Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4916-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En los pasados mensajes vimos que cuando llegamos a Efesios, la iglesia llega a existir al Cristo venir a morar en nosotros. Éste es el punto culminante. Si escudriñamos el contenido de todos los libros del Nuevo Testamento hasta el final de Efesios, vemos que Pablo alcanzó una consumación. Él nos presentó al Cristo todo-inclusivo, y nos mostró el Cuerpo, la iglesia.
Sin embargo, el apóstol Pablo es un buen ministro y un buen escritor. Incluso después de que llega a este punto culminante, él todavía tiene más que decirnos. Por esta razón, el libro de Filipenses viene después de Efesios. El orden en que fueron colocados los libros del Nuevo Testamento verdaderamente proviene del Espíritu del Señor. Supongamos que pusiéramos Filipenses antes de Hechos, o incluso después de Gálatas. Sencillamente no encajaría tan bien. Sin embargo, el orden en que estos libros aparecen nos presenta un cuadro muy claro y significativo.
¿Cuál es el propósito del libro de Filipenses? Si recibimos suficiente luz de parte del Señor, veremos que después de Efesios, un libro que trata acerca de la iglesia, Filipenses nos presenta un verdadero cuadro de la manera práctica de llevar la vida de iglesia. Después de ver la maravillosa vida de iglesia en el libro de Efesios, necesitamos saber cómo practicarla. Por consiguiente, Filipenses viene después de Efesios para mostrarnos la manera práctica de llevar la vida de iglesia.
En un sentido, el libro de Filipenses no es simplemente un libro que nos imparte revelación, sino un libro práctico. Hemos seleccionado versículos de cada uno de los cuatro capítulos de este libro, y todos estos versículos representativos nos hablan principalmente de la práctica.
Examinemos Filipenses 1:19, que dice: “Sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación”. Sin lugar a dudas, ésta es una experiencia diaria muy práctica. A Pablo le sucedieron muchas cosas. Una vez que veamos todo lo que Cristo es para nosotros y lo que es la vida de iglesia, podemos estar seguros de que este tipo de cosas nos sucederán. No hay excepción alguna. Si tomamos en serio las cosas del Señor, debemos prepararnos para todo lo que nos sobrevendrá. Los demonios serán provocados, el viento soplará con fuerza y la lluvia caerá. Es posible que nuestros hijos se vuelvan traviesos, nuestras esposas se vuelvan rebeldes y los esposos se endurezcan. Si usted es maestro, probablemente su clase le causará muchos problemas. Si es gerente de una empresa, tal vez los empleados le causen dificultades. Si es empleado, quizás su jefe lo trate injustamente.
Incluso si sus circunstancias son buenas, esto aún será una prueba para usted. Muchos santos, después que ven algo acerca de Cristo y de la iglesia, son capaces de soportar los sufrimientos, pero no pueden pasar la prueba de las circunstancias favorables. Algunos después de que ven la iglesia pueden perder sus trabajos; pero esa pérdida finalmente resultará en su salvación. En cambio, después de que algunos ven la iglesia consiguen un buen empleo. Y el cargo superior que obtienen, en vez de resultar en su salvación, los aleja de la iglesia. Algunas veces el bien que viene a nosotros no resulta ser una verdadera ayuda. Pero aún es una prueba. A veces la peor de las pruebas no es la aflicción, sino la prosperidad.
En otras palabras, después que veamos algo de Cristo y la visión de la iglesia, el Señor ciertamente nos pondrá a prueba, y Él sabe exactamente la clase de prueba que necesitamos. Algunos necesitan ser probados por una esposa que les causa dificultades. Otros necesitan pasar la prueba de una esposa muy obediente. A veces es difícil saber qué es mejor. Por supuesto, humanamente es mucho mejor tener una esposa obediente, pero en términos espirituales, sólo el Señor sabe qué es mejor. Sólo Él sabe qué clase de esposa necesitamos, y no importa si es buena o mala, ella será una prueba para nosotros.
Pablo no tenía una esposa, pero a pesar de ello tuvo muchos problemas. Algunas iglesias le causaron problemas. Cuando leemos todos sus escritos, nos damos cuenta de que él tuvo muchos problemas con las iglesias. Cuando leemos 2 Corintios vemos que los corintios incluso pensaron que Pablo los estaba engañando en asuntos monetarios (12:16). Así que él les dijo que nunca había tomado nada de ellos, sino que había estado dispuesto a gastar de lo suyo y que aun él mismo se había gastado del todo por amor de ellos (vs. 13, 15). Probablemente diríamos que la iglesia en Filipos se portó bien con él; pero en Filipos había un problema relacionado con el vivir práctico de la iglesia. Todas las Epístolas fueron escritas debido a que había ciertos problemas. Damos gracias al Señor por estos problemas; de lo contrario, no tendríamos estas Epístolas hoy. Así pues, las epístolas de 1 Corintios, Gálatas, Filipenses y Colosenses, todas ellas, fueron escritas debido a los problemas que había.
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