora es algo que se recibe; no se logra. Esta vida solo puede ser recibida, nunca puede ser lograda. ¿Qué significa recibir algo? Significa adquirir algo. ¿Qué significa lograr? Lograr implica un largo viaje. Uno sólo puede avanzar gradualmente y sin ninguna certeza de cuándo llegará. ¡Aleluya!, la victoria cristiana no se alcanza por medio de un proceso gradual. Una vez estaba en Kuling con el hermano Shing-liang Yu. Juntos escalábamos lentamente una montaña. Cuanto más subíamos, más cansado me sentía. Después de algún tiempo, le pregunté al hermano Yu cuánto nos faltaba para llegar a nuestro destino final. El me dijo que no faltaba mucho. Pero mientras seguíamos subiendo con mucha dificultad, nuestro destino aún no estaba a la vista. Cada vez que le repetía la pregunta al hermano Yu, él respondía: “Ya casi llegamos”. Por fin llegamos a nuestro destino. Si hubiéramos subido la montaña cómodamente sentados en un automóvil, la situación habría sido muy diferente; habríamos llegado allí sin tener que “lograr” llegar a la cima del monte Kuling. La victoria es algo que se recibe; no es algo que se alcanza. Todo lo relacionado con el Espíritu Santo se recibe, y de igual forma, todo lo relacionado con la victoria también se recibe.
Romanos 5:17 dice: “Pues si por el delito de uno solo, reinó la muerte por aquel uno, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”. Según este versículo, la victoria es un don y sólo tenemos que recibirlo. La victoria no es algo que alcanzamos por medio de un proceso gradual; es un don que nos ha sido entregado en nuestras manos y que no requiere ningún esfuerzo. Si le doy esta Biblia al hermano Chang, ¿cuánto esfuerzo tendría que hacer para obtenerla? Todo lo que tiene que hacer es extender la mano, y la tendrá en ese mismo instante. Cuando yo le doy la Biblia a usted, le estoy dando un regalo. ¿Sería necesario que usted fuera a su casa y ayunara por esto? ¿Tendría que arrodillarse mirando hacia Jerusalén tres veces al día y orar por esto? ¿Tendría que tomar la decisión de no enojarse? No necesita hacer ninguna de estas cosas. Una vez que usted lo recibe todo, llega a ser suyo. ¿Qué pasos tiene que dar para recibir esta Biblia? Usted no tiene que pasar por un proceso. Tan pronto extienda la mano, la Biblia será suya. La victoria es un regalo. No necesita ser alcanzada; sólo ser recibida.
En 1 Corintios 1:30 tenemos un versículo muy conocido. Hasta se lo puedo decir de memoria: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención”. La sabiduría es el tema general y por el momento lo dejaremos a un lado. Este versículo dice que Dios ha hecho a Cristo tres cosas: (1) justicia, (2) santificación y (3) redención. ¿Cuándo hizo Dios a Cristo nuestra justicia? Cuando Cristo murió en la cruz. En ese momento recibimos a Cristo como nuestra justicia. ¿Acaso tuvimos que llorar por tres días antes de recibirle? ¿Le recibimos después de ofrecer suficientes disculpas a Dios? Gracias y alabanzas sean dadas al Señor, porque el Hijo de Dios murió por nosotros. Tan pronto creímos, recibimos. Desafortunadamente muchos de nosotros todavía no entendemos esto de recibir al Señor Jesús como santificación; estamos perdiendo nuestro tiempo y nuestros esfuerzos. Recibir al Señor como justicia fue algo instantáneo. De la misma forma, recibir al Señor como nuestra santificación, es algo instantáneo. Si tratamos de progresar lentamente, esperando que algún día llegaremos a la santificación, nunca llegaremos. Aquellos que traten de establecer su propia justicia nunca serán salvos. De igual manera, los que traten de establecer su propia santificación, nunca vencerán.
¿Cuál es la diferencia entre recibir y lograr? La única diferencia radica en el tiempo: la primera es instantánea, mientras que la segunda es gradual. Hay una historia acerca de un hombre que robaba gallinas. Al principio robaba siete pollos a la semana. Después resolvió mejorar su comportamiento tratando de robar una gallina menos cada semana, esperando que al término de la sexta semana ya habría dejado de robar. El esperaba que su hábito de robar disminuyera gradualmente hasta que no robe. Dejar de robar de esta manera es un logro muy pobre, pues no sucede de manera instantánea; pero la victoria que proviene del Señor se obtiene inmediatamente.
La última vez que estuve en Chefoo, conocí a un hermano que perdía la paciencia muy fácilmente. Cuando se enojaba, toda su familia le tenía miedo. Su esposa, sus hijos y los que trabajaban en su negocio se ponían muy nerviosos. Hasta los hermanos en la iglesia le temían porque interrumpía la reunión si se airaba. El me dijo que no podía hacer nada con respecto a su mal genio. Yo le respondí que si tomaba al Señor como su victoria, vencería inmediatamente. Gracias al Señor él aceptó y venció. Un día me preguntó: “Hermano Nee, ¿cuánto tiempo hace que llevo venciendo?”. Al contar nos dimos cuenta que ya había pasado un mes. Luego dijo: “El mes pasado mi esposa se enfermó gravemente y un día casi muere. Anteriormente, cuando mi hijo se enfermaba, yo me preocupaba tanto que caminaba de un lado a otro de la casa; mi semblante decaía y me ponía de mal humor. Pero esta vez, cuando mi esposa se enfermó y su pulso demostraba que su corazón latía irregularmente, le hablé a Dios suavemente y le dije: ‘Está bien si te la quieres llevar’. Realmente no sé cómo ha desaparecido mi mal genio”. Más adelante, su esposa mejoró un poco, y él llamó a un acupunturista para que le hiciera un tratamiento. El estuvo atendiendo a su esposa pacientemente todo el tiempo. El día en que partía, él vino a despedirse y me dijo que durante las últimas veinte horas sentía como si fuese la esposa de otro la que estaba enferma ya que no se sentía preocupado. Este hermano era dueño de una fábrica de artículos bordados y tenía allí muchas trabajadoras que eran bastante problemáticas. Durante ése mismo mes, sucedieron muchas cosas en la fábrica. Anteriormente él hubiera reaccionado y habría perdido la paciencia por estas cosas, pero ahora sentía como si no fueran sus problemas; incluso podía sonreír al hablar de ellos con sus trabajadoras. El dijo: “No sé adónde se ha ido mi mal genio”. Esto es lo que significa recibir. Si fuese un asunto de lograr, temo que no lo habría logrado ni en otros veinte años. Demos gloria al Señor porque la victoria es algo que recibimos, no algo que logramos. Al estar aquí sentado, puede recibirla tan pronto exprese que la desea.
Una misionera que fue a la India, no llevó otra cosa consigo que su mal genio. Continuamente perdía la paciencia. Pensaba que sería la última persona del mundo en ser paciente. Una amiga que le había sido de mucha ayuda en las cosas espirituales había encontrado el secreto de dejar que Cristo fuera su vida vencedora. Esta le escribió a su amiga misionera y le dijo que la vida vencedora es algo que se recibe. Cuando la misionera recibió la carta hizo lo que su amiga le dijo. Tres meses más tarde, su amiga recibió una respuesta, en la que decía: “Al recibir tu carta, reconocí de inmediato que éste es el evangelio. Cristo es mi paciencia. Tan pronto lo recibí desapareció el mal genio, pero puesto que había caído tan miserablemente en el pasado, no me atrevía a decir nada todavía, hasta haberlo experimentado por tres meses. Los sirvientes de la India son muy necios e indisciplinados. Antes, cuando me enfurecía con ellos, les tiraba la puerta para mostrarles que estaba enojada. Ahora, al poner en práctica lo que tú dijiste, he dejado de tirar la puerta, pues ni siquiera me siento capaz de hacer tal cosa”. Esto nos muestra que la victoria sobre el pecado es algo que el Señor logra por nosotros. No es necesario que hagamos ningún esfuerzo. Si tratásemos de hacerlo con nuestra propia fuerza, no tendríamos éxito aunque lo intentásemos por cien años.
Hermanos y hermanas, permítanme repetirles: la victoria no es algo que se logra, sino algo que se recibe.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.