Experiencia subjectiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-9033-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Filipenses 3:10 dice: “A fin de conocerle, y el poder de Su resurrección”. El poder de resurrección es el contenido de la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. La abundante suministración es el poder de resurrección. Ambos son sinónimos; los dos se refieren a lo mismo. Sin el poder de resurrección, la abundante suministración está vacía. Luego, 4:13 nos dice de qué manera podemos disfrutar la abundante suministración. Este versículo dice: “Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder”. Cristo es poderoso; Él tiene el poder de resurrección. Debemos estar en Él a fin de disfrutar Su abundante suministración en poder. Sin embargo, muy frecuentemente no estamos en Él. Aunque hemos creído en el Señor Jesús, no estamos en Él, sino en nuestra mente, en nuestros pensamientos y en nuestra carne. Por tanto, no es posible que disfrutemos Su abundante suministración. Cristo es el Espíritu vivificante y todo-inclusivo que imparte todas Sus riquezas en nosotros. Por ende, necesitamos permanecer en nuestro espíritu mezclado a fin de disfrutar todo Su suministro.
Filipenses 2:13 dice: “Porque Dios es el que en vosotros realiza así el querer como el hacer, por Su beneplácito”. El querer es algo interno; el hacer es algo externo. El querer se produce en nuestra voluntad, lo que indica que la operación de Dios comienza desde nuestro espíritu (cfr. 4:23) y se extiende a nuestra mente, parte emotiva y voluntad. Como cristianos, tenemos a Dios que opera en nosotros. Lo que necesitamos hacer es cooperar con Él al obedecerle. De cualquier forma que Él se mueva, sencillamente obedecemos. No debemos decidirnos no volver a enojarnos; esto es inútil. Si no decidimos, probablemente no nos enojaremos. No obstante, una vez nos decidamos, podemos estar seguros que nos enojaremos. Tenemos que darnos cuenta de que no hay manera en que podamos reformarnos a nosotros mismos. Dios no desea que nos reformemos a nosotros mismos; Él desea que lo disfrutemos. Hoy en día Dios es el Espíritu vivificante con una abundante suministración, y Él desea entrar en nosotros para operar en nosotros. Debemos cesar todas nuestras actividades y permitir que Él obre en nosotros.
Filipenses 4:6 dice: “Por nada estéis afanosos, sino en toda ocasión sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios por medio de oración y súplica, con acción de gracias”. La oración es general, y tiene como esencia la adoración y la comunión; la petición es especial, pues se efectúa por causa de necesidades particulares. Deberíamos decirle a Dios todo lo que deseamos. Algunas personas podrían decir: “Yo le digo esto a Dios, pero Él no responde”. Esto se debe a que ellos desean cosas fuera de Dios. Dios nunca responde a esta clase de oración. Por supuesto, yo no puedo representar a Dios y decirle a usted que Él nunca contestará esta clase de oración, pero mi experiencia ha sido que el hecho de que Él responda a este tipo de oración es irrelevante. Puedo testificar que si Él desea darle algo a usted, Él se lo otorgará, sea que usted ore por eso o no; si Él no quiere darle eso, usted nunca lo recibirá, aun si ora por ello. Esto se debe a que el Señor dijo: “No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿qué beberemos? o ¿con qué nos vestiremos? [...] Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:31, 33).
Deberíamos orar por asuntos tales como nuestra falta de crecimiento espiritual, el hecho de que estamos cortos de la vida divina, el que no llevemos una vida vencedora, el que no andemos conforme al Espíritu y el que no vivamos a Cristo. Además, necesitamos orar con acción de gracias. En vez de rogar, deberíamos orar y hacer peticiones con acción de gracias. Orar con acción de gracias significa que aunque nuestra petición aún no ha sido contestada, creemos que ya la recibimos. Tenemos fe de que Dios nos concederá lo que hemos pedido. El resultado de este tipo de comunión con Dios en oración se ve en Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
La manera en que experimentamos la salvación subjetiva que el Dios Triuno efectúa es al cooperar con Él. Él tiene la abundante suministración, pero nosotros tenemos que permitirle a Él suministrarnos. Él tiene poder, pero tenemos que estar en Él. Si no estamos en Él, aun si Él tiene la abundante suministración y el poder de resurrección, éstos no pueden ser nuestro disfrute. Además, Él opera en nosotros, pero tenemos que cooperar con Él y obedecerle. La mejor expresión de la obediencia es la oración. A una oración apropiada siempre le acompaña acción de gracias. Esto significa que tenemos que orar y hacer peticiones con acción de gracias. Por consiguiente, Dios puede operar en nosotros para proteger nuestro hombre interior y guardar nuestro corazón y nuestros pensamientos. De este modo disfrutaremos Su paz y Su presencia.
En conclusión, necesitamos cooperar con Dios. Él tiene la abundante suministración, pero necesitamos cooperar con Él. En otras palabras, necesitamos someternos a Su mover en nosotros, y también necesitamos orar y hacer peticiones con acción de gracias. Cuando hacemos esto, de inmediato sentiremos que Él opera en nosotros y nos guarda. Él no solamente nos protege en un sentido externo, sino que también guarda nuestros corazones y nuestros pensamientos. De este modo, disfrutamos la salvación subjetiva que el Dios Triuno efectúa. Cuando tenemos esta clase de disfrute, lo que manifestamos en nuestro vivir es Cristo que es magnificado en nuestro cuerpo.
Tenemos que ir delante del Señor y orar, diciendo: “Señor, te doy gracias que Tú eres el rico Espíritu, quien es todo-inclusivo y suministra abundantemente. También te agradezco porque eres el Señor resucitado con el poder de resurrección. Señor, te doy aún más gracias porque eres el Dios de paz que me da paz. Quiero detener todas mis actividades; ya no voy luchar, esforzarme o tener la expectativa de cambiarme a mí mismo. Señor, no deseo amar el mundo ni las cosas que están fuera de Ti. Sólo te amo a Ti; Te amo en sencillez de corazón. Señor, gracias que Tú, como Dios Triuno, operas en mí. Deseo cooperar contigo para disfrutar Tu abundante suministración y experimentar Tu poder de resurrección en mí. Mucho más, en cada momento deseo orar y hacer peticiones con acción de gracias, y dejarte saber todo lo que deseo con respecto a ser espiritual, santificado y victorioso”. Queridos hermanos y hermanas, si usted ora de esta manera, tendrá paz en su interior, y de inmediato disfrutará la presencia y la operación de Dios dentro de usted. Usted ciertamente percibirá que hay un poder que lo sostiene. En esto consiste el disfrute. No espere hasta tener un tiempo de oración para experimentar este disfrute; usted debe mantener un espíritu de oración todo el día.
Es por esto que la Biblia nos dice que oremos sin cesar. Si permanecemos en un espíritu de oración, entonces disfrutaremos al Dios Triuno continuamente. Hoy en día el Dios Triuno —el Padre en el Hijo como el Espíritu— nos ha impartido todo lo que Él ha logrado, todo lo que Él es y todo lo que Él puede hacer. Hoy necesitamos cooperar con Él, obedecerle y permitir que Él opere en nuestro interior; además, debemos orar y hacer peticiones siempre con acción de gracias, y hablar con Él siempre en un espíritu lleno de oración. Entonces, le disfrutaremos como vida y paz. En esto consiste el disfrute de la salvación subjetiva que el Dios Triuno efectúa.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.