Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7932-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Con respecto a la edificación, no nos debe interesar lo que digan las personas. No nos deben importar las caras humanas, las “caras de piedra”. Lo que digan las personas no significa nada. Hoy otros pueden dar un buen informe con respecto a nosotros, pero mañana pueden dar un mal informe. Alabamos al Señor por los buenos informes y por los malos informes. Cualquier cosa que las personas digan, que lo digan. Éstas son solamente “caras de piedra”.
Hoy el interés del Señor consiste en obtener un edificio. Debemos leer la Biblia de nuevo, particularmente las Epístolas del Nuevo Testamento. Queda claro que antes de la segunda venida del Señor, Él debe obtener Su edificio en esta tierra. Si el Señor no puede lograr esto, será una gran vergüenza para Él. Satanás usará esto para desafiar al Señor, diciéndole: “Jesús, mira. Por más de dos mil años Tú has tratado de edificar algo, pero nunca lo lograste. Todo el tiempo yo frustré y dañé la edificación”. ¿Creemos que el Señor Jesús tolerará esto? En 1948 el Señor volvió a formar la nación de Israel. Un gran número de países árabes rodearon esta pequeña nación y trataron de conspirar contra ella, pero no pudieron ganar. Ahora el Señor Jesús puede decir: “Pobre Satanás, ¿estás listo? Te he estado tolerando por veinte siglos. ¿Has visto lo que hice con Israel? Ahora es Mi tiempo. Ahora Yo voy a obtener Mi edificio en la tierra”.
Me siento muy contento por la iglesia en Los Ángeles. La ciudad de Los Ángeles es famosa en todo el mundo principalmente por Hollywood. Dado que es la capital del cine, ésta representa el creciente factor de corrupción en el mundo entero. Es la ciudad más oscura de la tierra, pero el Señor Jesús puede decir: “Satanás, ¿lo has visto? He edificado una iglesia en la capital del cine, en tu propia capital”. No estoy hablando de esto de una manera ligera. Tenga usted la certeza; aguarde y vea. Aquí y allá en las ciudades principales de los Estados Unidos y de otros países, el Señor Jesús va a edificar algo. Él desafiará a Satanás, y le dirá: “Satanás, aun en tu propio territorio estoy edificando algo”. Por muchos siglos incluso los cristianos, el pueblo del Señor, han dicho que es imposible tener una vida de iglesia apropiada de un modo visible, que la iglesia debe ser invisible. No obstante, ahora el Señor Jesús le dirá a Satanás: “Yo edificaré algo muy práctico y visible. Esto es totalmente posible. Yo haré que algunos de Mi pueblo sean uno. Yo acallaré todas sus opiniones. Destruiré todos sus conceptos doctrinales acerca de la iglesia, y edificaré algo de Mí mismo por medio de Mi vida. ¿Qué puedes decir, Satanás? ¿Estás preparado?”. El Señor hará esto.
Cuando muchos de nosotros entramos en la vida de iglesia, nos volvimos “locos”. Muchos de nosotros podemos testificar que habíamos estado de gira y de excursión en muchos lugares. Ninguno de ellos nos satisfizo hasta el día que vinimos a la iglesia, porque cuando entramos, inmediatamente la impartición de Cristo en nosotros nos dijo que estábamos en casa. Hace casi cuarenta años atrás, fui satisfecho de esta manera. Nací y crecí en el cristianismo formal. Después, estuve con los Hermanos por siete años y medio, y recibí la instrucción y el conocimiento del cristianismo fundamentalista. No obstante, un día entré en la iglesia. Nunca podré olvidarme de eso; estaba muy entusiasmado. He escuchado a los jóvenes en Los Ángeles que expresaban esta satisfacción al entonar el siguiente cántico:
Tenemos las iglesias locales, las iglesias locales,
en nuestro corazón,
En nuestro corazón, en nuestro corazón.
Tenemos las iglesias locales, las iglesias locales,
en nuestro corazón,
En nuestro corazón, para en ellas permanecer.
Y somos felices, somos muy felices;
Tenemos las iglesias locales en nuestro corazón.
Y somos felices, somos muy felices;
Tenemos las iglesias locales en nuestro corazón.
La razón por la cual fuimos satisfechos cuando encontramos la iglesia es que Dios estaba satisfecho. El joven travieso Jacob andaba errante cuando se escapó de su casa, e iba en camino a la casa de su tío. Sin embargo, Jacob nunca consideró que Dios también era un Dios errante. En aquel tiempo Jacob no tenía una casa, pero Dios tampoco tenía una casa. Por tanto, a Jacob le sobrevino un sueño (Gn. 28:10-19). Dios parecía estar diciéndole: “Jacob, ésta es Mi casa. Esto no sólo es tu sueño; éste es Mi sueño. Yo he estado soñando, y aún sigo soñando con tener una casa en esta tierra”.
Nada es tan precioso como la casa de Dios en esta tierra. Cuando Ezequiel vio la casa de Dios, el Señor le dijo: “Hijo de hombre, éste es el lugar de Mi trono y el lugar de las plantas de Mis pies” (43:7). Puesto que a los cristianos nos enseñaron mal, a veces soñamos con ir al cielo. Sin embargo, con Dios sucede lo opuesto; Él siempre está soñando con venir a la tierra. Él añora la tierra. Finalmente, el Señor vendrá, pero antes de Su venida, Él tiene que edificar algo. Es posible que Su edificio no sea una edificación a gran escala, pero aquí y allá en todas las ciudades principales, en pequeña escala el Cuerpo será plenamente edificado. El Cuerpo no estará constituido de materiales apilados, ni siquiera reunidos, sino que estará constituido de materiales juntamente edificados. Luego el Señor Jesús dirá: “Satanás, ¿has visto esto? ¿Qué puedes decir al respecto? Yo he edificado algo en esta ciudad”.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.