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Puente y canal de Dios, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3840-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 8 Sección 4 de 4

LEVANTAR CINCO CLASES DE PERSONAS

Una vez que veamos estos cuatro asuntos, debemos pasar mucho tiempo esperando y orando delante del Señor. En nuestras oraciones no sólo debemos prestar atención a estos cuatro asuntos, sino también darnos cuenta de que éstos incluyen muchos otros detalles.

Levantar obreros

En primer lugar, debemos orar para que el Señor levante algunos para que sean obreros que consagren su tiempo al Señor, dejen sus carreras, abandonen su futuro y se entreguen enteramente a Cristo. Una vez que dichos obreros sean levantados por el Señor, ellos de veras vivirán por Cristo y laborarán para Cristo, sin desear ninguna posición, el mundo, conocimiento o fama. Lo único que a ellos les importará será el Señor mismo, Su obra, Su evangelio, Sus iglesias y las almas de los hombres, y por otra parte, renunciarán a todo lo demás, incluyendo todo su futuro. A fin de que las necesidades del Señor sean cubiertas en esta vasta región, el Señor necesita levantar un número suficiente de personas que, de esta manera, respondan a Su llamado. Debemos orar específicamente por esto.

Levantar aquellos que ofrenden
riquezas materiales para la obra del Señor

En segundo lugar, debemos pedirle al Señor que levante a personas que reconozcan las necesidades que hay en la obra del Señor, aquellos que puedan ver que esta obra requiere de recursos y sostenimiento económico. Quiera el Señor levantar esta clase de personas que tengan una gran ambición, osadía y valor a fin de laborar para el Señor, y ganar dinero de muchas maneras para que la obra del Señor no se vea limitada económicamente.

Hoy en día existe una gran necesidad de colaboradores, y también una gran necesidad de dinero. Todos sabemos que hoy en día es imposible hacer cualquier cosa sin obreros y sin dinero. Sin los obreros, no es posible hacer nada; y sin dinero, no es posible seguir adelante. La necesidad de dinero no puede ser atendida con una pequeña cantidad de ofrendas, ni tampoco con ofrendas que los hermanos y hermanas den ocasionalmente cada vez que se sienten inspirados a hacerlo. En lugar de ello, se requiere que un grupo de hermanos y hermanas vean la necesidad, reciban la carga y en seguida le digan al Señor: “Señor, puesto que Tú levantaste esta obra y tienes a muchos hermanos y hermanas que han respondido renunciando al mundo y sacrificando su futuro para laborar sólo para Ti, debo levantarme y hacer negocios para atender esta necesidad, ganando dinero y ganando bienes materiales que suplan la necesidad en Tu obra”. Esto debe considerarse una obra, y no simplemente una ofrenda que se da en un momento de inspiración; es una responsabilidad, un trabajo. Esta manera de ganar dinero para el Señor y hacer negocios por causa de Él, debe convertirse en un trabajo para algunos.

Todas las personas del mundo ganan dinero para sus familias, trabajan por causa de sus hijos y hacen planes para su propio futuro. Todas las personas del mundo son así. Aquí entre nosotros debe haber hermanos y hermanas que se levanten para trabajar en los negocios, haciéndolo con más éxito y ganando más dinero que la gente del mundo. Sin embargo, esto de ninguna manera lo hacen para su propio beneficio, ni para el beneficio de sus familias ni de sus hijos, y definitivamente tampoco lo hacen para asegurar su futuro, sino que, en vez de ello, lo hacen por causa de la obra del Señor, por causa de las almas de los hombres, del evangelio, de las iglesias y del reino venidero del Señor. El Señor debe levantar a tales personas. Sin esta clase de cooperación, podemos decir que la obra del Señor no tendrá ninguna posibilidad de seguir adelante. Por supuesto, en lo profundo de nuestro ser creemos que si el Señor realizara un milagro, Él podría hacer las cosas, pero Él está obligado a usar al hombre. Si el Señor nos dirige de esta manera, de ahora en adelante debemos prestar más atención a este asunto, en comunión.

Levantar ancianos

Tercero, debemos pedirle al Señor que levante a algunas personas dotadas que sean capaces de administrar la iglesia, pastorear la iglesia, amar a los hermanos y hermanas y amar a los hijos del Señor, aun por encima de sus propias familias, de sus propios hijos. Si el Señor levanta a tales personas, todas las iglesias también serán levantadas. Espero que en todos los lugares donde está la iglesia surjan este tipo de personas. Estas personas son lo que la Biblia llama ancianos. Tales ancianos deben ser levantados. Si hay simplemente una obra del evangelio, pero no se tiene la administración de parte de los ancianos, no hay ninguna posibilidad de que la iglesia sea fuerte. Si los ancianos no pueden ser levantados, no existe posibilidad alguna de que la obra vaya adelante, debido a que la obra avanza paso a paso, localidad por localidad. Por ejemplo, si el evangelio llega a cierto lugar, algunas personas son salvas y la iglesia es levantada, esta iglesia debe ser puesta en manos de los ancianos, y entonces la propagación podrá continuar. Si la administración por parte de los ancianos no es adecuada, la obra desde ese lugar será fácilmente sacudida y arrastrada, y más tarde se producirán problemas. Pero si la administración en las iglesias es fuerte en una y otra localidad, la obra que está por delante no se debilitará, sino que, más bien, se fortalecerá.

Por ejemplo, debido a que en los pasados dos o tres años los hermanos de Taiwán demostraron tener la suficiente fuerza, hoy podemos avanzar y propagar la obra. Podemos avanzar sin complicaciones porque no tenemos problemas que nos siguen. No obstante, si llegaran a producirse problemas en Taiwán, no podríamos seguir adelante, sino que únicamente podríamos cuidar de las iglesias existentes. Necesitamos que el Señor tenga misericordia de nosotros y nos ayude a ver cuan necesario es que se levanten ancianos en las iglesias locales; debemos pedirle al Señor que verdaderamente levante a tales personas.

Levantar diáconos

Además de esto, también se necesitan diáconos; el Señor tiene que levantar a muchos hermanos y hermanas que sirvan en esta capacidad. Ésta es la cuarta categoría de personas. Ellos aman la iglesia, aman a los hermanos y hermanas, sirven a la iglesia y sirven a los hijos de Dios que están en la iglesia. Esta categoría de personas debe levantarse de forma numerosa; cuantos más de ellos se levanten, mejor. Según nuestra observación, hasta ahora no ha habido un número suficiente de esta categoría de personas en la iglesia en Manila. Cuantas más personas haya de esta categoría, mejor.

Levantar muchos jóvenes
con un corazón que ame al Señor

Quinto, debemos también pedirle al Señor que levante a muchos jóvenes que tengan un corazón que ame al Señor. El Señor debe levantar a tales jóvenes como un grupo que esté dispuesto a ser guiado, adiestrado, y que participe en la coordinación de la obra del Señor.

A fin de que la obra del Señor pueda desarrollarse, cada una de estas cinco categorías de personas es indispensable. Deben surgir obreros por causa del Señor, así como también hermanos que se dediquen a ganar dinero, ancianos, diáconos y muchos jóvenes, los cuales deben levantarse por causa del Señor. Todas estas personas tendrán el interés de procurar las cosas espirituales, la carga de consagrarse a sí mismas y el deseo de servir al Señor. Todas ellas están dispuestas a ser guiadas y adiestradas para participar en la coordinación de la iglesia. Si estas cinco categorías de personas son producidas, esto nos motivará a darle al Señor toda nuestra alabanza. Por consiguiente, estos cuatro asuntos cruciales y estas cinco categorías de personas deben ser el blanco de nuestras oraciones.

Hemos escuchado ya suficientes mensajes. Espero que hoy podamos laborar para producir algunas cosas específicas, las cuales deben incluir el hecho de llevar a cabo estos cuatro asuntos y de que se produzcan estas cinco categorías de personas. Quiera el Señor tener misericordia de nosotros en estos días para que oremos por estos nueve puntos, y oremos constantemente y esperemos en Él. Necesitamos orar en todo momento y en todo lugar, orando sin cesar y esperando en el Señor de esta manera. Aquel en quien creemos es el Señor viviente y verdadero. La Biblia dice que el día de la venida del Señor está cerca. Si creemos que esto es cierto y fidedigno, debemos cambiar completamente nuestra actitud. Tanto usted como yo debemos prestar atención a estos nueve puntos, y así permitir que el Señor obtenga un camino libre de obstáculos, que la obra del Señor prospere, que nosotros seamos quebrantados y que Él nos gane a nosotros plenamente. Éste es el deseo y la actitud que cada uno de nosotros debe tener.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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