Información del libro

Predicar el evangelio en el principio de la vidapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3771-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 11 Sección 1 de 4

ÚNICAMENTE DIOS EN CRISTO PUEDE SATISFACER
NUESTRA SED Y HAMBRE ESPIRITUALES

Puedo mostrarles esto de la siguiente manera. Mírense a ustedes mismos. Tenemos oídos, ojos, nariz y boca. Dentro de nosotros tenemos una mente y un estómago. Con nuestra boca tomamos el agua y el alimento, y luego los almacenamos en nuestro estómago. Con nuestros oídos recibimos la música, las voces y las canciones. Con nuestros ojos percibimos los colores de un paisaje y con nuestra nariz olemos los olores agradables. Supongamos que tienen sed, pero no tienen agua. ¿Qué harían? No les quedaría nada más que morir. Supongamos que ustedes tienen hambre, pero no hay alimento en toda la tierra. ¿Qué podrían hacer? De nuevo, no les quedaría nada más que morir. ¿Se dan cuenta de que hoy en día ustedes sienten en su interior sed y hambre espirituales? Nada podrá calmar ni satisfacer esta sed y esta hambre excepto Dios mismo en Cristo.

Por muchas riquezas que usted logre acumular, por muy alto que sea el grado de educación que obtenga o la posición o rango al que alcance, si no tiene a Cristo, en su interior sentirá una verdadera sed y una verdadera hambre. ¡Alabado sea el Señor! Él nos creó de tal manera. Él nos creó con un espíritu en nuestro interior con el cual podemos tener contacto con Él y podemos recibirle. Usted tiene dicho órgano. Un pequeño radio tiene un receptor, el cual es un “órgano” receptor. ¿Para qué hicieron este receptor? Con el propósito de que pudiera captar las ondas radiales. ¿Por qué hay una parte —en lo más profundo de su ser— en la que continuamente siente sed y hambre? ¿A qué se debe que cuanto más rico se hace, más hambre siente? Esto se debe a que hay un órgano receptor dentro de usted, que fue creado deliberadamente por Dios. Este órgano es el espíritu humano. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu, en el espíritu humano. Usted tiene en su interior un espíritu. A esto se debe el problema que usted tiene día tras día. Si no tuviera un espíritu, no sentiría esta sed y hambre en lo profundo de su ser. La razón por la cual siente esto es que Dios creó dentro de usted un espíritu como un órgano receptor; es por eso que usted continuamente siente hambre y sed por algo más profundo y algo más excelente. Ese algo más profundo y más excelente es Dios mismo en Cristo.

NECESITAMOS SER LLENOS DE CRISTO
A FIN DE LLENAR EL VACÍO QUE SENTIMOS

En 1937 mientras predicaba el evangelio en Nanking, China, una joven muy inteligente, moderna y educada se me acercó y me dijo: “Señor Lee, me gustó lo que usted predicó. Me agradó lo que dijo y quisiera creer, pero siento temor de algo. Desde mi juventud he ido al teatro para ver dramas. Ésta es una costumbre que tengo y es parte de mi persona. Temo que después de que reciba a Cristo, perderé la libertad de ir a la opera china. Deseo tener a Cristo, pero no quiero dejar de ir a la opera. Por favor, dígame, después de que me haga cristiana, ¿podré seguir yendo a la opera?”. Fue muy difícil responder a esa pregunta. Me daba cuenta de que si respondía que no, ella no se haría cristiana, pero si le respondía que no importaba si seguía yendo al teatro, la estaría alentando de una manera equivocada. Ella estaba allí con su hijo, un niño de cuatro años. Así que le dije: “Supongamos que este niño tiene un cuchillo muy afilado en su mano. Eso sería muy peligroso. ¿Cómo le quitaría usted ese cuchillo?”. Ella dijo que eso sería fácil. Simplemente le tiraría dulces en el piso, y el niño los recogería. Luego, si ella pusiera en el piso una fruta deliciosa, el niño soltaría el cuchillo y recogería la fruta. Le dije: “Usted tiene razón. ¿Por qué este niño querría coger el cuchillo? Porque sus manos están desocupadas. ¿Por qué a usted le gusta tanto el teatro? Porque está vacía. Un día, cuando usted sea llena de Cristo, quien es el mejor “dulce”, dejará lo que es menos bueno. Así que no necesito decirle si usted todavía podrá ir al teatro o no. Si usted recibe a Cristo, usted lo sabrá. Usted está vacía, y por eso desea muchas cosas que llenen el vacío que siente. Sin embargo, nada podrá llenar ese vacío en su interior excepto Cristo. Usted tiene que recibir a Cristo. Cristo es el único que puede llenarla”. En ese momento, la mujer decidió ser salva.

Amigos, ustedes han escuchado que Dios es misericordioso. Por otra parte, Cristo es omnipresente. De hecho, Él está en nuestra boca para que lo invoquemos, diciendo: “Señor Jesús”. Él está esperando a la puerta de su corazón para que usted lo reciba. Simplemente abra su corazón y dígale: “Señor Jesús, te necesito. Esta mañana tomo la decisión de recibirte”.

DEBEMOS USAR NUESTRO ESPÍRITU HUMANO,
QUE ES EL ÓRGANO APROPIADO PARA RECIBIR A DIOS

Aquí hay un pequeño secreto. Hace veintiséis años yo fui a predicar el evangelio en una universidad. Después de cuatro días de predicación, un hombre muy instruido, que era el juez de un tribunal local, se me acercó y me dijo: “Estoy muy interesado en lo que usted ha estado predicando, pero no sé cómo obtenerlo”. Le dije: “Señor, para tener contacto con algo o para recibirlo uno tiene que usar el órgano apropiado. Si usted va a escuchar música, tiene que usar sus oídos, y si desea ver un hermoso paisaje, tiene que usar sus ojos. Asimismo, supongamos que aquí hay un aroma muy agradable. Si usted no ejercita su nariz, sino únicamente los ojos para ver el aroma, ¿podría ver dónde está el aroma? Usted podría decir: ‘Usted está mintiendo. No hay ningún aroma porque no puedo verlo’. La razón por la cual usted no percibe el aroma es que está usando el órgano equivocado. No obstante, si usa su nariz, entonces de inmediato percibirá la sustancia misma del aroma. A fin de percibir cualquier sustancia, uno tiene que usar el órgano correcto. Puesto que Dios es Espíritu, usted no puede percibirlo a Él con su mente ni tampoco con sus ojos, mirando a su alrededor. Usted tiene que percibirlo usando su espíritu. Olvídese de sus razonamientos. Cierre sus ojos, y abra su corazón y su espíritu. Nada más diga: ‘¡Señor Jesús, mi Dios, mi Salvador!’. En ese momento, usted percibirá la realidad de Cristo en usted. Usted tocará la realidad, la sustancia de Cristo, dentro de usted”.

Amigos, no hay necesidad de que hablemos más. Es hora de que ustedes tomen la decisión de recibir a Cristo, de abrir su ser para recibirlo a Él como la realidad. Él es el Espíritu viviente y omnipresente, y ustedes tienen un espíritu, ustedes no sólo tienen un cuerpo y una mente; no sólo tienen un alma, sino también tienen un espíritu en lo profundo de su ser. Olvídense de su cuerpo, olvídense de dónde están, y olvídense de su mente y parte emotiva. Simplemente desde lo más profundo abran su ser a este Cristo que está esperando cerca de su corazón y de su boca. Simplemente abran su ser a Él, diciéndole: “Señor Jesús, te acepto esta mañana”. Usted entonces tendrá contacto con Él, y Él tendrá contacto con usted. Por favor, tomen esta decisión tan crucial y reciban a Cristo ahora mismo. Es una gloria tomar la decisión de recibir a Cristo; así que no titubee, y no pierda esta oportunidad. Él está esperándolo, y Él está tocando la puerta de su corazón. Recíbalo a Él, y recíbalo ahora mismo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top