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Obra de edificación que Dios realizapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7020-2
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 11 Sección 3 de 4

EL RESULTADO
DE LA OBRA EDIFICADORA DE DIOS
ES QUE EL HOMBRE
CREZCA CON EL CRECIMIENTO DE DIOS

Espero que ustedes realmente vean que si queremos llevar a cabo el propósito eterno de Dios al expresar a Dios y al derrotar a Su enemigo, debemos permitir que Dios se edifique en nosotros. Ya dijimos que el edificio de Dios depende de nuestro crecimiento espiritual, y que nuestro crecimiento espiritual es el resultado del crecimiento de Dios en nosotros. Debido a que Dios está constantemente realizando la obra de forjarse en nuestra constitución, Su elemento gradualmente está aumentando en nosotros. De esta manera, tendremos el crecimiento en Dios, y este crecimiento será el edificio de Dios en nosotros. Queridos hermanos y hermanas, esto no es demasiado difícil de entender. Ya que ustedes han sido salvos por varios años, deben preguntarse a sí mismos cuánto ha crecido el elemento de Dios en ustedes. ¿Cuánto del elemento de Dios está en ustedes hoy en comparación con hace tres años? Si no ha aumentado nada, entonces deben saber que no han crecido mucho y que tampoco han experimentado mucha edificación.

Es una verdadera lástima que algunos cristianos sepan muchas doctrinas y tengan mucho conocimiento bíblico, pero apenas tengan una medida muy limitada del elemento de Dios en su interior. Cuando uno se encuentra con un cristiano así, percibe que es una persona muy pobre que interiormente está escasa de Dios. Recuerden que ser ricos en conocimiento bíblico no lo hace a usted una persona rica. Únicamente el crecimiento de Dios mismo en usted puede hacerlo rico. Una persona puede conocer muy bien las Escrituras y al mismo tiempo ser una persona frívola. Solamente Dios es lo que hace que el hombre tenga peso. Dios no es solamente la riqueza, sino también el peso que el hombre tiene. A veces cuando uno se encuentra con un creyente, tiene el sentir de que es muy pobre, frívolo, superficial y escaso de Dios. Cuanto más él habla de doctrinas bíblicas, más usted siente que es una persona necesitada y tan liviana como una pluma. Esto indica que está escaso de Dios. Por otra parte, a veces nos encontramos con otro creyente y sentimos que es rico y que tiene peso espiritual. Cuando habla, aunque lo que dice es común y ordinario, con todo, tiene peso. Esto se debe a que tiene una buena medida del elemento de Dios. Puesto que Dios se ha forjado en su constitución, usted siente que sus pensamientos son similares a los pensamientos de Dios y que su manera de pensar es rica, clara y brillante. Usted puede darse cuenta de que su voluntad, su parte emotiva, su percepción y la manera en que trata los asuntos están llenas de Dios. Esto no es teoría ni superstición; todos los que tienen experiencia espiritual saben que ésta es la realidad espiritual y que Dios mismo es esta realidad.

EL RESULTADO
DE LA OBRA EDIFICADORA DE DIOS
ES QUE EL HOMBRE
TENGA LA MEDIDA DE LA ESTATURA
DE LA PLENITUD DE CRISTO

Debemos ver que únicamente el crecimiento de Dios en nosotros es el verdadero crecimiento, como se nos muestra en Colosenses 2:19b, que dice que nosotros crecemos con el crecimiento de Dios. Al crecer, finalmente alcanzaremos cierta etapa y llegaremos a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Esta afirmación, “hasta que todos lleguemos [...] a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13), es rica en implicaciones. Cuando una persona llega a esta etapa, vive delante de Dios y en Dios, así como Cristo vive. Ella entiende el deseo de Dios, se preocupa por los sentimientos entrañables de Dios, obedece la voluntad de Dios y anda conforme a la palabra de Dios.

Una persona que tiene la medida de la estatura de Cristo no critica ni juzga la iglesia tan libremente. Algunos hermanos y hermanas critican y juzgan en cuanto experimentan algo que les desagrada. Esto se debe a que no tienen la medida de la estatura de Cristo. Algunos hermanos y hermanas no se restringen en su hablar, y sus labios nunca han sido circuncidados. Constantemente provocan disputas y participan en conversaciones vanas entre los santos. Son comparables a emisarios de correo y a operadores de la telefónica. Esto también se debe a que carecen de la medida de la estatura de Cristo.

Al respecto no podemos fingir lo que no somos. Usted puede fingir por un breve período de tiempo, pero después quedará en evidencia. A menudo, cuando usted se encuentra con alguien, puede llevarse la impresión de que es una persona muy amable, refinada y cuidadosa. Entonces concluye que dicha persona es un buen hermano o hermana. Pero después de estar con él por más tiempo, se revelará su condición, la cual muestra su carencia de la medida de la estatura de Cristo. Así que usted verá que él es más alocado que otros y que, de hecho, es tan desenfrenado como un caballo o una mula salvaje. Habla, expresa sus opiniones y hace todo despreocupadamente. Así pues, usted se da cuenta de que esta persona no tiene la medida de la estatura de Cristo y que interiormente está escaso de Dios.

Por otro lado, también he visto a algunos que son muy cándidos, sin ningún fingimiento; pero cuanto más tiempo uno pasa con ellos, más siente que son personas de peso. Cuando otros se comportan desmedidamente, él mantiene su compostura. Cuando otros critican, él guarda silencio. Cuando otros discuten y dicen esto y aquello, él dice: “Hermanos y hermanas, volvámonos a Dios y busquémosle nuevamente”. Tales personas son hermanos que verdaderamente tienen la medida de la estatura de Cristo. Hoy en la iglesia no hacen falta más personas que sean fervorosas o bien intencionadas. Muchas veces el celo o las buenas intenciones que no provienen de la obra edificadora de Dios son lo que arruina la obra de Dios y lo que más perjudica a la iglesia. Lo que la iglesia necesita hoy es un grupo de personas que haya experimentado la obra edificadora de Dios y en cuya constitución Dios se haya forjado, de tal modo que posean la medida de la estatura de Cristo. Si en una localidad hay un grupo de personas en quienes continuamente aumenta el elemento de Dios, así como también la medida de la estatura de Cristo, entonces Dios ciertamente tendrá un camino por el cual avanzar. Entonces Dios podrá expresarse y derrotar a Su enemigo por medio de ellos.


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