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CÓMO SE FORMAN LAS SECTAS

Credos especiales

¿Qué es una secta y qué constituye una secta? Con relación a una secta hay tres puntos que son obvios. En primer lugar, tiene un credo especial; segundo, tiene una comunión especial; y tercero, tiene un nombre especial. Estos tres asuntos “especiales” pueden encontrarse en casi todos los grupos del cristianismo de hoy. Por ejemplo, la iglesia bautista hace mucho hincapié en el bautismo por inmersión. Todos sabemos que el bautismo está en la Biblia, pero usarlo como designación, es decir, hacer de ello un credo especial, no es bíblico. La iglesia bautista no sólo exige que las personas sean bautizadas; además insisten en que sean bautizadas en su iglesia y en su agua, y dicen que los demás bautismos no cuentan. Si alguien ya ha sido bautizado y desea asistir a las reuniones de la iglesia bautista, tendrá que permitir que lo bauticen de nuevo. Esto se basa en un credo especial, lo cual tiene que ver con la fe de ellos que uno debe obedecer. El resultado de esto es que se ha producido una secta.

Todos los que son salvos tienen una fe común. La fe común es ésta: en primer lugar, en este universo hay un solo Dios, quien existe por Sí mismo y para siempre, quien creó los cielos y la tierra; dicho Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu. En segundo lugar, Dios en el Hijo un día se hizo carne para ser un hombre. Él murió en la cruz para efectuar la redención a nuestro favor y luego fue sepultado. Al tercer día resucitó para traernos la vida. Luego ascendió a los cielos, y ahora en los cielos ejercita Su poder para que el evangelio sea predicado a fin de que los pecadores sean salvos y sea producida la iglesia sobre la tierra. Al final de esta era, Él regresará para reunir a todos aquellos que han creído en Él. Ésta es nuestra fe común y fundamental. El resultado de esta fe común es que la iglesia sea producida.

Si hacemos un credo especial de cualquier condición o asunto que no sea esta fe común, aun cuando dicho asunto se halle en la Biblia, con el tiempo esto producirá una secta. Algunos cristianos fueron bautizados por aspersión, no por inmersión, y algunos incluso participaron de la ceremonia del Ejército de Salvación en la que se agita sobre ellos una bandera. Nadie puede decir que estas personas no han creído. Al igual que nosotros, ellos también tienen la fe común del Dios Triuno, la muerte redentora del Señor Jesús, y Su resurrección y ascensión. La diferencia únicamente radica en que ellos no fueron bautizados por inmersión. La iglesia bautista trata esta creencia como un credo especial, el cual los ha convertido en una secta.

Una comunión especial

Con base en su credo especial, los miembros de la iglesia bautista, por ejemplo, tienen entre sí cierta comunión. Ésta es una comunión especial. Cada vez que la iglesia bautista va a participar de la cena del Señor, alguien puede hacer el anuncio de que los que no son miembros de esa iglesia deben marcharse. Esta práctica es un indicio de que tienen una comunión especial. La iglesia presbiteriana también tiene una comunión especial, según la cual la iglesia es administrada por los ancianos. Ellos recalcan esto al grado en que han adoptado el nombre de la administración de los ancianos. El credo que ellos tienen es, pues, un credo especial, el cual ha producido una comunión especial.

Nombres especiales

Algunos dicen que son de la iglesia bautista, mientras que otros afirman que son de la iglesia presbiteriana, luterana, metodista, anglicana o episcopal. Cuando usted recorre el condado de Orange en el Sur de California, puede ver un aviso que dice: “Iglesia americana anglicana”, y poco después puede encontrarse con otro aviso que dice: “Iglesia taiwanesa del condado de Orange”. Esto es verdaderamente lamentable. Todos los nombres especiales dividen completamente a los hijos de Dios.

Todos estos nombres especiales son considerados un pecado en la Biblia. Mi propia esposa debe llamarse señora Lee. Si ella se hiciera llamar por el nombre de señora Cheung, por ejemplo, eso sería un problema muy grave. Asimismo, la iglesia pertenece a Cristo. ¿Cómo puede llamarse la iglesia luterana o la iglesia metodista? Todos estos nombres están mal. Cualquier nombre que no sea el nombre de Cristo no sólo causa división, sino que además muestra que hay un pecado espiritual delante de Dios. Por consiguiente, no debemos tener credos, comuniones ni nombres especiales.

Debemos esforzarnos por guardar la unidad del Cuerpo de Cristo. Esta unidad del Cuerpo es la unidad del Espíritu mencionada en Efesios 4:3. El Espíritu que mora en nosotros es la unidad. Mientras andemos conforme al Espíritu, tendremos la unidad. Pero si no andamos conforme al Espíritu, surgirán las diferencias. La situación del cristianismo actual principalmente se debe a estos tres asuntos: credos, comuniones y nombres particulares. Todos los que adoptan estos tres asuntos cometen la misma trasgresión de ignorar al Espíritu. Si todos los hijos de Dios se ocuparan del Espíritu y anduvieran conforme al Espíritu, no habría credos, comuniones ni nombres especiales y espontáneamente todos seríamos uno. Nuestra unidad es el propio Espíritu.

PALABRAS DE CONCLUSIÓN

Cuando salgamos a perfeccionar una reunión de hogar, no debemos ser rígidos ni inflexibles; antes bien, debemos ser flexibles. Al perfeccionar a las personas, debemos conocer su condición. Por ejemplo, algunas personas pueden haber sido bautizadas por nosotros, pero las denominaciones se los llevaron. Otros pueden haber pensado que debían asistir a un “culto” dominical, y decidieron ir a la capilla de cierto grupo. Si ésta es su condición, debemos recibir la dirección del Señor para ayudarles a ver que la iglesia pertenece a Cristo y que Cristo no puede estar dividido. La iglesia es el Cuerpo de Cristo y, como tal, es única. Después de esto, debemos llevarlos a leer la Biblia para que vean que la división es carnal y que Dios la condena, y por ende debemos rechazarla completamente.

También tenemos que enseñarles que cualquier grupo que tenga un credo, comunión o nombre especiales es una secta. Debemos desechar todas estas cosas y seguir al Espíritu a fin de guardar la unidad del Cuerpo de Cristo. Ésta es la situación apropiada de la iglesia. Creo que los nuevos creyentes se beneficiarán de este tipo de comunión.

(Mensaje dado el 12 de marzo de 1987 en Taipéi, Taiwán)