Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4973-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La transfiguración de Cristo de la carne al Espíritu dio inicio a la segunda sección de la economía de Dios. En Su resurrección, Cristo fue transfigurado en el Espíritu. En consecuencia, a partir de Hechos, este Cristo ya no es el Cristo en la carne, sino el Cristo pneumático; Él es el Espíritu mismo. Por lo tanto, Romanos 8:9-11 nos muestra que el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo, Cristo y el Espíritu que mora en nosotros —todos estos cuatro— son uno. El Espíritu de Dios es el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Cristo es el propio Cristo, y este Cristo es el Espíritu que mora en nosotros. Pablo concluye su segunda epístola a Timoteo, diciendo: “El Señor esté con tu espíritu” (4:22). Si el Señor únicamente tuviera un cuerpo de carne y no fuera el Espíritu, ¿cómo podría Él estar con el espíritu de Timoteo? Es debido a que el Señor es el Espíritu que Él puede estar con nuestro espíritu. Por lo tanto, la segunda sección de la economía de Dios se lleva a cabo al Cristo llegar a ser el Espíritu.
El ministerio de Cristo consta de Su ministerio terrenal y Su ministerio celestial. Él llevó a cabo el ministerio terrenal en Su carne a fin de efectuar la redención. Una vez que efectuó la redención, Él entró en la tumba para descansar allí. Luego, en la resurrección llegó a ser el Espíritu para empezar así Su ministerio celestial. Él llegó a ser el Espíritu a fin de impartir a Dios mismo en las personas. Esta impartición es Él mismo que viene a nosotros. Este asunto se lleva a cabo inicialmente en Hechos aunque no se ve de una manera tan clara. Pablo, en sus catorce epístolas, nos muestra este asunto de manera exhaustiva, mostrándonos que Dios se hizo el Espíritu para entrar en nosotros e impartir a Dios en nuestro ser. El fruto de esta impartición es la iglesia, la cual es el Cuerpo de Cristo, la casa de Dios, el reino de Dios y el complemento de Cristo, Su novia, todo lo cual alcanzará su máxima consumación, que es la Nueva Jerusalén.
Ésta es la economía de Dios, la revelación neotestamentaria, la enseñanza de los apóstoles. Éste es el resultado de nuestro estudio de la Palabra por más de setenta años. Éste es el extracto, la cristalización de dicho estudio. Los veintisiete libros del Nuevo Testamento ciertamente abordan muchos asuntos, pero en síntesis todos ellos tratan sobre la economía de Dios. La economía de Dios consiste en que Dios se hizo carne, luego llevó un vivir humano, murió y resucitó; después fue hecho el Espíritu y entró en los hombres para impartirles a Dios a fin de que fuesen regenerados, lo cual produjo la iglesia. La iglesia como el Cuerpo de Cristo es Su continuación, Su agrandamiento y Su multiplicación, y también es el reino de Dios, la casa de Dios y a la vez el complemento de Cristo, Su novia. La máxima consumación de todos estos asuntos en conjunto será la Nueva Jerusalén.
Quizás alguien pregunte: “Hermano Lee, he sido anciano por quince años, pero aún no sé cómo ser un anciano. ¿Qué debo hacer?”. Permítame decirle lo siguiente: la razón por la cual usted no sabe ser un anciano es que no ha visto la economía de Dios. Una vez que usted vea la economía de Dios, sabrá cómo ser un anciano, y todos sus problemas desaparecerán. No me culpen a mí; yo soy igual que ustedes. Ustedes tienen la carne y yo también. Ustedes son débiles; yo soy más débil. Ustedes tienen problemas; yo tengo más problemas y mis problemas son más complicados que los suyos. ¿Cómo pueden ustedes ser un anciano? Tienen que ver que Dios se hizo carne, llevó un vivir humano, murió diariamente, finalmente murió en la cruz y luego fue resucitado y llegó a ser el Espíritu. Este Espíritu luego entra en nosotros para impartirnos a Dios. Si ven estas cosas, sabrán cómo ser un anciano. Si oran con base en estas palabras y permiten que estas palabras tengan cabida en su ser, espontáneamente sabrán cómo ser un anciano. Así pues, ésta es una visión que nos rige y nos regula. Pablo, el principal apóstol, fue regido y regulado por esta visión en todos los aspectos de su obra y en todas sus acciones. Nosotros asimismo debemos ser regidos y regulados por esta visión.
Quizás otros pregunten: “¿De qué trata la Biblia?”. Hu Shih, un famoso filósofo y educador chino, apreciaba mucho la versión popular de la Biblia en chino como un gran avance en la literatura china en lengua vernácula. Esto muestra que él también leía la Biblia; sin embargo, lo que vio fue la lengua vernácula superior. Por lo tanto, ¿qué es la Biblia? ¿Cómo ustedes van a hablarles a otros acerca de la Biblia? Deben aprender a decir que la Biblia consta de dos secciones: la primera sección contiene los tipos y las profecías, y la segunda sección contiene el cumplimiento y la consumación. Todas las cosas que se mencionan en la Biblia tienen como objetivo el cumplimiento y la consumación de la economía de Dios. La economía de Dios consiste en que Dios se hizo carne, llevó un vivir humano, murió, resucitó y llegó a ser el Espíritu a fin de entrar en nosotros como vida e impartirnos a Dios mismo, para que seamos transformados con miras a que la iglesia sea producida, la cual es el Cuerpo de Cristo, la casa de Dios, el reino de Dios y el complemento de Cristo, el conjunto total del cual será la Nueva Jerusalén. En esto consiste la Biblia y ésta es la visión que nos rige y nos regula.
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