Historia de la iglesia y las iglesias locales, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-585-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En nuestra comunión hasta aquí, hemos visto cinco categorías principales de elementos relacionados con la historia de las iglesias locales: las revelaciones, los sufrimientos, el ministerio, la obra y las iglesias. Vimos que el ministerio viene de las revelaciones más los sufrimientos. Con el ministerio tenemos la obra que produce las iglesias. La obra no proviene de ciertas doctrinas, dones o prácticas, sino del ministerio. El ministerio es compuesto, producido y formado por medio de las revelaciones mezcladas con los sufrimientos. Esto corresponde a la experiencia del apóstol Pablo. En primer lugar, él recibió las revelaciones de parte del Señor. Además de recibir estas revelaciones, Pablo pasó por muchos sufrimientos. De ahí provenía el ministerio. Pablo laboraba por el ministerio y con el ministerio, y esa labor producía las iglesias.
Hoy en día en esta era, el principio es el mismo. El Señor nos da las revelaciones. Luego nos pone en ciertas circunstancias de sufrimientos para que podamos tener el ministerio. Con este ministerio obramos, y como resultado de esta obra, son producidas las iglesias. La propagación de la práctica de la vida de iglesia se lleva a cabo por medio de la obra realizada por un ministerio específico, el cual se compone de sufrimientos y revelaciones. Lo que el Señor nos ha conducido a experimentar en Su recobro corresponde con lo que está descrito en el Nuevo Testamento.
Nuestra historia ha sido una historia de ser librados del presente siglo maligno. Esto concuerda con las palabras de Pablo en Gálatas 1:4. El libro de Gálatas empieza de una manera muy especial. De hecho, cada libro de la Biblia comienza de una manera específica. Génesis empieza diciendo que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. Juan empieza diciéndonos que en el principio estaba la Palabra. Primera Corintios empieza mostrándonos que podemos invocar el nombre del Señor para disfrutarle como nuestra porción. Gálatas, un libro corto de seis capítulos, empieza con una palabra que no se halla en ningún otro libro. En el versículo 4 Pablo dijo que el Señor Jesucristo “se dio a Sí mismo por nuestros pecados para rescatarnos del presente siglo maligno, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre”. Algunos quizás les hubiera parecido más lógico que Pablo hubiera dicho que Cristo se dio a Sí mismo por nuestros pecados para librarnos del infierno, pero eso no fue lo que él dijo. Pablo dijo que Cristo murió por nuestros pecados para librarnos del presente siglo maligno. Esto concuerda con la voluntad de nuestro Dios y Padre.
El libro de Efesios revela que la voluntad de Dios es obtener la iglesia como Cuerpo vivo para Cristo (1:22-23; 3:10-11). Su voluntad no es tener una organización sino un organismo. La voluntad de Dios no es tener la religión judía ni la religión cristiana. La voluntad de Dios es tener el Cuerpo orgánico de Cristo. Su voluntad no es tener la circuncisión ni la incircuncisión. La voluntad de Dios es tener la nueva creación (Gá. 6:15). La nueva creación es el nuevo hombre (Col. 3:10), y este nuevo hombre es la iglesia.
Cristo se dio a Sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo maligno conforme a la voluntad de Dios. Necesitamos ver la diferencia entre el siglo y el mundo. En Efesios 2:2 Pablo dijo que nosotros antes andábamos según la corriente o el siglo de este mundo. El mundo se refiere al sistema satánico compuesto de muchos siglos. Un siglo es una parte, una sección, un aspecto, la apariencia actual y moderna, del sistema de Satanás, el cual es usado por él para usurpar y ocupar a la gente y mantenerla alejada de Dios y de Su propósito. El mundo es el sistema completo, y en este sistema hay diferentes edades. Satanás formó este sistema mundial que es contrario a Dios, para sistematizar a los hombres usando la religión, la cultura, la educación, la industria, el comercio, los entretenimientos, etc., por medio de la naturaleza caída del hombre en sus concupiscencias, placeres, búsquedas y aun en su complacencia en las cosas necesarias para la vida diaria, como por ejemplo, la comida, el vestido, la vivienda y el transporte. Todo este sistema satánico está en las manos del maligno (1 Jn. 5:19).
El presente siglo maligno de los tiempos de Pablo era el judaísmo, o sea, la religión judía que predominaba. Pablo sigue su hilo de pensamiento acerca de este siglo maligno en Gálatas 1:13 y 14 diciéndonos cómo se conducía él en ese siglo maligno: “Porque habéis oído de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres”. Esto describe cómo Pablo estaba en la sección religiosa del sistema satánico.
¿Cuál es el propósito de Satanás? Su intención es sistematizar a las personas metiéndolas en su mundo y manteniéndolas alejadas de la voluntad de Dios que es tener el Cuerpo de Cristo. En tanto que seamos alejados del Cuerpo de Cristo, somos alejados de la voluntad de Dios y somos sistematizados y somos puestos en el sistema de Satanás. Satanás usa el entretenimiento mundano, las cosas pecaminosas, y hasta las cosas religiosas para sistematizar a las personas, manteniéndolas así alejadas de la voluntad de Dios. En los tiempos de Pablo, Satanás usaba el judaísmo como un sistema para encerrar a todos los fariseos, escribas, sacerdotes y ancianos, entre el pueblo judío. Hoy en día Satanás utiliza la religión cristiana como un sistema para encerrar a muchos del pueblo del Señor manteniéndolos alejados de la voluntad de Dios, la cual consiste en obtener el Cuerpo orgánico de Cristo.
Romanos 12:2 dice: “No seáis amoldados a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada y lo perfecto”. La voluntad de Dios es la vida del Cuerpo. En tanto que estemos fuera de la vida del Cuerpo, estamos fuera de la voluntad de Dios. El factor más preponderante que puede apartarnos de la voluntad de Dios, que es el Cuerpo de Cristo, es el siglo presente. Por lo tanto, no debemos amoldarnos a este siglo. Según vemos en Gálatas, Pablo consideraba la religión como un siglo, una sección más dentro del sistema de Satanás. No debemos amoldarnos como la religión. Pablo dijo que él había sido librado de eso. Anteriormente, él había estado en el judaísmo, aventajando en el judaísmo a todos sus contemporáneos. El era el religioso máximo, pero un día el Señor se le apareció y lo ganó para Sí. Desde entonces Pablo no predicaba el judaísmo; predicaba a Cristo, el factor viviente que produce todas las iglesias.
Segunda Timoteo y Apocalipsis muestran que al final de la vida de Pablo y de la vida de Juan, las iglesias se habían degradado. Con el tiempo, la degradación llegó a tal grado que se desarrolló otro sistema religioso. Pablo fue librado del siglo del judaísmo. Hoy en día, los cristianos verdaderos y los que buscan más de Cristo tienen que ser librados del sistema religioso del cristianismo. El pueblo del Señor tiene que oír Su llamado: “Salid de ella, pueblo mío...” (Ap. 18:4). Este es el llamado a salir de Babilonia, el sistema religioso del cristianismo.
Uno de los elementos más dañinos del cristianismo es el sistema de clérigos y laicos. En Apocalipsis 2:6 el Señor dijo: “Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco”. La palabra griega traducida nicolaítas se compone de dos palabras: níko y laós. Níko significa conquistar o estar sobre otros, y laós significa laicado. Los nicolaítas deben de haber sido un grupo de personas que se consideraban superiores a los creyentes comunes. Ellos formaron el clero para regir sobre las personas y someterlas, con la excusa de que ellas eran simplemente laicos que no conocían la Biblia.
Los nicolaítas son los así llamados expertos, el clero, que forma una jerarquía. Este sistema ha sido adoptado por la Iglesia Católica Romana y también ha sido promovido por las iglesias protestantes. Hoy en día, en la Iglesia Católica Romana existe el sistema sacerdotal, en las iglesias estatales existe el sistema clerical, y en las iglesias independientes existe el sistema pastoral. Incluso a muchos pastores se les designa con el título de Reverendo, para mostrar que pertenecen a esta categoría especial llamada el clero.
Apocalipsis 2:6 habla de las obras de los nicolaítas, y 2:15 habla de la enseñanza de los nicolaítas. Este sistema de clérigos y laicos ha hecho que la iglesia se convierta en el sistema del cristianismo, que a su vez es otro siglo religioso. Pablo necesitaba ser librado del judaísmo, el siglo religioso de sus tiempos. Hoy en día, nosotros necesitamos ser librados del cristianismo, que es el siglo religioso de nuestros tiempos.
Comparto esto para que podamos darnos cuenta de que nuestra historia ha sido una historia de salir totalmente del cristianismo sin transigencia alguna. Es una vergüenza que algunos de los que entre nosotros son llamados colaboradores, hayan tratado insistentemente de llegar a un punto medio. Ellos dicen que entre las denominaciones y las iglesias locales hay una gran distancia, y que ellos mismos se consideran el puente que une estas dos posiciones. Esto fue un sufrimiento para el hermano Nee, y hoy en día es un sufrimiento para mí.
Desde 1927, apenas dos años después de ser salvo, empecé a ser librado del presente siglo maligno, es decir, el siglo del cristianismo. Algunos me dijeron que no debía decir que el cristianismo está degradado. Pero según Apocalipsis 17, el sistema religioso del cristianismo es una gran ramera. El versículo 5 llama a esta gran ramera “Babilonia la grande, la madre de las rameras”. Nosotros necesitamos ser librados de esta madre y de sus hijas, quienes son las rameras. Puesto que la madre de las rameras es la Iglesia Católica Romana apóstata, entonces sus hijas, las rameras, deben de ser todas las diferentes sectas y grupos del cristianismo que retienen hasta cierto punto las mismas enseñanzas, prácticas y tradiciones de la Iglesia Romana apóstata. Necesitamos ser librados de este presente siglo maligno. Tenemos que salir del cristianismo y volver al Cuerpo de Cristo. La vida de iglesia pura no tiene ningún mal que le haya sido transmitido de la iglesia apóstata.
Debido a que nuestra posición propende por la vida de iglesia pura, algunos se han ofendido. Pero ¿qué podemos hacer? Pablo dijo en Gálatas 1:10: “Si todavía tratara de agradar a los hombres, no sería esclavo de Cristo”. Si tratamos de agradar a los hombres, no sufriríamos persecución como la que sufrió Pablo. La historia del recobro del Señor es una historia de salir y de estar fuera del presente siglo maligno. Hemos quemado los puentes que había entre nosotros y el cristianismo, pero algunos entre nosotros han tratado de edificar un puente para unirnos. No debe haber ningún puente entre las iglesias locales y el cristianismo. Todo debe ser según su propio género. Las denominaciones son según su género, y las iglesias locales también deben ser según su propio género. Debemos ser lo que somos sin transigir y sin jactarnos.
Tengo temor de que en los años venideros, si el Señor demora Su venida, una vez más algunos insidiosos serán usados por el enemigo para tratar de eliminar la brecha que existe entre nosotros y el cristianismo. Necesitamos conservar la distancia que existe entre nosotros y el cristianismo. Cuanto más grande sea ésta, mejor; pues en realidad estamos guardando una distancia entre nosotros y el presente siglo maligno. Damos gracias al Señor que el hermano Nee fue un precursor en esto; él salió del cristianismo y entró en la vida de iglesia pura para llevar a cabo la voluntad de Dios que consiste en obtener el Cuerpo de Cristo. El sufrió por causa de esto durante toda su vida. Hasta fue encarcelado por los comunistas y pasó en prisión los últimos veinte años de su vida. Hubo algunos rumores que decían que él había sido liberado, pero eso no es cierto. El murió en prisión siendo fiel al Señor y nunca cambió su posición. El fue un verdadero mártir. El sufrió el martirio por causa de la iglesia y las iglesias. El fue realmente librado del presente siglo maligno.
Muchos de aquellos que alaban al hermano Nee hoy en día, en realidad se le opondrían si él estuviera aquí. Los escribas y fariseos se excusaban a sí mismos diciendo que si ellos hubiesen vivido en los días de los profetas, no habrían participado en las obras de sus padres, los cuales asesinaron a los profetas. El Señor los expuso diciendo que aunque ellos edificaban las tumbas de los profetas, daban testimonio contra ellos mismos de que eran hijos de aquellos que mataron a los profetas (Mt. 23:29-31). Entonces les dijo que, del mismo modo, ellos matarían y perseguirían a los profetas que les serían enviados (vs. 34-35). El hermano Nee fue perseguido y se le opusieron porque salió del presente siglo maligno para llevar a cabo la voluntad de Dios, la cual es tener el Cuerpo orgánico de Cristo. Nuestra historia es una historia que está por fuera del presente siglo maligno.
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