Información del libro

Misterio de Dios y el misterio de Cristo, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2690-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 9 de 9 Sección 3 de 4

LA REGENERACIÓN NOS HACE
MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO

Ahora me gustaría preguntarles, ¿por qué los ha regenerado el Señor? La respuesta a esta pregunta es el punto principal de este mensaje. ¿Por qué los ha regenerado el Señor, y qué es lo que ustedes han llegado a ser como resultado de haber sido regenerados? Algunos quizá respondan: “Soy un cristiano”. Por supuesto, esto es correcto. Otros quizá digan: “Soy un hijo de Dios”, o “Soy un pámpano en la vid”. Todas estas respuestas son correctas, pero también debemos darnos cuenta de que la regeneración nos ha hecho miembros del Cuerpo de Cristo. Existe una gran diferencia entre ser un miembro del Cuerpo de Cristo y ser meramente un individuo. Una vez que fuimos regenerados, ya no somos meros individuos; esto es, perdemos nuestro individualismo. Una vez que somos regenerados, llegamos a ser miembros del Cuerpo de Cristo. Si comprendemos que hemos llegado a ser miembros del Cuerpo de Cristo, esto cambiará toda nuestra vida cristiana.

SOMOS EDIFICADOS AL RELACIONARNOS
CON LOS DEMÁS MIEMBROS DEL CUERPO

Después de que ha escuchado tal palabra, si yo le preguntara: “¿Qué es usted hoy?”, probablemente respondería: “Soy un miembro del Cuerpo de Cristo”. Sin embargo, qué respondería si le preguntara: “¿Está usted en el Cuerpo ahora mismo?”. Considere esta pregunta: “¿Está usted en el Cuerpo de Cristo ahora mismo?”. Si le hiciera esta pregunta, es posible que a usted le sea difícil responderme de una manera específica. Usted ciertamente sabe que es un miembro del Cuerpo, así que no puede decir que no lo es; pero también se da cuenta de que sigue siendo muy individualista e independiente de los demás miembros, así que tampoco se atreve a afirmar que sí es un miembro del Cuerpo. Si usted pudiera afirmar de manera concreta que sí es un miembro del Cuerpo, entonces yo le haría una tercera pregunta: “¿Con quiénes está relacionado usted en el Cuerpo?”. La primera pregunta es: “¿Qué es usted?”. Si usted responde: “Soy un miembro”, entonces yo le preguntaría: “¿Está usted en el Cuerpo ahora mismo?”. Si usted responde sí a esta segunda pregunta, entonces le preguntaría: “¿Con quién está usted relacionado?”. En respuesta a esta tercera pregunta, algunos quizá respondan: “Estoy relacionado con Cristo”. Aunque esta respuesta no es incorrecta, debemos evaluarla considerando los miembros de nuestro cuerpo. Tomemos como ejemplo mi mano. Supongamos que le pregunto a mi mano: “¿Qué eres?”. Si mi mano pudiera responderme, diría: “Soy un miembro del cuerpo de este hombre”. Entonces le preguntaría a mi mano: “¿Estás en el cuerpo ahora mismo?”. La mano respondería: “Sí, estoy en el cuerpo”. Entonces le haría la tercer pregunta: “¿Con quién estás relacionada?”. Entonces la mano diría: “Señor Lee, es evidente que por una punta estoy relacionada con el brazo, y por la otra estoy relacionada con los dedos”. Nuestra relación con los otros miembros demuestra que estamos en el Cuerpo. Si usted dijera que en primer lugar está relacionado con Cristo, la Cabeza, y en segundo lugar con el apóstol Pablo (porque él era el apóstol más espiritual y el que a usted le agrada más), entonces yo diría que usted no está realmente en el Cuerpo. Sin duda alguna usted es un miembro del Cuerpo, pero en su vida diaria usted no está en el Cuerpo de modo concreto. Quizá usted conozca las Escrituras muy bien, e incluso las predique y las enseñe, pero sigue siendo un cristiano individualista e independiente que no está relacionado con nadie.

Uno de los hermanos que toma la delantera podría responder a esto, diciendo: “Todos los días me reúno, ya sea con los demás hermanos que toman la delantera o con otros creyentes”. Tal vez éste sea el caso, pero debemos saber que reunirse con los hermanos y hermanas es una cosa, y estar relacionado con los hermanos y hermanas es otra. Como un hermano que lleva la delantera, es posible que usted se reúna con los hermanos todos los días, pero aún le preguntaría: “¿Con quién está usted relacionado de manera específica?”. La relación a la que me refiero no es cuestión de amistad; la amistad no alcanza la norma. Debemos relacionarnos unos con otros en el Espíritu de Cristo, en el Espíritu de vida. ¿Con quién está usted relacionado en el Espíritu? Esto es algo muy vital.

Todos tenemos que relacionarnos con otros hermanos y hermanas, en el Espíritu y de una manera concreta. El Nuevo Testamento revela que somos piedras vivas con el fin de ser juntamente edificados (1 P. 2:5). Las piedras utilizadas para erigir un edificio están todas relacionadas unas con otras. Cada piedra está relacionada por lo menos con otras dos o tres piedras. Si las piedras no estuvieran relacionadas entre sí, entonces no pudiera haber verdadera edificación. Si alguien dice que ha sido edificado, entonces yo preguntaría: “¿Con quién ha sido edificado?”. Si usted responde: “Con los hermanos”, entonces yo le preguntaría: “¿Quiénes son los hermanos con los que ha sido edificado directamente?”. La prueba de que hemos sido edificados, es que estamos relacionados con algunos hermanos y hermanas específicos. Si usted no sabe con quién está relacionado, entonces temo que no ha sido edificado; usted está en el aire, y no en el edificio. Si alguien realmente ha sido edificado con los santos, entonces habrá algunos santos específicamente con quienes está relacionado. Esto es algo muy práctico.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top