Llevar fruto que permanece, tomo 2por Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6315-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Hoy en día estamos recibiendo la carga de abrir paso al nuevo aspecto y fortalecerlo, y poco a poco la tendencia será que el nuevo aspecto reemplazará el viejo. Sin embargo, esto no significa que cuando el viejo aspecto sea reemplazado por el nuevo, el viejo sea completamente abandonado. No, no es así. Podemos usar como ejemplo un avión 747. Este avión tiene dos alas, una a la derecha y otra a la izquierda. Si solamente tuviera una sola ala, sin duda tendría problemas. Para tener el debido equilibrio las dos alas son necesarias. De manera semejante, las reuniones grandes son un ala, y las reuniones pequeñas son la otra ala. Así que tenemos estos dos aspectos, y la Biblia contiene ejemplos de ambos. Por un lado, estaban las reuniones de casa en casa, y, por otro, había ocasiones en las que toda la iglesia se reunía (Hch. 2:46).
Las reuniones de hogar son casi como las comidas que a diario tomamos en nuestros hogares; sin embargo, lo que se describe en 1 Corintios 14:26 es una ocasión en la que toda la iglesia se reúne, lo cual no ocurre tan a menudo como las reuniones de hogar. No es fácil participar en una reunión grande todos los días, pero asistir a una pequeña reunión todos los días, e incluso dos veces al día, es bastante factible. Debido a nuestros viejos hábitos, no nos reunimos con frecuencia en la mañana; sin embargo, hoy en el nuevo aspecto del recobro del Señor, debemos llegar al punto en que tengamos reuniones aun en las mañanas, puesto que a algunas personas no les resulta conveniente reunirse a otra hora. Con respecto a la práctica de la nueva manera, debemos avanzar y estudiar continuamente.
Hoy la vida de iglesia en el recobro del Señor debe equilibrarnos a todos de modo que tengamos una perspectiva integral. Tengo la certeza de que en unos cuantos años la multiplicación y el aumento en la iglesia llegarán al punto en que aunque usted esté en la iglesia aquí, no sabrá lo que está sucediendo en todos los salones de reunión. Para entonces, los métodos de la vieja manera ya no servirán en absoluto. La vieja manera únicamente sirve en el viejo entorno. Ahora en el nuevo entorno lo único que tiene validez es la nueva manera. Asimismo, gradualmente veremos que ni siquiera los que participan en las reuniones de hogar serán todos iguales. Algunos preferirán reunirse en el salón de reuniones, mientras que otros preferirán no ir al salón de reuniones. Sin embargo, el hecho de que alguien no asista a la reunión en el salón de reuniones no significa que no reconozca la iglesia. Tal creyente aún reconoce la iglesia, sólo que prefiere reunirse en los hogares.
Tales situaciones ya se han manifestado en las reuniones de hogar. No podemos “halar una pequeña planta para que crezca más rápido”, es decir, no podemos forzar ni llevar a rastras a un nuevo creyente al salón de reuniones. No estaría bien hacer eso. Aunque un hermano no venga a las reuniones en el salón de reuniones, con todo, él se reúne en los hogares y no va a las denominaciones ni participa en otras organizaciones; eso ya de por sí es una buena situación. Todo lo que debemos hacer es suministrarles a los nuevos creyentes las verdades, ayudarles en términos de la vida divina, cuidar de ellos en su vida diaria y permitir que ellos mismos conduzcan sus reuniones de hogar. De este modo, ellos espontáneamente serán perfeccionados en la verdad, crecerán en vida y permanecerán en la vida de iglesia. Esto es lo que deseamos y esto es lo que actualmente estamos practicando.
Debido a esta necesidad, en cada reunión de la mesa del Señor, e incluso antes y después de la reunión de oración, debemos ministrar un breve mensaje que esté lleno de vida y luz (es decir, lleno de la verdad). Esto permitirá que los que estén en la reunión sean perfeccionados en todo aspecto.
En resumen, con mayor empeño aún debemos propagar la verdad y no descuidarla. He aquí, un gran problema, al cual todos debemos prestar atención. En nuestra propagación no podemos estar ciegos ni limitarnos solamente a una manera de hacer las cosas. Por ejemplo, algunos hogares desearán abarcar Lecciones de vida, otros desearán abarcar Lecciones de la verdad, y otros querrán abarcar los mensajes del Estudio-vida. No podemos unificar todas estas diferentes situaciones, ni necesitamos hacerlo. En cada casa se come arroz, pero se come de manera diferente; unos comen arroz sofrito, mientras que otros comen sopa de arroz. Espero que todos tengamos esto claro. Cuando salgamos, debemos aprender a ampliar nuestra perspectiva y no limitarnos de ninguna manera.
A fin de extendernos y propagarnos, no debemos limitarnos a una sola manera de hacer las cosas, tampoco debemos esperar ansiosamente que una persona mejore o que una familia cambie. Esto no es necesario. Debemos aprender a aceptar diferentes maneras y diferentes condiciones. Si a algunos hogares les encantan los mensajes del Estudio-vida, déjenlos leer dichos mensajes. Si a otros hogares les encantan Lecciones de la verdad, déjenlos usar Lecciones de la verdad. Dejen que ellos decidan por sí mismos y lo hagan por su propia cuenta. Así, ellos serán perfeccionados y edificados.
De ese modo, la vida de iglesia en el futuro tendrá no sólo unos cuantos aspectos y direcciones, sino muchos. Ello nos exigirá tener una perspectiva amplia al tratar los asuntos en la vida de iglesia. Según la situación práctica, ninguna persona puede atender tantas situaciones diferentes. Para ello se requiere que todos asumamos la responsabilidad juntos. Sin embargo, aunque las situaciones puedan ser diferentes, debemos ser absolutamente uno en lo que se refiere a creer en la Biblia, en el Dios Triuno, en Jesucristo, en la necesidad de recibirlo a Él, quien es el Señor crucificado y resucitado, el carácter único del Cuerpo de Cristo y la unidad de la expresión del Cuerpo en diferentes iglesias locales. Todas éstas son cosas a las cuales todos debemos adherirnos de forma absoluta. Sin embargo, con respecto a los demás asuntos, nuestra perspectiva necesita ser ampliada.
Es posible que observemos la situación de las iglesias en el libro de Hechos. Después de Hechos, desde Romanos hasta Apocalipsis, la situación entre las iglesias que vemos en las Epístolas no era la misma, pero su fe era absolutamente una sola. En cuanto a Dios, la fe está relacionada con la Biblia como Palabra de Dios, con la revelación de Dios, con el Dios Triuno y con el hecho de que Jesús es Dios y el Hijo de Dios que murió y resucitó por nosotros. Con respecto al hombre, la fe es la creencia de que necesitamos ser salvos mediante el perdón de nuestros pecados y regenerados para obtener la vida de Dios, que Cristo tiene un solo Cuerpo y que la expresión de este único Cuerpo en cada localidad también es una sola. Ésta es nuestra fe. Con respecto a los demás asuntos, ya sea que se trate del partimiento del pan o de otras prácticas en la vida de iglesia, no insistimos en nada.
Podemos comparar las iglesias a los diferentes rostros con los que Dios creó al hombre. No hay dos rostros que sean exactamente iguales. Todos tienen su propio rostro, el cual es diferente de los demás. Incluso podemos distinguir entre los rostros de dos gemelos idénticos. También hay diferencias en cuanto a la tez y el color; algunos rostros son negros, mientras que otros son blancos, rojos o marrones. Los colores pueden ser diferentes, pero, en general, los rostros siguen siendo iguales. De modo semejante, en la vida de iglesia cada hogar puede tener un aspecto diferente, pero el principio en cada uno es igual, pues cada hogar sigue teniendo “dos ojos, dos oídos, dos labios y una nariz”.
Sucede lo mismo con respecto al comer. Las personas de diferentes países, y a veces hasta las personas del mismo país, no comen lo mismo. A algunas les gustan la leche y los sándwiches, a otras les gustan la leche de soya y los bollos fritos, y a otras les gustan la avena cocida y las verduras. No podemos obligar a la gente que coma lo mismo. En la vida de iglesia, a algunos les gusta Lecciones de la verdad, a otros Lecciones de vida, y a otros los mensajes del Estudio-vida. Lo que comemos tal vez sea diferente, pero las “vitaminas” que contienen son igualmente nutritivas.
Hoy en día, los de la generación más joven son los representantes del recobro del Señor. Ellos son los miembros “principales”, los sucesores en el recobro. Espero que cuando ellos respondan para asumir la carga del recobro, su perspectiva no sea estrecha, sino tan vasta como el universo. Ellos deben permitir que su visión sea agrandada al máximo.
No es nada insignificante el hecho de poder celebrar la mesa del Señor en cada hogar y que cada hogar nos reciba con un amén. En cuanto al futuro de la iglesia en el recobro del Señor, la verdad es absolutamente inalterable, pero las prácticas externas cambiarán drásticamente. La era de la carreta tirada por bueyes ha caducado, y ha llegado la era de los aviones 747. De manera semejante, de aquí a tres o cinco años veremos que la situación en la iglesia será notoriamente diferente, aunque la verdad permanecerá absolutamente igual. Independientemente de cuánto cambien las comidas con el paso del tiempo, la comida que Dios creó con sus elementos y esencias nutritivas permanecerá sin sufrir ningún cambio. Espero que todos podamos ver esto.
Debemos llegar al punto en el cual las reuniones de hogar, las reuniones grandes, las reuniones pequeñas y todos los diferentes tipos de reunión se adhieran al mismo principio, a saber: anunciar a Cristo. Nosotros lo anunciamos en toda sabiduría, no sólo con Lecciones de la verdad o con las Lecciones de vida, sino en toda sabiduría y en todo tipo de sabiduría. Y no solamente lo anunciamos, sino que también amonestamos y enseñamos a todo hombre a fin de presentar a todo hombre perfecto, completo y plenamente maduro en Cristo delante de Dios. Ésta es la meta de nuestras reuniones de hogar.
(Mensaje dado el 26 de mayo de 1987 en Taipéi, Taiwán)
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