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Terreno genuino de la unidad, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3873-8
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CAPÍTULO UNO

LA UNIDAD MANIFESTADA EN LOS CUATRO GRANDES HECHOS REALIZADOS POR DIOS

Lectura bíblica: Gn. 1:26; 2:8-9, 16-17, 22; 12:1-2; Mt. 16:16-19; Ef. 1:22-23; 3:9-11, 21; 4:4-6, 11-12; 5:25-27; Col. 3:10-11; Ap. 21:2-3; 22:1-2

Siempre que hablamos del terreno de la iglesia, libramos una guerra espiritual. Satanás, el enemigo de Dios, aborrece el terreno de la iglesia, el cual ha estado escondido para el pueblo del Señor por muchos siglos. El terreno de la iglesia está relacionado directamente con la importancia de la iglesia. Ciertas porciones de la Palabra tales como Mateo, Efesios y Apocalipsis revelan la importancia de la iglesia. Consideremos primero la importancia de la iglesia como se menciona en estos libros. Después vamos a considerar los aspectos internos y externos de la iglesia. Esto nos preparará para apreciar la unidad que se manifiesta en los cuatro grandes hechos realizados por Dios.

PLANEADA EN LA ETERNIDAD PASADA

En Efesios, un libro acerca de la iglesia, vemos que la iglesia fue algo que Dios planeó en la eternidad pasada. Dios, según el deseo de Su corazón, hizo un plan desde antes que existiera el tiempo a fin de obtener la iglesia. Por tanto, la iglesia responde al propósito eterno de Dios, al plan eterno de Dios. Aunque la iglesia llegó a existir en el tiempo, fue algo que Dios había planeado en la eternidad.

No son muchos los cristianos que hoy se interesen seriamente por la iglesia. Ellos tienen la tendencia a dar por sentado el asunto de la iglesia y se concentran en asuntos como la salvación, la santidad, la victoria y la espiritualidad. Cuando llegan a hablar de la iglesia, lo hacen frecuentemente para discutir y criticar. Muy pocos creyentes prestan atención a la iglesia de una manera positiva. Incluso muchos de los cristianos que buscan más al Señor consideran que prestarle más atención a la iglesia es una pérdida de tiempo. No obstante, en el libro de Efesios vemos que la iglesia está relacionada con la voluntad de Dios y con el deseo del corazón de Dios. Puesto que la iglesia es un asunto tan importante a los ojos de Dios, no nos atrevemos a considerarla ligeramente.

EL CUERPO, LA PLENITUD DE CRISTO

Efesios también revela que la iglesia es el Cuerpo, “la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (1:23). La iglesia es el Cuerpo, la plenitud del Cristo todo-inclusivo, infinito e ilimitado. ¡Qué maravillosa es la iglesia! No es simplemente una asociación ni una organización religiosa. La iglesia es el Cuerpo de Cristo. De la misma manera que necesitamos un cuerpo físico con el cual expresarnos, así también el Cristo infinito e ilimitado necesita un Cuerpo como Su plenitud para expresarse en el universo. Ciertamente esto es mucho más importante que la salvación o la espiritualidad personal. Si vemos que la iglesia es el Cuerpo, la plenitud, del Cristo todo-inclusivo, nunca más la consideraremos un asunto insignificante.

LA META QUE TENÍA LA MUERTE DE CRISTO

En Efesios 5:25 Pablo nos dice que Cristo “amó a la iglesia, y se entregó a Sí mismo por ella”. Esto indica que cuando Cristo murió en la cruz, se entregó a Sí mismo por la iglesia. La muerte de Cristo tenía como meta producir la iglesia. Cuando fuimos salvos, nos dimos cuenta de que Cristo nos amó y murió por nosotros. Por supuesto, no es incorrecto darse cuenta de eso. Sin embargo, también debemos ver que Cristo nos amó y murió por nosotros para que pudiéramos ser parte de la iglesia. Al final de cuentas, Él amó la iglesia y murió por ella a fin de producir la iglesia. El amor que Cristo manifestó al morir en la cruz tenía una meta definida. Dicha meta no consiste en obtener millones de creyentes individuales, sino en obtener la iglesia. Cristo nos ama a causa de la iglesia. Él nos amó y murió por nosotros para que fuéramos miembros de Su Cuerpo, que es la iglesia.

EL PROPÓSITO DE LOS DONES

Efesios 4:11 y 12 dicen que Cristo “dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo”. Cristo no presentó estos dones a la iglesia para que lleven a cabo una obra de evangelización ni de enseñanza bíblica ni de edificación. Todo los dones fueron dados con el fin de perfeccionar a los santos para la edificación del Cuerpo. Los apóstoles, los profetas, los evangelistas y los pastores y maestros fueron dados con miras a cumplir una sola meta: perfeccionar a los santos para la edificación de la iglesia. Sin embargo, en muchas obras y actividades cristianas actuales se pasa por alto a la iglesia. Por tanto, tenemos que ser impresionados con la importancia que tiene la iglesia. Según el libro de Efesios, el propósito de Dios se relaciona con la iglesia, y Él ha dado todos los dones para la edificación de la iglesia.


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