Vivir necesario para la edificación de las reuniones de grupos pequeños, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-251-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En 1 Corintios 14:31 dice: “Porque podéis profetizar todos uno por uno”. Pero cuando yo miro la manera en que ustedes se ponen de pie para hablar, soy convencido de que todos ustedes necesitan practicar el hablar en las reuniones. Para que un niño aprenda a hablar chino, tiene que empezar cuando tiene uno o dos años. Gradualmente, llegará a ser más competente y antes de tener ocho o nueve años llegará a dominar bien el idioma. Cuando las hermanas chinas mayores vienen a los Estados Unidos, tienen que aprender el idioma inglés. Les es difícil pronunciar las palabras, porque nunca han practicado el hablar en inglés.
Hablar en las reuniones es absolutamente un asunto de la práctica. La razón por la cual ustedes no pueden hablar es porque no practican el hablar. Mientras no hablen nunca serán capaces de hablar. En realidad, cuando ustedes platican con otros en casa, tienen mucho que decir. Esto es verdad especialmente con las hermanas. Cuando ellas descuelgan el teléfono, pueden continuar hasta cuando sea. Ellas pueden tener comunión, y aun pueden orar por teléfono, pero cuando van a las reuniones no pueden ni tener comunión ni orar. Ustedes dicen que van a las reuniones para adorar a Dios, pero si sus bocas están cerradas les será difícil ser librados para servir a Dios. Dios quiere que el hombre hable. En 1 Corintios 12:3 dice: “Nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede decir: Señor Jesús, sino por el Espíritu Santo” (lit). Por lo tanto, en las reuniones todos ustedes pueden decir: “Señor Jesús”.
Además, tenemos un himnario en nuestra mano. Cada himno en este libro es un mensaje. Pueden utilizarlo para hablar un poco. No sean tan legalistas, esperando en silencio a que se lo toque completamente al piano antes de cantarlo. Pueden hablar unos a otros con los cánticos. Esto producirá una reunión muy buena. Algunos se han quejado de que es difícil conducir una reunión de un grupo pequeño. Por lo menos todos ustedes pueden escoger unos pocos himnos para cantar juntos y para hablarse unos a otros.
En las reuniones, ya sea que estamos leyendo la Escritura o hablando del Señor Jesús o que estamos proclamando los himnos unos a otros, todos tenemos que ejercitar nuestros espíritus. Cuando ustedes ejercitan su espíritu, ejercitan su fe para hacer declaraciones en fe. Si ustedes ejercitan su espíritu para declarar: “¡Queridos hermanos y hermanas! ¡El Señor Jesús es el Salvador de la humanidad!” su espíritu estará lleno de fe. Si ustedes no más que murmuran de manera débil: “El Señor Jesús es el Salvador. Estoy crucificado con El”, no hay espíritu y no hay fe. Puede ser que los oyentes se pregunten en sus corazones: “¿De qué estás hablando? ¿Cómo puedo yo estar crucificado con Cristo? El fue crucificado desde hace dos mil años. ¿Cómo es que yo pueda estar crucificado juntamente con El?” Sólo es cuando su espíritu sale que su fe sale también. Solamente entonces saldrán el poder, luz, vida y el evangelio también. Solamente entonces sus palabras darán suministro y ayuda a otros.
Puede que algunos digan: “Hermano Lee, ésta es la profesión suya. Usted ha ido en esta carrera durante más de cuarenta años. Por supuesto que puede hablar”. Ellos tienen razón, pero ustedes tienen que saber que ésta debe ser la profesión de todo cristiano. Todos nosotros somos testigos del Señor. Jesús dijo en Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y seréis Mis testigos tanto en Jerusalén, como en toda Judea y Samaria, y hasta la parte más remota de la tierra”. No estoy de acuerdo con que la gente me llamen predicador; todos somos testigos del Señor. Todos podemos hablar por el Señor, y todos debemos abrir nuestras bocas para testificar por el Señor.
Como testigos del Señor, cuando abrimos nuestra boca tenemos que liberar nuestro espíritu. Tengo miedo de que muchas personas liberen su espíritu solamente cuando se enojan, pero cuando hablan del Señor Jesús su espíritu no es tan fuerte. ¿Por qué tenemos que orar antes de predicar el evangelio o dar un mensaje? Aunque estoy muy ocupado, cada vez antes de venir a predicar, tengo que poner a un lado todo lo demás para orar delante del Señor. Nuestra oración es como inflar las llantas de un coche; antes de hacer un viaje largo, tenemos que inflar las llantas en la gasolinera para que no tengamos una llanta desinflada en el camino. Nosotros los cristianos somos todos testigos del Señor. Todos tenemos que ir al Señor cada día para llenarnos de aire. Todos tenemos que aprender a hablar; ésta es la carga de este mensaje.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.