Levantarnos para predicar el evangeliopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8726-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Cuando comencé a laborar en Taiwán en 1949, tomé la decisión de que debíamos propagar el evangelio de modo agresivo. Lo que hicimos en Taipéi es un ejemplo. Dividimos cada distrito según las distintas calles y caminos. Los hermanos y las hermanas reclamaron una porción hasta que cada calle y camino fue reclamado. Los santos fueron de casa en casa para distribuir folletos del evangelio hasta que cubrieron todo Taipéi. Al mismo tiempo, hicimos carteles del evangelio con frases tales como “Dios ama al mundo” y “Cristo Jesús vino al mundo para salvar pecadores” y los colgamos en las calles grandes, los caminos pequeños, las intersecciones, las paradas de autobús y las puertas de las casas de los hermanos y las hermanas. También había un equipo de evangelio que salía para proclamar el evangelio en las noches a mitad de semana. El día del Señor, distintos equipos iban por su ruta hacia el Parque Nuevo. Cada tarde del día del Señor los tres mil asientos del anfiteatro en el Parque Nuevo eran ocupados. Pudimos traer de regreso cuatrocientas tarjetas con nombres de personas interesadas en el evangelio. La siguiente noche distribuíamos las tarjetas a los hermanos y hermanas de modo que inmediatamente pudieran ir a llamar a las puertas y hacer visitaciones. Por causa de esto, una gran cantidad de personas fueron salvas. No solamente hicimos esto en Taipéi, sino que otras localidades también pusieron esto en práctica. Por lo tanto, cuando comenzamos la obra en Taiwán, sólo había de trescientas a quinientas personas, pero en cinco o seis años el número aumentó cien veces y alcanzó de cuarenta a cincuenta mil personas. Por causa de esto también aprendimos una lección, pues nos dimos cuenta de que no podemos solamente orar sin tomar acción. La oración es lo primero, pero a la oración le debería seguir la acción. Sólo de este modo puede el Señor bendecirnos.
En 1957 cuando invitamos al hermano T. Austin-Sparks para que viniese a visitarnos, surgió una pequeña distracción que causó que la unanimidad entre nosotros fuese perjudicada. Desde ese momento en adelante, el aumento del recobro del Señor ha ido cuesta abajo. Cuando dejé el país y permanecí en el exterior por más de veinte años, el número casi no aumentó en lo absoluto porque carecíamos de la acción apropiada. Estudiamos este segmento de nuestra historia y, después de hacer comparaciones, sentimos que necesitábamos recobrar la acción apropiada. En Mateo 28:18 y 19, el Señor Jesús dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id”. El Señor ya tiene la autoridad, pero si nosotros no vamos, es imposible tener el aumento. Esto nos muestra que por el lado del Señor, Él tiene la autoridad, el poder, pero, por el lado nuestro, necesitamos cooperar, es decir, necesitamos actuar.
A partir de octubre de 1984, estudiamos este asunto en Taipéi, y comenzamos a experimentar. También les dije a los hermanos y las hermanas que de ese día en adelante, sería necesario cambiar por completo todas nuestras reuniones, servicios y actividades. Era necesario poner a un lado lo que teníamos del pasado. Damos gracias y alabamos al Señor porque hasta la primera mitad de este año, nuestro experimento ha resultado ser correcto y totalmente práctico. En este mensaje primero quiero tener comunión acerca de un resultado que surgió de nuestro experimento: deberíamos llamar a las puertas y predicar el evangelio de casa en casa en las comunidades y en los recintos universitarios, y no a las personas con quienes estamos familiarizados, sino al llamar a puertas “extrañas”. Debido a la influencia de nuestros trasfondos y experiencias pasadas, siempre hemos sentido que seríamos rechazados si llamamos a la puerta de un extraño. Sin embargo, nuestro experimento ha comprobado que siempre y cuando estemos dispuestos a tocar a la puerta, ella se abrirá. Por ende, con esta clase de situación, tenemos que aprender cómo hacer visitaciones al llamar a las puertas.
Es cierto que al cooperar con la oración, deberíamos actuar y salir para visitar personas al llamar a las puertas. Sin embargo, su misma persona es crucial en lo que respecta a llamar a las puertas. Por causa de nuestras personas, su visitación podría ser de un modo y mi visitación podría ser de otra manera; si el presidente fuese a visitar personas, él lo haría de otra manera distinta. Por lo tanto, tiene que haber algunos requisitos para llevar a cabo la visitación al llamar a las puertas. Primero, usted tiene que ser uno que ama y busca al Señor. Segundo, usted tiene que ser uno que va en pos de la verdad y es docto en la verdad. Tercero, usted tiene que ser uno que crece en vida y está siendo transformado de día en día. Cuarto, usted tiene que ser uno que frecuentemente toma medidas con respecto a los pecados, ora delante del Señor y siempre es lleno por el Espíritu Santo. Quinto, usted tiene que ser uno que ha tenido un cambio de carácter por causa de la vida que está en su interior. A fin de salir a visitar personas al llamar a sus puertas, es imprescindible ser equipado con estos requisitos fundamentales.
Si usamos una expresión coloquial, podríamos describir la deficiencia de los chinos al decir que son sueltos y descuidados. En la primavera de este año, había más de cien graduados de la universidad que se unieron al Entrenamiento de Tiempo Completo en Taipéi. Tengo dos clases con ellos cada semana. Una vez les dije: “Su cabello no está peinado apropiadamente; se ve tan revuelto. ¿Les harán caso las personas cuando ustedes vayan a predicarles el evangelio? Mírense a ustedes mismos. El color de sus corbatas no combina, sus camisas no están coordinadas, sus medias se ven aún peor, y quién sabe cuánto tiempo ha transcurrido desde la última vez que lustraron sus zapatos. Si así es como lucen, ¿quién los escuchará cuando estén de pie allí dando un mensaje o cuando se sienten para predicar el evangelio a otros? Un proverbio chino dice: ‘Las palabras de un hombre de baja posición son de poco peso’. Esto quiere decir que si usted es una persona liviana, su hablar será liviano también. Cuando las personas vean que usted no luce como una persona apropiada, pero que intenta predicarles el evangelio para que sean salvos, quizás ellos piensen que usted debiera ser salvo primero antes de ir a salvarlos a ellos”. Doy gracias y alabo al Señor porque después de decir eso, la próxima vez que fui a la clase vi que los hermanos habían peinado su cabello cuidadosamente y las hermanas habían cambiado su vestimenta. Todos ellos se vistieron de modo apropiado y adecuado, y sus zapatos estaban lustrados brillantemente.
Si usted verdaderamente ama al Señor, desea la verdad, va en pos del crecimiento en vida, confiesa sus pecados frecuentemente, recibe tratos delante del Señor y es lleno del Espíritu Santo, usted mejorará en su carácter. Si usted tiene un buen carácter cuando vaya a visitar personas, ellos le darán a usted cierta medida de respeto desde el momento en que abran la puerta. Pero cuando vaya a llamar a las puertas, si su cabello está revuelto, su corbata está chueca y no combina con su ropa, y sus zapatos no están lustrados, entonces las personas podrían abrir la puerta para permitirle entrar y quizás le pidan que se siente, pero cuanto más le observen, más sentirán que usted no es apropiado. Después de ser examinado por ellos por unos cuantos minutos, usted estará muy avergonzado para hablar y perderá su decoro. Por lo tanto, a fin de propagarnos y que el número de personas aumente, necesitamos ser cambiados por completo y equipados nuevamente.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.