Información del libro

Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-123-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 7 Sección 2 de 4

NO EJERCIENDO EL SEÑORIO

En la iglesia nadie debe ejercitar el señorío. Mateo 20:25-28, 23:8-11, y 1 Pedro 5:1-3, 5, revelan que los gobernadores de las naciones ejercitan el señorío sobre el pueblo, pero en la iglesia no hay ejercicio del señorío. Nosotros tenemos el señorío, pero es el señorío del Señor mismo. Nadie en la iglesia, a pesar de cuánta responsabilidad lleve, de cuánta vida ministre a los santos, o de cuánto le haya sido proporcionada la gracia del Señor para la edificación de las iglesias locales, jamás debe ejercitar ningún señorío sobre los demás. Todos nosotros somos hermanos (Mt. 23:8). Ejercitemos solamente la “hermandad”; no ejercitemos ningún tipo de señorío.

Los queridos que toman la iniciativa en todas las iglesias locales, y todos los otros hermanos y hermanas, nunca deben considerar que debe haber algo como un tipo de señorío humano ejercido en las iglesias locales. Nosotros no tenemos ningún tipo de clases en la vida de iglesia. Solamente tenemos una clase, los hermanos. No hay clases altas ni bajas. Yo digo otra vez, uno puede ser usado mucho por el Señor y puede estar lleno de la presencia del Señor, la vida del Señor, el poder del Señor, y aun la autoridad del Señor, pero no debe ejercitar ningún señorío sobre los otros. Ejercitar cualquier tipo de señorío sobre alguien es absolutamente incorrecto. El Señor Jesús dijo: “Cualquiera que desee hacerse grande entre vosotros será vuestro siervo” (lit, Mt. 20:26). El más grande en las iglesias locales es el que es siervo para todos los hermanos. Nosotros no ejercemos el señorío, pero sí tenemos la esclavitud voluntaria. No estamos esclavizados por nadie, pero nos gusta ser un esclavo para todos. Esto es maravilloso, y esto es la vida de iglesia. Nosotros no tenemos ningún amo humano (Mt. 23:8). Solamente tenemos un amo divino, el Señor Jesús.

Ni debemos llamar padre a nadie. Hacerlo así contradice absolutamente la enseñanza del Señor en Mateo 23:9. Solamente tenemos un padre, nuestro Padre en el cielo. No hay rangos en la vida de iglesia. No hay altos ni bajos. Todos están en el mismo nivel y son del mismo rango. Todos somos hermanos.

EJERCITANDO LA OBEDIENCIA

Nosotros no ejercitamos el señorío, pero sí ejercitamos la obediencia. Nos obedecemos unos a otros. En 1 Pedro 5:5 la Biblia dice: “Hombres más jóvenes, sujetaos a los ancianos”. La Biblia también dice: “Someteos unos a otros” (Ef. 5:21). No solamente los más jóvenes están sujetos a los de edad avanzada; aun los de edad avanzada tienen que aprender la sujeción. Todos están sujetos unos a otros. Este es el equilibrio. El tráfico de dirección única siempre va a un extremo. Nosotros necesitamos el tráfico de dos direcciones. Como un ejemplo, a veces en una familia, los pequeños equilibran a los padres. Tal vez los niños digan: “Papá, ¿por qué tú duermes tan tarde? Mamá, ahora es el momento para que te vayas a la cama. Mamá, papá, ¿por qué conversan tanto? Mamá, ¿por qué te amas tanto a ti misma? ¿Por qué no amas a papá? Papá, ¿tú no ves que mi tío necesita algo?”. A veces nuestros niños son usados por el Señor para decirnos algo. Nosotros los padres, todos necesitamos el equilibrio de nuestros niños. Nunca debemos pensar: “Yo soy el papá, así todos en la familia tienen que escucharme a mí”. Todos necesitamos el equilibrio.

En la vida de iglesia los hermanos nunca deben obligar a las hermanas a que se les sujeten. Algunos hermanos en ciertas así llamadas iglesias locales han declarado a las hermanas que basados en 1 Corintios 11:3 ellos son la cabeza de las mujeres y que todas las hermanas deben sujetárseles. Seguramente que este tipo de cabeza necesita ser equilibrada. Los hermanos necesitan el equilibrio de las hermanas. Todos necesitamos aprender algo de los demás. Aprendan a estar sujetos a otros. Sin este tipo de equilibrio habrá solamente tráfico de dirección única, y esto siempre lleva a un extremo.

Puede ser que en la iglesia yo sea uno de los ancianos locales; pero todavía necesito estar sujeto a todos los hermanos, aun a las hermanas, y escucharles. Todos los ancianos deben escuchar los conceptos de los otros, las sensaciones de los demás, los sentimientos de los otros, y las palabras de los demás. Entonces ellos deben llevar toda la comunión al Señor y buscar la guía del Señor. Puede que la decisión se haga, no conforme a lo que los ancianos sentían, sino en parte conforme a lo que los hermanos y las hermanas sienten, y en parte conforme a la revelación del Señor. Entonces la iglesia está guardada en el equilibrio y puede continuar de una manera adecuada.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top