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Intención eterna de Dios y el complot de Satanás en contra de dicha intención, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7955-7
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EL ESPÍRITU MORA EN NOSOTROS

Romanos 8:9-11 nos dice que el Espíritu mora en nosotros: “Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él. Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, Aquel que levantó de los muertos a Cristo vivificará también vuestros cuerpos mortales por Su Espíritu que mora en vosotros”.

SER UN SOLO ESPÍRITU CON ÉL

En 1 Corintios 6:17 se nos dice: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. Primero, Romanos nos dice que el Espíritu mora en nosotros. Luego, este versículo nos dice que somos un solo espíritu con el Señor. ¿Llevamos nosotros una vida en la que somos un solo espíritu con Él? Muchas veces debemos confesar que no. Ser un solo espíritu con Él en nuestro vivir es mucho más elevado que llevar una vida ética, amar a otros o ser humildes. Es Cristo mismo expresado en nuestro vivir.

CRISTO HACE SU HOGAR EN NUESTROS CORAZONES

“Para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe [...] para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:17, 19). El que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones a fin de que seamos llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios es algo distinto de la devoción, la piedad o la religión; esto ni siquiera es espiritualidad. Es Dios, el Dios Triuno, que hace Su hogar en nuestros corazones y nos llena. Este “Dios y Padre de todos [...] es sobre todos, y por todos, y en todos” (4:6). Él no sólo está sobre nosotros y por nosotros, sino que también está en nosotros.

EL DIOS TRIUNO MORA EN NOSOTROS

“En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros, en que nos ha dado de Su Espíritu” (1 Jn. 4:13). Hay Alguien que mora en nosotros además de nosotros mismos. Ése es el Espíritu. El Espíritu es la manifestación consumada del Dios Triuno. ¡Aleluya, el Dios Triuno está en nosotros!

SATANÁS

“En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo” (3:10). A muchos cristianos se les ha enseñado que Cristo está sentado en el trono a la diestra de Dios; Él no vive en ellos, sino que envió a Su Representante para que esté en ellos. No creen que Cristo mismo mora en ellos. Sin lugar a dudas tampoco creen que Satanás está en su naturaleza. Noten que este versículo llama a algunos los hijos del diablo. ¿Son éstos hijos adoptados? ¿Será que Satanás simplemente los encontró en la calle, se apiadó de ellos y los adoptó como hijos suyos? Ser llamados hijos del diablo significa que tales personas nacieron de Satanás; su vida y naturaleza están en ellos. Juan 8:44 dice: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer”. Los judíos pueden afirmar que Abraham es su padre, pero su verdadero padre es el diablo, el padre de los mentirosos. Ellos nacieron de él.

Efesios 2:2 nos dice que el príncipe de la autoridad del aire “ahora opera en los hijos de desobediencia”. ¿Dónde está Satanás hoy? Él no sólo está en el aire, sino también en el hombre caído, en nuestra carne. Éste fue su complot en contra de la intención de Dios.

Mateo 16:22-23 dice que un día Pedro fue amable y amoroso con el Señor Jesús, y le dijo: “¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo te suceda eso!”. Él no se dio cuenta de que Satanás estaba en él y que él era uno con Satanás. El Señor, volviéndose a él, no lo llamó Pedro sino Satanás. No sólo el Judas traidor era un diablo (Jn. 6:70), sino incluso el Pedro amoroso llegó a ser Satanás.

Estos versículos son suficientes para dejar en nosotros la impresión de que tanto Satanás como Dios se han forjado en nuestro ser. Satanás está en nuestra carne. Dios está en nuestro espíritu. En el siguiente capítulo veremos que Satanás en nuestra carne es la ley del pecado y de la muerte. Dios, quien fue procesado y ahora es el Espíritu que mora en nuestro espíritu, es la ley del Espíritu de vida. Ahora tanto Satanás como Dios están dentro de nosotros como leyes.

Tal vez esto le resulte a usted difícil de creer. Sin duda esto difiere de lo que le enseñaron en el pasado. Así que, le ruego que deje todo su trasfondo religioso y considere la Palabra pura de Dios. Si rechaza lo que le he compartido, ¿cómo clasificaría todos estos versículos? El príncipe de la autoridad del aire, quien es el espíritu maligno, ahora opera en el hombre caído; antes de que usted fuera salvo, Satanás operaba de esta manera en usted (Ef. 2:2). Incluso después de haber sido salvo, Satanás aún está presente. Vemos esto claramente en el ejemplo de Pedro. A pesar de que Pedro recibió una revelación en cuanto a Cristo en Mateo 16:16, aún expresó en el versículo 23 al hombre natural, el cual es uno con Satanás.

¡Alabado sea el Señor porque tenemos la ley más elevada en nuestro espíritu, la cual nos ha librado de la ley maligna!


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