Visión que nos rige y nos regula según se halla en la Biblia, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4973-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Nuestro hablar aquí constituye la cristalización de nuestro estudio de la Biblia durante varias décadas. Estos términos y expresiones provienen de Dios. Cuando estudiamos por primera vez Efesios 4:3-6, procuramos encontrar la explicación apropiada de este pasaje; pese a que estudiamos los escritos de otros, no pudimos encontrar la clave. Poco a poco, Dios nos fue abriendo este pasaje. Sin embargo, sentimos que ni el idioma chino ni el inglés ni ningún otro idioma puede expresar adecuadamente lo que el Señor nos ha revelado en Su Palabra. Por esta razón, el Señor nos llevó a crear nuevas expresiones.
Debemos saber que el idioma proviene de la cultura. Anteriormente palabras como teléfono y computadora no existían porque tales cosas aún no habían sido inventadas. Esto nos muestra que si determinada cultura no existe, tampoco pueden existir las palabras que la expresan. Cuando yo vine a los Estados Unidos, no sólo traje conmigo la verdad del Señor, sino también la cultura del Señor. Debido a esto, me vi obligado a crear algunos nuevos términos en inglés. Aunque el inglés no es mi idioma materno, tuve que crear algunas nuevas palabras en inglés para expresar los conceptos divinos y espirituales cuando di a conocer las verdades en los Estados Unidos. Por ejemplo, la palabra sonize [hijificar] no se encuentra en el idioma inglés. En 1963, hubo tres grupos en Los Ángeles que respondieron positivamente a nosotros y propusieron que todos debíamos unirnos. En aquel tiempo decidimos publicar un breve anuncio de nuestra práctica en el periódico, en el cual usé la expresión church practice [la práctica de la iglesia]. Ésta no era una expresión común en inglés, pero finalmente la adoptamos porque a los hermanos, después de mucha consideración, no se les ocurrió otra mejor expresión.
En el recobro del Señor somos un grupo especial de personas, pues tenemos nuestra propia cultura. Puesto que tenemos esta cultura, necesitamos del lenguaje que corresponda a ella. Expresiones tales como processed [procesado] y ultimate consummation [consumación máxima] han llegado a ser expresiones muy comunes entre nosotros, pero son expresiones nuevas tanto en inglés como en chino. Si no hubiéramos estado sopesando y considerando la verdad para inventar términos nuevos, ¿cómo podríamos explicar nuestra cultura particular? Ésta es una cultura espiritual, una cultura celestial y una cultura en la economía de Dios. No puede ser explicada con ningún idioma en la tierra, sino sólo con el idioma espiritual y celestial. En cuanto a la verdad de la Trinidad, W. H. Griffith Thomas, fundador del Seminario Teológico de Dallas, señaló que, debido a lo inadecuado que es nuestro idioma, podíamos tomar prestado el término persona para definir a la Trinidad, pero que si hacíamos demasiado hincapié en este término, ello podría conducirnos al triteísmo. Por tanto, es necesario inventar términos nuevos que definan la cultura espiritual.
Cuando los misioneros occidentales empezaron a traducir la Biblia al chino, no pudieron traducir expresiones tales como en Cristo porque en la cultura china sólo tenemos expresiones como por, por medio o por causa de. Sin embargo, la Biblia muchas veces utiliza expresiones tales como en gracia, en poder, en la luz y en la verdad. Por ejemplo, la versión popular de la Biblia en chino traduce Filipenses 3:1: “Regocijaos por el Señor”, mientras que otra versión lo traduce: “Regocijaos por causa del Señor”; sin embargo, en el texto original dice: “Regocijaos en el Señor”. Las ocho personas que componían la familia de Noé entraron en el arca y fueron salvas en el arca, no externamente por medio del arca; ellas sólo pudieron hallar paz dentro del arca. Debido a este problema, algunos misioneros occidentales crearon la nueva expresión en Cristo en chino para hablar de la nueva cultura con el nuevo idioma. Hoy en día los que aprenden de computadoras tienen su terminología técnica que no es comprensible para el común de la gente. Cada mensaje que hemos dado en los dos años recientes casi totalmente contienen un nuevo idioma, pero nuestro entendimiento aún no es el adecuado. Debemos esforzarnos por estudiar el nuevo idioma espiritual a fin de poder expresar las verdades espirituales de manera cristalizada.
El significado esencial y cristalizado del Cuerpo de Cristo es que el Dios Triuno se mezcla con Su pueblo escogido y redimido hasta formar una sola entidad orgánica. A menos que comprendamos este significado cristalizado y esencial del Cuerpo de Cristo, no podremos llevar a cabo lo que deseamos hacer hoy en la iglesia. Si comprendemos dicho significado esencial, no encontraremos ninguna dificultad.
El Nuevo Testamento no nos habla de la unidad de la iglesia; la unidad no es algo que corresponde a la iglesia, sino al Cuerpo. La oración que el Señor hizo por los creyentes en Juan 17 era acerca del Cuerpo. Él oró diciendo: “Padre santo, guárdalos en Tu nombre, el cual me has dado, para que sean uno, así como Nosotros [...] para que todos sean uno; como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros” (vs. 11b, 21). Los creyentes pueden experimentar esta unidad únicamente si están en el Padre Santo, en el Hijo Santo y en la Trinidad Santa.
La unidad a la cual el Señor aspiraba y por la cual oró en Juan 17 es la unidad del Espíritu descrita en Efesios 4:3-6. Es imprescindible ver que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, el cual es una entidad constituida del Dios Triuno y aquellos que Él escogió y redimió. En este Cuerpo se halla la realidad de la unidad. La unidad genuina no corresponde a la iglesia, sino al Cuerpo, es decir, la verdadera unidad es la unidad orgánica del Cuerpo. En la localidad, esta unidad es llamada unanimidad. Sin la unidad del Cuerpo, no sería posible experimentar unanimidad en la iglesia.
La unanimidad se menciona por primera vez en Hechos 1. Los ciento veinte habían llegado a ser uno en el Cuerpo, y en esa unidad perseveraron unánimes en la oración (v. 14). Si la iglesia en Taipéi está simplemente en unanimidad, ello aún no será la unidad, porque la unidad corresponde al Cuerpo. Si usted está en unanimidad únicamente en la iglesia en Taipéi, pero no le importa en lo más mínimo las demás iglesias, esa clase de unanimidad es un pequeño grupo sectario.
Antes de la tormenta reciente que tuvimos en el recobro del Señor, cierto hermano que asumía el liderazgo dijo que su “núcleo” tenía algo que las iglesias de Taiwán y otros lugares no tenían. No sólo las iglesias de otras localidades fueron excluidas del “núcleo” del cual hablaba, sino también los hermanos y hermanas de su localidad; dicho núcleo sólo incluía a un pequeño grupo de hermanos. Esta clase de unanimidad es una gran división. Dicho hermano que llevaba la delantera estaba edificando una supuesta unanimidad, pero a la postre su edificación produjo una gran división. Esto sucedió porque él no vio el Cuerpo. Si vemos el Cuerpo, nos será imposible causar división.
Quisiera referirme al modelo del hermano Nee. En primer lugar, la manera en que el hermano Nee estudiaba la Palabra dejó una profunda impresión en mí y cambió mi manera de estudiar la Palabra. Segundo, él me confirmó que yo debía abandonar mi empleo para servir al Señor a tiempo completo. Esto sucedió en 1933. En aquel tiempo, sostuve una tremenda lucha por un total de tres semanas, del 1 al 21 de agosto, en la cual consideraba si debía o no dejar mi empleo y servir al Señor a tiempo completo. Luego en septiembre recibí una carta de parte de él en la que me decía brevemente: “Hermano Witness, en cuanto a su futuro, me parece que usted debe servir al Señor a tiempo completo. ¿Qué le parece? Que el Señor lo guíe”. Él me envió aquella carta el 17 de agosto, exactamente en el momento en que yo experimenté la lucha más intensa delante del Señor. El hermano Nee y yo no nos escribíamos cartas con frecuencia y él no tenía ni idea de la lucha en que me encontraba. Por consiguiente, sentí que debía ir a verlo. Más tarde, cuando fui a Shanghái y estuve hospedado en su casa, le pregunté respecto a este asunto. Me dijo que cuando escribió esta carta estaba regresando de Inglaterra en un barco que navegaba por el mar Mediterráneo. Mientras el mar estaba calmado y sereno, se puso a considerar delante del Señor con respecto a la obra en China. Fue en ese momento que tuvo el sentir de escribirme esa carta tan breve. Por medio de esa carta fuimos edificados el uno con el otro como nunca antes.
Cuatro meses después de haber llegado a Shanghái, un día el hermano Nee vino y me dijo: “Hermano Witness, todos los colaboradores aquí en Shanghái sentimos que usted debería mudarse aquí con su familia para quedarse”. Él quería que yo le presentara este asunto al Señor. Cuando le presenté este asunto al Señor y oré al respecto, el Señor usó Hechos para mostrarme que respecto a Su mover había una sola corriente en la tierra; es decir, que en Su mover en China no debía haber dos corrientes, dos fuentes. Por lo tanto, me mudé allí con mi familia, y desde entonces he permanecido en esta corriente.
En tercer lugar, el hermano Nee verdaderamente conocía a Cristo y Su Cuerpo. La obra que Él llevó a cabo no era para su beneficio en absoluto; él no llevó a cabo su propia obra. Él jamás intentó “echarse al bolsillo” a ninguna de las iglesias que fueron levantadas por él. El hermano Nee fue un pionero en cuanto a esto, y yo soy su seguidor. Gracias al Señor, él verdaderamente fue un excelente modelo para mí, y por ello puedo aún estar ministrándoles aquí hoy. Yo fui usado grandemente por el Señor. La iglesia en Chifú fue establecida por medio de mí, pero yo no mantuve dicha iglesia “en mi bolsillo”. Cuando el ministerio del hermano Nee fue interrumpido, yo fui usado considerablemente por el Señor para restaurar a la iglesia en Shanghái, pero en todo lo que hice, siempre me mantuve en comunión con el hermano Nee. Más tarde, fui a Taiwán. Hoy en día también puedo testificarles que nunca llegué a echarme “al bolsillo” a las iglesias de Taiwán. Ni el hermano Nee ni yo llevamos a cabo una obra de índole personal; antes bien, llevamos a cabo la obra del recobro del Señor. El recobro del Señor tiene como fin la edificación del Cuerpo de Cristo.
Debido a que el recobro del Señor se extendió tanto en los Estados Unidos, algunos me condenaron diciendo que yo ejercía control. La mayoría de ustedes hermanos son de Taiwán. ¿Quién entre ustedes podría presentar pruebas de que yo los controlaba? Desde 1984 hasta 1989 yo recibí la carga de parte del Señor de regresar a Taiwán para estudiar la manera en que el recobro del Señor podría proseguir. Sin embargo, unos pocos tenían el concepto equivocado y pensaban que yo quería mantener toda la iglesia en mis manos, así que empezaron a propagar rumores y a causar problemas. El concepto que tenían era completamente natural, y no vieron el Cuerpo. Después de mi estancia de cinco años en Taiwán, dejé establecido un entrenamiento que ha producido cientos de obreros de tiempo completo, quienes luego fueron a las aldeas y establecieron docenas de iglesias. ¿Está este entrenamiento en mis manos hoy en día? ¿En manos de quién están las iglesias en Taiwán hoy?
Gracias al Señor, después de que regresé a los Estados Unidos en 1989, decidí establecer un entrenamiento en Anaheim. El recobro del Señor fue estabilizado después de cinco o seis años. El Señor también confirmó este entrenamiento. Después de la guerra en el Golfo Pérsico, inmediatamente algo dentro de mí me recordó, diciendo: “¿Por qué no empiezas la obra en Rusia? Ese territorio con una población de 350,000,000 habitantes ha estado en manos de los comunistas por setenta años y ahora está abierto. ¿Por qué no ir allí?”. Esto ocurrió en abril de 1991. Luego, en mayo, durante la Conferencia del Día de Conmemoración, declaré que íbamos a ir a Rusia. En octubre de ese mismo año, más de treinta personas fueron allí. La mayoría de ellos fueron producidos por el entrenamiento en los Estados Unidos. Ahora que están en Rusia, aun si yo quisiera mantener el control, no sería posible. Perdónenme por decirles esto: aunque un gran número de iglesias ha estado a mi cuidado, ninguna de ellas se quedó en mis manos.
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