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Entrenamiento de perfeccionamientopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4812-6
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Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 20 Sección 1 de 3

PRACTICAR SER UN SOLO ESPÍRITU CON EL SEÑOR

¿Cree usted realmente que el Señor está en su espíritu? Por un largo período de tiempo he estado tratando de practicar una sola cosa. Casi cada día oro, no una vez sino varias veces, a fin de practicar ser un solo espíritu con el Señor. “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él” (1 Co. 6:17). Hermanos y hermanas, ustedes necesitan adoptar esta práctica: practicar ser un solo espíritu con el Señor. El hermano Lawrence practicó estar en la presencia de Dios, pero nosotros necesitamos practicar ser un solo espíritu con el Señor. La práctica de la presencia del Señor pertenece al Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento, especialmente en los Salmos, nos dice que busquemos el rostro del Señor o que caminemos ante el Señor. ¿Qué es esto? Ésta es la práctica de la presencia del Señor. Esta palabra no se repite en el Nuevo Testamento. Más bien, el Nuevo Testamento dice: “Andad por el Espíritu” (Gá. 5:16); también dice: “Pero el que se une al Señor, es un solo espíritu con Él” (1 Co. 6:17). Ahora no es un asunto del rostro o de la presencia del Señor; ahora usted y el Señor son un solo espíritu. Por esto puede ver que en el tiempo que el hermano Lawrence vivió, trescientos años atrás, la luz que ellos recibieron no era mucho del Nuevo Testamento. Ellos utilizaban mucho los Salmos, pero la luz actual que hemos recibido no se relaciona con la presencia o el rostro del Señor, sino que se relaciona con el Señor mismo, quien como el Espíritu es uno con nuestro espíritu, incluso que estos dos espíritus ahora son uno. Ahora debemos practicar el vivir a este espíritu único.

Si usted incorpora estos asuntos a su práctica diaria, descubrirá que esto es lo más difícil de practicar. De las veinticuatro horas, puede dormir ocho, dejando dieciséis horas en el día. Si de las dieciséis horas pudiera dedicar una hora y media a practicar estrictamente ser un solo espíritu con el Señor, yo creo que usted sería muy santo y muy espiritual. Puede estudiar la Biblia, pero en su estudio de la Biblia aún no es un solo espíritu con el Señor. Usted es usted y Él es Él. Incluso decir que nosotros confiamos en el Señor es algo del Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento no es algo que se relaciona con la confianza, sino con la unidad. Si usted es un solo espíritu con el Señor, no necesita confiar. Cuando necesita confiar en Él, esto indica que no es un solo espíritu con Él. Usted está separado de Él; Él es Él, y usted es usted; de modo que uno necesita confiar en el otro. Pero cuando usted y Él son uno, no hay necesidad de confiar. ¿Alguna vez se ha percatado que la mayoría de su entendimiento del cristianismo es completamente antiguotestamentario? No está al nivel del Nuevo Testamento. Hoy Satanás está cegando a los cristianos con todos estos términos y prácticas del Antiguo Testamento evitándoles ver el Nuevo Testamento. En el pasado yo les he dicho que vayan al Señor tres veces al día y les he señalado que David nos dijo que nosotros debemos alabar al Señor cinco veces al día. Pero al llegar al Nuevo Testamento, no hay mención de cuántas veces al día debemos acudir al Señor. Mientras nosotros usemos la palabra veces, eso es del Antiguo Testamento. La manera del Nuevo Testamento es la de orar sin cesar y de regocijarse siempre. Es orar continua y perseverantemente. El conteo del número de veces está en el Antiguo Testamento. Incluso en el libro de Hechos, Pedro y Juan estaban en un periodo de transición donde ellos tenían un tiempo de oración. Pero nosotros debemos venir al Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento no es adecuado para sanar su opinión; usted tiene que estar en el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento se relaciona con el hecho de que somos un solo espíritu con el Señor.

Conforme a mis propias experiencias, cada vez que era un solo espíritu con el Señor, yo no tenía opinión. Siempre que no era un solo espíritu con el Señor, aunque tal vez haya sido amable y bueno y algo espiritual, seguía lleno de opinión. Si no somos un solo espíritu con el Señor, en nuestro interior no podrá haber nada más que opinión. Incluso podrá orar, y aun así no ser un solo espíritu con el Señor. Doctrinalmente puede ser difícil entender esta palabra, pero lo puede constatar con sus propias experiencias. Puede orar, y aun así no ser un solo espíritu con el Señor. Ciertamente usted no es un solo espíritu con Él cuando pelea, pero aun cuando estudia la Biblia y ora, usted quizás tampoco sea un solo espíritu con el Señor. En el momento en que no es un solo espíritu con el Señor, la opinión está ahí. Su opinión puede ser buena, puede estar en los cielos, pero sigue siendo opinión. Lo único que cura la opinión es ser un solo espíritu con el Señor.

En Filipenses 1:27 Pablo les hizo ver que ellos debían no sólo estar firmes en un mismo espíritu, sino que también debían combatir, contender, unánimes por el evangelio. Luego en 2:2 Pablo les dijo que para completar su gozo, ellos necesitaban ser unidos en el alma. El ser de una misma alma es una cosa, ser unidos en el alma es otra. Más aún, en 2:20 Pablo dijo que él no tenía a nadie con el mismo ánimo, quien sinceramente se interesara por los filipenses. Ser del mismo estado de ánimo significa tener la misma alma. ¿Cómo podemos ser unidos en el alma y ser de un mismo ánimo? En Filipenses 2 y 4 Pablo aun dice que todos nosotros debemos tener el mismo pensamiento y sólo este único pensamiento, esto es, Cristo. De acuerdo con estos versículos, para ser de una misma alma, para ser unidos en una misma alma y para ser del mismo ánimo, necesitamos tener una misma meta u objetivo, el cual es Cristo. Tener otras metas equivale a tener una opinión. Tener otros objetivos que no sea este único objetivo, significa tener opinión. Hoy en el recobro del Señor necesitamos ver dos cosas: primero, debemos tener un solo objetivo, una sola meta; segundo, necesitamos practicar ser un solo espíritu todo el tiempo. Tener una sola meta, un solo objetivo, y practicar ser un solo espíritu con el Señor es la manera práctica de matar nuestras opiniones y ser curados de esta enfermedad. Cuando usted no es uno, no está en el espíritu; usted está en su alma, en su opinión. En su alma, usted no es uno.

En el pasado, cuando nosotros nos percatábamos que había un problema de unidad entre dos hermanos, hacíamos cuánto era posible por ayudarlos a entenderse el uno con el otro. Procurábamos ayudar al uno a ver la situación del otro. En realidad, esto no funcionó muy bien. Pero hoy, debido a mis experiencias, yo no perdería mi tiempo de esa manera; simplemente tendría comunión con los hermanos diciéndoles que ellos deben practicar el ser un solo espíritu. Les diría que ellos deben tomar a Cristo como su único objetivo y como su única meta, y practicar el ser un solo espíritu con el Señor. Si los dos hermanos simplemente pusieran en práctica ser un solo espíritu con el Señor por unos cuantos minutos, ellos serían uno. Ellos no tendrían necesidad de vencer nada; ni siquiera necesitarían vencer su opinión.

La práctica de ser un solo espíritu con el Señor es la medicina que cura la enfermedad de la opinión.

Yo he probado diferentes maneras. He probado tomar la cruz, cargar la cruz y vivir una vida crucificada. Yo intenté estas cosas, pero ninguna fue tan efectiva como la práctica de ser un solo espíritu con el Señor. Ya sea que usted reconozca que se aferra a su propia opinión o considera que los demás tienen muchas opiniones, usted nunca podrá distanciarse de las opiniones. Nosotros mismos somos la corporificación de la opinión. Cuando estamos fuera del Señor y cuando estamos alejados del Señor, no somos nada más que opinión. ¿Cómo podemos sanar esta enfermedad? Solamente al practicar el ser un solo espíritu con el Señor. Si ponen esto en práctica, descubrirán que de las dieciséis horas, la mayoría del tiempo no practican el ser un solo espíritu con el Señor. Usted simplemente vive por sí mismo. Puede ser que no haga cosas malas; puede hacer cosas buenas, pero por sí mismo. Usted ora solo, estudia la Biblia solo, comparte con otros solo, hace muchas cosas por sí mismo. No practica ser un solo espíritu con el Señor, así que cualquier cosa que diga o haga es solamente opinión.

Cuando estamos separados del Señor, de inmediato somos sólo opinión. Yo les pediría que se retracten y practiquen el ser un solo espíritu con el Señor. Díganle al Señor: “Señor, yo sólo quiero vivir siendo un solo espíritu contigo. Me gustaría practicar el ser un solo espíritu contigo. No me importa que ore o no ore. A mí sólo me interesa practicar ser un solo espíritu contigo. No me importa si soy muy conversador o si no lo soy; sólo me interesa practicar el ser un solo espíritu contigo”. Si ustedes hacen esto, serán un solo espíritu con el Señor, y su opinión será erradicada.


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