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Expresión práctica de la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-905-4
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LAS LECCIONES QUE APRENDEMOS
EN LA IGLESIA LOCAL

No importa qué piense yo de los que se reúnen como la única iglesia local en la ciudad donde vivo y no importa cómo me traten, no tengo otra opción sino aprender la lección de la cruz. Debo aprender la lección del quebrantamiento y negar mi yo. No tengo ninguna base, ningún derecho ni posición alguna de comenzar otra iglesia en esa ciudad mientras ya exista una iglesia allí. Necesito aprender a ser restringido y limitado. Esta es una verdadera lección.

Fui a Shanghai por primera vez en 1933, y en ese tiempo había un hermano sumamente activo en la iglesia que me invitó a su casa a tener comunión. Por un tiempo pensé que este hermano era muy bueno, pero luego descubrí que él tenía la ambición de ser uno de los ancianos. Como no era la persona apropiada para serlo, no fue confirmado como tal, y después llegó a ser un verdadero problema en la vida de iglesia. ¿Por qué? Debido a que tenía la ambición de ser uno de los ancianos. Aunque por quince años la iglesia fue muy paciente con él, en 1948 estableció una reunión en su hogar y le dio la espalda a la iglesia.

Por lo tanto, sin la limitación de la única iglesia local, tendremos la libertad de hacer lo que queremos y no aprenderemos la lección de la cruz.

Debemos leer Mateo 18:15-20 otra vez para ver no solamente la iglesia, sino también la autoridad de la iglesia. Existe una restricción y una limitación. ¡Cuánto agradezco al Señor porque El nos restringe y limita por medio de la iglesia! Muchas veces quisimos hacer algo pero no pudimos a causa de la limitación y restricción de la iglesia. Y aunque nos sentimos tristes en ese momento, cuando miramos atrás, después dijimos: “¡Señor, cuánto te agradezco! Esa limitación fue una verdadera protección y bendición”. Además de ser una bendición externa, esa restricción redujo y subyugó nuestro yo. Todos necesitamos ser reducidos y restringidos.

La sabiduría y soberanía del Señor ha dispuesto que la iglesia local debe ser la expresión única del Cuerpo de Cristo en cada ciudad. Debemos ser uno con ella en la ciudad donde vivimos a fin de aprender las lecciones, y entonces no habrá divisiones ni puertas traseras ni salidas de emergencia ni escape alguno. Necesitamos las restricciones, y alabamos al Señor que por medio de ellas somos protegidos. La expresión de la iglesia universal es las iglesias locales, las cuales siempre son únicas en cada ciudad, y como tal, nos restringen y también nos protegen.

No debemos confundirnos por la situación actual, sino simplemente regresar a la luz pura de la Biblia. Como los cristianos hoy no han visto clara y definitivamente que las iglesias locales son la expresión de la iglesia, muchos estiman suficiente congregarse en donde quieran y cuando quieran. Este entendimiento ha sido fomentado por maestros y escritores cristianos, que en muchos mensajes y libros animan a las personas a congregarse libremente en sus hogares, en los recintos universitarios, en las fábricas y en tantos otros lugares. Por eso, las personas no tienen el concepto de que la iglesia local es la expresión única del Cuerpo del Señor en la ciudad donde viven.

Que nuestros ojos se abran, porque si no hemos visto la iglesia local, estamos en tinieblas y andamos con los ojos vendados. Quizá pensemos que tenemos razón, pero en realidad estamos completamente equivocados. Debemos tener una visión clara de lo que el Señor ha ordenado con respecto a la iglesia, a saber, que la iglesia local es la única expresión de la iglesia en cada ciudad. Si tuviéramos esta visión, todos los problemas se resolverían.

LOS DOS ASPECTOS DEL RECOBRO

Lo que el Señor está recobrando consiste principalmente de dos aspectos: el espíritu y la expresión local de la iglesia. Ambos lados son necesarios: el espíritu nos proporciona vida y la iglesia local nos da el camino. Necesitamos la vida interiormente y el camino exteriormente; por tanto, el Señor recobrará ambos.

En los últimos cuarenta años el Señor ha mostrado a la iglesia que el Cuerpo tiene que ser expresado, pero debemos señalar que la expresión de este Cuerpo se obtiene sólo de una manera: la iglesia local. Por mucho que hablemos de la expresión del Cuerpo y nos dediquemos a la misma, jamás podremos obtenerla si no tenemos en nuestra ciudad una iglesia local práctica, única, apropiada y viviente.

Ahora estamos en el recobro del Señor. Por una parte, el Señor nos ha mostrado que debemos experimentarlo a El todo el tiempo como Espíritu vivificante en nuestro espíritu; por otro, El nos ha dirigido a congregarnos como la expresión apropiada de Su Cuerpo en el terreno único de la ciudad donde vivimos. Esta es la iglesia local, la cual es muy real, práctica y viviente, pero también es muy simple. No debemos dejarnos influir por la situación actual del cristianismo, sino que debemos regresar a la Palabra pura del Señor.

En las reuniones de entrenamiento durante 1965 en Los Angeles, el Señor grabó en nuestros corazones dos frases pequeñas que nunca hemos olvidado: “en el espíritu” y “en el terreno”. La primera debe ser nuestra vida, y la otra es nuestra posición.


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