Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1446-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En los capítulos 17 y 18 de Apocalipsis vemos el juicio de la Gran Babilonia, que es la cristiandad apóstata. El Señor ejecutará un juicio especial sobre la cristiandad, la Gran Babilonia, además del juicio que trae sobre el mundo entero.
Cristo también juzgará al Anticristo, al falso profeta, a Satanás y a los que los siguen (19:11—20:3, 7-10). El anticristo es el hombre de pecado (2 Ts. 2:3) y el pequeño cuerno (Dn. 7:8); el falso profeta es el que trabaja junto con el anticristo. El anticristo, el falso profeta y Satanás constituyen una “trinidad” maligna, y son una trinidad falsa. El anticristo tendrá muchos seguidores por ser muy cautivador y atractivo. Todos los seguidores serán destruidos junto con el anticristo, el falso profeta y Satanás. Cristo juzgará al anticristo y al falso profeta por medio de las calamidades sobrenaturales: la tierra se abrirá, y ellos caerán directamente en el lago de fuego. No morirán ni serán sepultados ni resucitarán ni comparecerán ante el juicio del gran trono blanco. En su caso, no habrá necesidad de cumplir este procedimiento. Ellos caerán en el lago de fuego sobrenaturalmente.
Finalmente Cristo, como Administrador de Dios, juzgará a los muertos (20:11-15). No piense que si usted muere todo va a estar bien. Quizá usted desee morir, pero el Señor desea volverlo a la vida. Si no quiere que El lo vivifique hoy para salvación, al final de la primera creación lo resucitará para juicio. En ese día, El no lo resucitará a usted para algo positivo, sino para algo negativo. En Juan 5:28-29 dice: “Vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán Su voz y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio”. Los incrédulos que murieron no permanecerán en la tumba por la eternidad. Resucitarán y serán juzgados y luego serán lanzados en el lago de fuego.
Al acabar de juzgar al mundo, Cristo regresará para tomar completa posesión de la tierra (10:1-7; 18:1). Toda la tierra le pertenecerá a El; ninguna parte de ella pertenecerá a nadie más. Actualmente muchas naciones pelean por aumentar su territorio, pero pelean en vano, porque todo lo que obtengan, a la postre, pertenecerá a Cristo. Cuando Cristo venga a tomar posesión de la tierra, vendrá como otro Angel. Varias veces en el libro de Apocalipsis el título “otro Angel” se usa con respecto a Cristo (7:2; 8:3; 10:1; 18:1). Este título es usado refiriéndose a Cristo porque El, como Administrador de Dios, se conduce semejante a un ángel. En el Antiguo Testamento, a Cristo se le llamó el Angel de Jehová (Gn. 22:11-12; Ex. 3:2-6), quien fue enviado por Dios para ejecutar Su comisión. Cuando El venga a tomar posesión de la tierra, vendrá como el que fue comisionado por Dios con este propósito. El será “otro Angel” con gran autoridad y vendrá en Su gloria (18:1). En Su venida, Cristo pondrá “Su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra” (10:2). Esto indica que El pisará el mar y la tierra, lo cual significa que tomará posesión de ellos (Dt. 11:24; Jos. 1:3). En la Biblia vemos que todo lugar que pise la planta de nuestro pie es posesión nuestra. Cristo pondrá Sus pies sobre el mar y la tierra, y ambos le pertenecerán. Después de que Cristo tome posesión de la tierra, concluirá el misterio de Dios (10:7). En ese entonces, la economía de Dios será completamente manifestada. Ya no será un misterio, sino un secreto revelado.
Después de que Cristo tome posesión de la tierra, reinará sobre la tierra como el Rey en el reino, gobernando las naciones junto con Sus creyentes vencedores (20:4, 6; 2:26-27). Ninguno de nosotros está contento con los gobernantes de la tierra. Yo he viajado por todo el mundo y conozco la situación mundial; sé que en cuanto a gobierno, toda la tierra es muy pobre. ¿Dónde están los buenos gobernantes? Esperamos el día cuando Cristo venga como Rey para regir la tierra. Cristo reinará en Su reino, y nosotros seremos Sus correyes.
Por último, en el libro de Apocalipsis vemos a Cristo en Su centralidad y universalidad en la eternidad. El será el todo por la eternidad. El será la centralidad y universalidad en la Nueva Jerusalén (21:9-10, 23) como el árbol de vida que crece en el río de agua de vida (22:1-2). En Apocalipsis 21:23 tenemos un panorama claro de la centralidad y la universalidad de Cristo. Aquí vemos que Dios es la luz y que Cristo, el Cordero, es la lámpara. La luz siempre está contenida en una lámpara. Por consiguiente la luz y la lámpara nunca deben estar separadas; deben permanecer como una sola entidad. Dios es la luz; Cristo es la lámpara, y la Nueva Jerusalén es el recipiente de dicha lámpara. Dios brilla en Cristo y por medio de El, y Cristo, a Su vez, brilla en la Nueva Jerusalén y por medio de ella. Por esto podemos ver que Cristo será la centralidad y universalidad en la eternidad venidera. Dios en Cristo y Cristo en los redimidos, brillarán por toda la eternidad. Esta será la escena que se verá en la eternidad, cuando Cristo será el centro, la circunferencia y todo lo demás en la Nueva Jerusalén. Este es nuestro Cristo.
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