Cumplimiento del tabernáculo y de las ofrendas en los escritos de Juan, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7380-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Como señal, ¿que significa la Palabra, el Lógos? El Lógos es Dios explicado, definido y expresado. Por tanto, el Lógos es una señal que nos provee un cuadro completo de Dios.
Como señal, ¿cuál es el significado del tabernáculo? El tabernáculo indica que el Dios eterno, después de dar el paso de la encarnación, se hizo uno con el hombre, quien está en la carne, y mediante un proceso de mezclarse llegó a ser Su propia morada. Éste es el significado del tabernáculo como una señal. El tabernáculo significa que mediante la encarnación Dios se hizo un hombre, se mezcló con la humanidad y llegó a ser Su propia morada. ¡Cuán misterioso es esto! Debido a que el Evangelio de Juan tiene asuntos como éste, no resulta fácil entenderlo.
Ahora debemos preguntarnos qué significa el Cordero. El Cordero significa que el Dios encarnado que ha llegado a ser Su propia morada también ha llegado a ser todas las ofrendas que quitan el pecado del mundo a fin de que el pueblo escogido de Dios pueda entrar en Él.
¿Cuál es el significado de la paloma? La paloma significa que Aquel que llegó a ser el tabernáculo y quien es todas las ofrendas ha llegado a ser el Espíritu vivificante a fin de impartir a Dios en todos aquellos que acepten las ofrendas para que ellos entren en Dios. Esto significa que el Espíritu vivificante imparte la persona divina, el Ser Divino, en los creyentes para ser la vida de ellos. ¡Cuán maravilloso es esto! ¡Alabado sea el Señor por el significado de la Palabra, el tabernáculo, el Cordero y la paloma!
¿Cuál es el resultado de la Palabra, el tabernáculo, el Cordero y la paloma? El producto, el resultado, es la piedra. Ésta es la razón por la cual el Señor Jesús mirando a Simón Pedro, dijo: “Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)” (v. 42, lit. una piedra). Todo aquel que toma las ofrendas y entra en Dios, al habérsele impartido la vida divina, a la postre llega a ser una piedra. Primero, el Espíritu vivificante regenera a los creyentes y les imparte la vida divina. Luego Él gradualmente los transforma, uno por uno, de barro a piedra. En la creación efectuada por Dios todos somos de barro. Pero en la nueva creación de Dios, nosotros, los creyentes en Cristo, seremos transformados en piedras para la edificación de la morada de Dios, Bet-el. Por consiguiente, el resultado final de la Palabra, el tabernáculo, el Cordero, la paloma y la piedra es la casa de Dios.
Cuando el Dios eterno se hizo carne, Él vino a ser el tabernáculo. Al mismo tiempo, Él vino a ser las ofrendas para dar solución al problema del pecado. Él también ha llegado a ser el Espíritu vivificante a fin de impartirse a Sí mismo en Sus creyentes como su vida. Como resultado, los creyentes son regenerados y gradualmente transformados en piedras para la edificación de la casa de Dios.
En el capítulo 1 de Juan vemos el tabernáculo al comienzo, y la casa de Dios al final. Entre el tabernáculo y la casa de Dios, tenemos el Cordero redentor que efectúa la redención por medio de las ofrendas, y el Espíritu vivificante que imparte vida en los creyentes a fin de regenerarlos y transformarlos en piedras. Entonces estas piedras serán edificadas en la casa de Dios.
¿No es esto el cumplimiento del tabernáculo y de todas las ofrendas? Ciertamente aquí en los escritos de Juan tenemos el cumplimiento de los tipos del tabernáculo y de las ofrendas que se presentan en el Antiguo Testamento. Todos estos asuntos son muy misteriosos. Por la misericordia del Señor, estos misterios, que son expresados en las señales de la Palabra, el tabernáculo, el cordero, la paloma y la piedra, han llegado a ser muy claros y visibles a nosotros.
Espero que después de leer este capítulo puedan decirle a otros cómo el tabernáculo y las ofrendas tienen su cumplimiento en el Evangelio de Juan. Respecto a este asunto, no debemos hablar según nuestra imaginación o inteligencia natural. Debemos hablar conforme a lo que es revelado en el Evangelio de Juan. En Juan 1 primero tenemos al Dios definido, explicado y expresado por medio de la Palabra. La Palabra es la definición de Dios; por ende, la Palabra es Dios definido. Este Dios definido, el Lógos, llegó a ser el tabernáculo. Esto significa que el tipo del tabernáculo en el Antiguo Testamento fue cumplido por el Dios definido, que vino a mezclarse a Sí mismo con el hombre en la carne. Debe impresionarnos el hecho de que el Dios definido que se encarnó para mezclarse con la humanidad es el cumplimiento del tipo del tabernáculo. En palabras sencillas, podemos decir que el tabernáculo tuvo su cumplimiento mediante el Dios definido en Su encarnación.
Se han escrito muchos cánticos e himnos sobre el nacimiento de Cristo. Un himno muy conocido, escrito por Charles Wesley, inicia con las palabras: “Escuchad en alta esfera: / ‘Gloria al Dios de Israel’”. Al igual que muchos otros, este himno es una alabanza acerca del nacimiento de Jesús que se basa principalmente en los Evangelios de Mateo y Lucas. Pero ¿dónde puede encontrar un himno de alabanza respecto a la encarnación de Cristo que haya sido escrito según la revelación hallada en el Evangelio de Juan? Es sencillo escribir himnos conforme a lo escrito en Mateo, Marcos y Lucas, porque estos Evangelios no son muy misteriosos. Pero debido a que la encarnación del Dios definido como se presenta en Juan es muy misteriosa, resulta difícil escribir un himno sobre este tema. No obstante, exhorto a algunos santos a que intenten componer un himno sobre la encarnación del Dios definido.
En las enseñanzas cristianas comunes se ha descuidado este asunto de la encarnación del Dios definido que llegó a ser el tabernáculo, la morada de Dios. Este descuido se debe a que es un asunto misterioso. ¡Cuánto le agradecemos al Señor que, en Su misericordia, Él nos ha revelado este misterio!
Hoy en día tenemos la realidad del tabernáculo y la realidad de todas las ofrendas por medio de las cuales podemos entrar en el Dios encarnado. Muchos cristianos no han visto cómo esta querida Persona, Aquel que se hizo el tabernáculo y quien es todas las ofrendas, también llegó a ser la paloma, el Espíritu vivificante. Sin embargo en Juan 1 vemos una paloma sobre el Cordero, la paloma celestial sobre el Cordero en la tierra. Este Cordero de Dios es todas las ofrendas. Esta paloma es el Espíritu vivificante que nos ha regenerado, quien ahora nos está transformando en piedras y quien también nos está edificando en la casa de Dios. Esta casa es el Bet-el que trae el cielo a la tierra y une la tierra al cielo. Éste es el cumplimiento del tabernáculo y las ofrendas.
El capítulo 1 de Juan es la introducción al Evangelio completo de Juan. Los veinte capítulos restantes están llenos de detalles que muestran cómo esta Persona es el tabernáculo y cómo Él es la ofrenda por el pecado, la ofrenda por las transgresiones, la ofrenda de harina, el holocausto y, finalmente, la ofrenda de paz. En particular, en el capítulo 14 vemos cómo esta Persona llega a ser el Espíritu vivificante. Primero, como el Cordero de Dios, Cristo es todas las ofrendas. Luego, conforme a lo revelado en el capítulo 14, mediante la muerte y la resurrección Él llega a ser el Espíritu vivificante.
En Juan 14:16 y 17 el Señor Jesús dijo: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de realidad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque permanece con vosotros, y estará en vosotros”. Aquél que es el Espíritu de realidad en el versículo 17 llega a ser el “Yo”, quien es el Señor mismo en el versículo 18. Esto quiere decir que después de Su resurrección el Señor llegó a ser el Espíritu de realidad. En 1 Corintios 15:45 se confirma esto. Al tratar el asunto de la resurrección, este versículo dice: “Fue hecho [...] el postrer Adán, Espíritu vivificante”.
Por consiguiente, cuando el Espíritu de realidad viene a estar en nosotros, el Señor mismo viene a morar en nosotros, debido a que Él ha llegado a ser el Espíritu vivificante. Ahora, mediante la obra del Espíritu que imparte vida y nos transforma, todos los que creen en Cristo pueden ser transformados de Simón a Pedro, y así llegar a ser piedras que pueden ser edificadas en la casa de Dios, la morada de Dios en la tierra.
Al considerar los siguientes veinte capítulos del Evangelio de Juan, veremos los detalles de estos seis elementos que forman el extracto del capítulo 1: la Palabra, el tabernáculo, el Cordero de Dios, la paloma, la piedra y la casa de Dios.
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