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Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7932-8
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Cristo introduce a la Cabeza en el Cuerpo

Tal vez pensemos que la predicación del evangelio consiste en hacer que la gente esté contenta y en paz. Para Cristo, sin embargo, la predicación del evangelio consiste en introducirse a Sí mismo como Cabeza en las personas. Cuando yo les comparto de Cristo, lo que les estoy trayendo es la Cabeza. Después del Pentecostés, el Señor como Espíritu —el Espíritu de vida y el Espíritu de poder— opera constantemente en nosotros a fin de introducirse Él mismo, como Cabeza, en Su Cuerpo, esto es, a fin de forjarse a Sí mismo en nosotros. La salvación no tiene como fin la salvación per se; la salvación tiene como fin que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo. El crecimiento en vida no tiene simplemente como objetivo el crecimiento en vida; el objetivo es introducir cada vez más la Cabeza en el Cuerpo. Vencer nuestro mal genio tampoco tiene como fin vencer nuestro mal genio; esto significa muy poco. Poder vencer nuestro mal genio tiene como objetivo que Cristo, la Cabeza, sea introducido en el Cuerpo.

Puede ser que hoy los cristianos no tengamos este concepto. Somos demasiado religiosos, demasiado naturales, demasiado personales y demasiado egoístas. Tal vez pensemos que la salvación está destinada únicamente para nosotros y que vencer nuestro mal genio y el mundo y ser una persona espiritual, santa, divina y celestial son asuntos muy personales. Sin embargo, todas estas cosas tienen como fin que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo. Si nos ocupamos de que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo, estaremos en los cielos. Si esto es lo que nos ocupa, nuestro mal genio y aun el mundo no significarán nada para nosotros; pero si no nos ocupamos de que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo y nos ocupamos sólo de obtener la victoria sobre el mundo, tendremos una tarea muy difícil. Cuanto más nos esforcemos por vencer el mundo, más el mundo nos vencerá a nosotros. De igual manera, si sólo estamos en pro del amor fraternal, jamás tendremos el amor fraternal. El amor fraternal sirve para que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo. Hoy todo tiene como fin que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo. Todos los dones, incluyendo los apóstoles, los profetas, los evangelistas y los pastores y maestros deben tener como fin que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo. Cualquier obra que hagamos y cualquier cosa que seamos deben tener como objeto que la Cabeza sea introducida en el Cuerpo. Si cuando recibimos estos mensajes la Cabeza se forja en nosotros cada vez más, eso es maravilloso; de lo contrario, estos mensajes serán en vano.

LA REVELACIÓN DE CRISTO
Y LA VISIÓN DE LA IGLESIA

Es realmente difícil decir quién es Cristo y qué es Cristo porque Él es demasiado maravilloso y todo-inclusivo. Él excede lo que podemos entender. Se requieren muchos versículos para dar a conocer quién es Cristo. Lo que les he hablado aquí no es mi propia enseñanza. Simplemente estoy abriendo los versículos acerca de Cristo.

La iglesia procede de la impartición de Cristo. En la Biblia tanto la revelación acerca de Cristo como la visión acerca de la iglesia son maravillosas. Nunca podemos agotar el entendimiento acerca de estos dos elementos. Debido a que muchos de nosotros hemos sido obstaculizados y distraídos por las viejas enseñanzas, lo mejor es que nos olvidemos de esas enseñanzas. Tal vez hayamos pensado que conocíamos la iglesia y que conocíamos a Cristo. Cuando alguno nos hablaba acerca de Cristo o cuando escuchábamos el término iglesia, quizá hayamos dicho: “Ya lo sé. Conozco Mateo 16:16 y 18”. En realidad, no sabíamos mucho.

UN BREVE RESUMEN DE LA ECONOMÍA DE DIOS

Que el Señor sea misericordioso con nosotros y nos haga volver al entendimiento apropiado de Su economía y a la comprensión de que necesitamos la impartición de Cristo. La obra creadora de Dios nos trajo a la existencia; mediante la encarnación, Dios se introdujo en nosotros; mediante la crucifixión, nosotros fuimos aniquilados; mediante la resurrección fuimos introducidos en Dios; mediante la ascensión, el Cuerpo es introducido en la Cabeza; y mediante el descenso, la Cabeza es introducida en el Cuerpo. Cuando Cristo ascendió a los cielos, Él nos llevó a todos nosotros a los cielos (Ef. 4:8). De esta manera Él nos introdujo a todos en la experiencia de Su autoridad como Cabeza. Después de la ascensión, Él descendió como Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su Cuerpo.

Agradecemos a Dios que Él hizo la creación para que nosotros viniéramos a existir. Somos lo que somos gracias a la obra creadora de Dios. Agradecemos a Dios que Él también llevó a cabo la encarnación a fin de introducirse en nosotros. Luego Él cumplió con la crucifixión, no sólo para tomar medidas con respecto a los pecados y el mundo, sino también para darnos fin. Después de esto, en la resurrección Él nos introdujo en Sí mismo. Luego en la ascensión, Él introdujo a todos los miembros de Su Cuerpo en la experiencia de Su autoridad como Cabeza. Así pues, todos estamos en los lugares celestiales juntamente con la Cabeza (2:6). Entonces después de Su ascensión, Él descendió como Espíritu vivificante. Ahora Él está operando para introducirse a Sí mismo, como Cabeza, en nosotros, esto es, para introducir la Cabeza en el Cuerpo. Esto describe la verdadera edificación del Cuerpo.

Cuando predicamos el evangelio, lo que llevamos a los pecadores es la Cabeza. Cuando edificamos a los santos, introducimos a la Cabeza en el Cuerpo. Todo lo que hagamos hoy debe redundar en la impartición de Cristo como Cabeza en todos Sus miembros. Así, en la plenitud de los tiempos, al menos algunos miembros del Cuerpo estarán preparados y maduros, perfectos para ser arrebatados. Éste será el arrebatamiento, el día de las bodas del Cordero. Ahora no sólo estamos esperando que llegue ese día; estamos pasando por un proceso bajo la impartición de Cristo. Ésta es la economía de Dios. El deseo de Dios es que todos los hombres vean cuál es la economía del misterio (3:9). Ahora nos hallamos bajo la impartición de Cristo. Dios está impartiendo todas las inescrutables riquezas de Cristo en nosotros cada día y a cada hora.

APRENDER A ANDAR EN CRISTO,
AL ANDAR EN NUESTRO ESPÍRITU

Esta impartición es íntegramente un asunto en el espíritu. Este Cristo todo-inclusivo y maravilloso es el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), y hoy este Espíritu vivificante está en nuestro espíritu. “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él” (6:17). Ahora todos debemos aprender cómo andar en Él. Colosenses 2:6 dice: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Cristo, a Jesús el Señor, andad en Él”. Él no está únicamente en los cielos como muchos en el cristianismo lo enseñan. Si Él sólo estuviese en los cielos, ¿cómo podríamos andar en Él aquí en la tierra? Hoy Él es el Espíritu vivificante que es uno con nuestro espíritu. Ahora debemos andar en Él. Andar en Él denota simplemente conducirnos en nuestro espíritu. No debemos interesarnos por nuestras emociones, nuestra mente ni por nuestra voluntad. Simplemente debemos estar atentos a nuestro espíritu y andar en el espíritu. Puesto que Él es uno con nosotros en nuestro espíritu, siempre y cuando andemos en el espíritu, estamos andando en Él. Si los jóvenes tienen algo que decir a sus papás, pero en su espíritu ellos perciben que es una palabra negativa, no deben decirlo. Si tenemos el deseo de ir a pescar o a bailar, pero en nuestro espíritu percibimos algo negativo, no debemos ir. Simplemente debemos poner atención a nuestro espíritu. Hay una sola manera hoy en día, la cual es andar en Cristo, quien es el Espíritu en nuestro espíritu. Andar en Cristo simplemente significa andar en nuestro espíritu. En este espíritu somos uno con Él. Es mediante esta clase de andar que toma lugar la impartición de Él mismo en nosotros, una impartición que toma lugar de día en día y hora tras hora. Y de dicha impartición procede la iglesia. Esto describe la vida de iglesia apropiada.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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