Lecciones acerca de la oraciónpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1502-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-1502-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Ser refinados significa ser amables, finos y corteses. La parte emotiva de un cristiano debe ser civilizada y no salvaje. El creyente debe ser cortés, ya sea que esté feliz o triste. Podemos detectar que él es muy cortés y amoroso incluso cuando está triste o enojado. Éstas son las áreas en las que nuestra parte emotiva debe ser ajustada. Algunos hermanos y hermanas son muy amables y corteses cuando se llevan bien con usted, pero cuando se enojan, parecen demonios que han salido del abismo. Esto muestra que su parte emotiva no es refinada. Algunos incluso tienen mal aspecto cuando externan su entusiasmo, porque se comportan de una manera salvaje y descontrolada. Esto quiere decir que su parte emotiva no ha sido ajustada. Por medio de la vida del Señor, todos nosotros necesitamos ejercitarnos de manera que, incluso en nuestro enojo haya refinamiento. Repito, nuestra parte emotiva necesita ser refinada a fin de que nuestras oraciones sean apropiadas.
Ser templados significa ser suaves y respetuosos. Ser comedidos significa ser capaces de limitarse. Por tanto, ser templados y comedidos significa que nuestra parte emotiva siempre es respetuosa, cortés, y tiene dominio propio. Uno no debiera llorar sin limitación al grado de perder la normalidad. Aun cuando llore, debe ser respetuoso y cortés, controlándose y restringiéndose. Además, no debe desenfrenarse cuando se enoje. Cuando exprese sus emociones, debe ser templado, respetuoso, cortés, comedido y limitado. Éste no es meramente un asunto de ser moderado, sano y refinado. El refinamiento significa simplemente que la parte emotiva de una persona es muy cortés y agradable. La templanza y el comedimiento implican que, además de la cortesía, hay también una clase de control de sí mismo, de autodominio.
¿Por qué necesitamos usar palabras como éstas? Porque la parte emotiva es un asunto muy delicado. Es necesario considerar estos puntos tan finos para ajustar nuestra parte emotiva. Un cristiano normal no es una persona acartonada; más bien, está lleno de sentimientos, siempre tiene un rostro alegre para los demás, y es moderado, sano, refinado, respetuoso y cortés, y también una persona que se restringe y se controla a sí misma.
En ocasiones podemos encontrarnos con un hermano o hermana que no demuestra ninguna emoción. Nunca se ríe ni llora. Esta clase de personas son como un pedazo de hielo o de piedra. No son templadas ni comedidas. Otras veces podemos conocer a un hermano o una hermana cuyos sentimientos son desordenados y revoltosos, como el cabello despeinado por la mañana. Su manera de reír y llorar arma un lío —no son templados, comedidos ni civilizados. Tales sentimientos representan grandes frustraciones para nuestras oraciones. Si deseamos aprender a orar, necesitamos aprender estas lecciones relacionadas con nuestra parte emotiva.
La tranquilidad de la parte emotiva implica que la parte emotiva pueda mantenerse calmada. Ser tranquilos significa ser calmados, estos términos prácticamente son sinónimos. Es muy fácil para una persona emotiva desbordarse emocionalmente; por tanto, debe aprender a calmar sus sentimientos. Ser tranquilos en este sentido no significa ser reservados; más bien, significa ser calmados o sosegados. Por ejemplo, algunas personas después de oír noticias alegres se excitan demasiado e incluso no pueden ni orar. No sólo no pueden orar, sino que aun no pueden quedarse sentados en casa. Esto significa que no tienen una parte emotiva tranquila. Otros no son capaces de orar después de perder la paciencia o enojarse; esto también denota una parte emotiva turbulenta.
A menudo pensamos que no podemos orar porque nuestra mente está perturbada. Pero de hecho, es fácil vencer las perturbaciones de la mente. Si somos capaces de mantener una parte emotiva tranquila, no seremos afectados incluso si alguien a nuestro lado dijese cualquier cosa. Pero una vez que nuestra parte emotiva se excita, es muy difícil entrar en nuestro espíritu y orar. A veces esta situación puede continuar por varios días, antes de que podamos orar otra vez.
Tener una parte emotiva turbulenta afectará negativamente nuestra vida de oración. Cuando algunas personas están felices, oran con risas y lágrimas, e incluso se olvidan hasta de comer. Pero cuando están tristes, pueden dejar de orar por una semana. Su vida de oración es imprevisible, porque se encuentra completamente bajo el control de sus emociones. Las personas cuya parte emotiva no es tranquila, no pueden orar. Por consiguiente, necesitamos ejercitarnos para estar tranquilos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.