Experiencia de vida, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-632-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Después de haber pasado a través de los cinco puntos principales de la consagración, debemos tener bastante claridad respecto de esta lección. Desde el punto de vista de la verdad, podemos decir que todo lo que pertenece a la doctrina de la consagración está incluido en estos cinco puntos. Desde el punto de vista de la experiencia, en tanto que una persona esté verdaderamente consagrada, experimentará estos cinco aspectos; la única diferencia que podemos mencionar es que algunos pueden haber experimentado estos asuntos en una manera más profunda, otros en una manera más superficial, algunos más evidentemente, otros en una forma más oculta. Por lo tanto, estos cinco puntos de la consagración no fueron concebidos en nuestra imaginación para adoctrinar a la gente; sino que la condición práctica de una persona consagrada es nuestra base para revelar estos puntos y hacerlos explícitos. Tengo la esperanza de que a través de estas explicaciones e investigaciones habrá, por un lado, un desarrollo de la consagración que ya está dentro de nuestro ser interno, y de que por otro, los defectos o la falta de intensidad de la consagración de uno pueda ser revelada, para que por medio de esto, podamos ser capaces de proseguir y progresar continuamente en esta experiencia.
Debemos darnos cuenta de que no es posible llegar a la cumbre de ninguna experiencia en vida solamente experimentándolo una vez. Necesitamos buscar continuamente, para que nuestra experiencia crezca gradualmente y llegue a ser más plena, hasta que alcance la etapa de madurez. A pesar de que algunos hermanos y hermanas se han consagrado, con todo, sólo han tenido un comienzo; no han tenido mucha experiencia en la consagración. Ellos necesitan buscar continuamente y profundizar su experiencia en este asunto.
Si queremos entrar en una casa, usualmente necesitamos andar cierta distancia, después de la cual entramos por la puerta de la casa. Pero en la experiencia espiritual es lo opuesto. Debemos entrar por la puerta primero, y luego comenzar a andar. Toda experiencia de la vida espiritual requiere que primero crucemos la puerta y pasemos a través de una crisis para tener un comienzo; después de esto debemos andar otra distancia y continuar hacia adelante para buscar y tener aún más experiencias. La crisis que experimentan algunas personas es bastante débil y sin peso; así que ellos todavía deben continuar buscando. Por otro lado, algunas personas experimentan una crisis aguda y decisiva. Sin embargo, de igual manera necesitan continuamente seguir y buscar una consagración más profunda.
A pesar de que los cinco aspectos de la consagración están incluidos desde el principio en la experiencia normal de la consagración de una persona como si éstos hubiesen sido ya alcanzados, con todo, esto no quiere decir que su experiencia de consagración sea completa. Esta apenas ha comenzado; es simplemente entrar por la puerta. Todavía hay un largo camino por delante, el cual debe andar, en la senda de la consagración. Consecuentemente, debemos ser firmes en nuestra consagración en todo ambiente, y debemos practicar nuestra consagración en cada asunto, y en toda oportunidad debemos consagrarnos de nuevo y en una forma fresca. Haciendo esto podemos ir hacia adelante en la senda de la consagración.
En los tiempos del Antiguo Testamento el holocausto tenía que ser ofrecido todos los días, no sólo en la mañana sino también en la tarde. En cada sábado, en cada luna nueva, y durante cada fiesta, eran requeridos holocaustos especiales (Nm. 28). También eran necesarios holocaustos especiales para grandes eventos (Lv. 8:18, 28; 1 R. 3:4, 15; 8:62-64). Una ofrenda no era suficiente; se requerían ofrendas diariamente, en cada fiesta, y en cada acontecimiento. El holocausto, por lo tanto, es una de las ofrendas más importantes en el Antiguo Testamento. Debido a esto, el altar de bronce era así específicamente llamado “el altar del holocausto”. La frecuencia de estas ofrendas tipifica la necesidad de que hagamos una nueva consagración cada día. Cuando venimos a convocaciones especiales y a eventos especiales necesitamos hacer ofrendas especiales. Si nos consagráramos repetidas veces en esta forma, la experiencia de la consagración se acrecentaría y se formaría en nosotros.
Muchos de nosotros hemos leído la biografía de la señora Guyón. A través del relato de su vida podemos ver que ella era una persona que estaba firme en su consagración, y que avanzaba continuamente. En consecuencia, podemos distinguir claramente los cinco aspectos de la consagración expresados en ella cuando tenía una edad avanzada. La base de su consagración era tan firme como una roca. Siempre que había una controversia entre ella y el Señor, había una roca bajo sus pies en la cual ella se paraba continuamente. Ella le decía: “¡Señor, Tú me has comprado!” El motivo de su consagración era como la fuerza poderosa de aguas impetuosas; por lo tanto, su consagración permanecía dulce y absoluta. En su autobiografía muchas veces mencionó que renovó sus votos matrimoniales con el Señor. Esto muestra que en su ser interior fue constantemente conmovida y constreñida por el amor del Señor, pues los votos matrimoniales son una expresión de amor en su forma más elevada. Desde el punto de vista humano, el camino que ella anduvo fue un camino de mucho sufrimiento, pero para ella fue un camino sumamente dulce; por causa del amor del Señor, su sufrimiento fue transformado en dulzura. El significado de su consagración era aún más claro. A pesar de que algunas veces ella estaba en su casa sirviendo a su esposo y cuidando a su niño, con todo y eso, fue una persona que verdaderamente permaneció en las manos del Señor. Estaba dispuesta a retirar sus manos y a ponerse enteramente en las manos de Dios. Ella le decía: “Oh, Dios, si Tú quieres usarme, herirme, presionarme o moldearme, quiero estar a Tu disposición; aun si quieres cortarme en pedazos y matarme, estoy a Tu disposición. No estoy en mis propias manos; me he entregado a Ti”. Este aspecto en particular es especialmente claro en la señora Guyón. El propósito de su consagración no era confuso. Realmente fue una persona que a través de su consagración permitió que Dios trabajara en ella, esculpiera en ella, la quebrantara y la presionara. Por consiguiente, su función fue expresada en una forma plena: brilló como el sol del medio día. Consideramos que en los últimos tres siglos ella ha suministrado más vida a los santos que cualquier otra persona. Puesto que ella permitió que Dios se forjara en ella al máximo, tenía lo máximo para ministrar a otros. Aun después de su muerte, hasta este mismo día, recibimos su ayuda. Finalmente, el resultado de su consagración hace que nosotros adoremos a Dios aún más. Ella no tuvo éxito en el mundo, ni en su obra espiritual hubo ninguna perspectiva futura. Podía decir que sólo era un montón de cenizas; todo se había ido. Por otro lado, en el universo, delante de Dios, ella siempre estará produciendo un olor fragante para la satisfacción de Dios y para el disfrute de Su pueblo. La experiencia de consagración en ella verdaderamente alcanzó plena madurez.
Habiendo pasado por todos estos asuntos relacionados con la consagración, podemos entender que la consagración no es sólo conocer el derecho de propiedad en la mente o sentir el amor en nuestro afecto, ni es sólo una actitud y expresión nuestra hacia Dios. Hablando con propiedad, la consagración misma es una parte de la vida; y en este aspecto es una parte principal de vida. La experiencia de consagración, por tanto, es realmente la experiencia de vida. La plenitud de nuestra experiencia de vida depende de la plenitud de nuestra experiencia de consagración. Así que si uno procura la experiencia de la consagración, ésta le permitirá crecer en vida. Además, ya que la consagración es una parte de la vida, entonces por medio de seguir esta vida y vivir en ella, la ley de vida hará que los cinco aspectos de la consagración se produzcan en nosotros clara y espontáneamente. Cuando al principio nos consagramos, nuestra experiencia es similar a la de un embrión en el vientre de una madre: uno no puede distinguir el oído, el ojo, la boca ni la nariz. Sin embargo, a medida que vamos creciendo en vida estos cinco aspectos relacionados con la experiencia de consagración van tomando forma en nosotros gradualmente. Entonces tenemos verdaderamente un sentir de que hemos sido comprados por Dios y de que todos nuestros derechos están en Sus manos. Nos convertimos en prisioneros de Su amor porque Su amor ha traspasado nuestro corazón. Ciertamente nos convertimos en un sacrificio puesto en el altar para el disfrute y satisfacción de Dios. Seremos aquellos en quienes Dios se habrá forjado cabalmente y quienes, entonces, podrán trabajar para El. Nuestro futuro será ciertamente como un puñado de cenizas. Todas nuestras vías de escape de la voluntad de Dios habrán sido cerradas; sólo Dios será nuestro futuro y camino. En ese momento la experiencia de nuestra consagración ciertamente habrá madurado. Que todos nosotros, por la gracia del Señor, sigamos y prosigamos juntos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.