Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Unpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-9118-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La condición de nuestro espíritu depende por completo de nuestro ejercicio. Incluso yo mismo al día de hoy me condeno por no ejercitarme lo suficiente en este asunto. Debemos saber que nosotros los humanos no somos sencillos. Tenemos un aspecto biológico y un aspecto psicológico. El aspecto biológico es nuestro cuerpo y el aspecto psicológico es nuestra alma. Nuestra alma también es muy complicada; está compuesta de la mente, la parte emotiva y la voluntad. Podemos utilizar tres círculos para ilustrar esto. El círculo externo es el cuerpo, el círculo del medio es el alma y el círculo interno es el espíritu. El hombre tiene tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Por ejemplo, enojarse y golpear a alguien es una operación que consiste de dos capas. Una capa es el alma que se enoja y la otra capa es la mano, la cual es parte del cuerpo, que golpea a alguien en cooperación con el alma. Muchas personas piensan que uno no puede cometer pecado alguno sin la cooperación del cuerpo. No obstante, uno puede pecar solamente en la esfera de la mente humana. Por ejemplo, uno no necesita utilizar el cuerpo para aborrecer a otros. Sin embargo, maldecir a otros requiere el uso del cuerpo porque uno tiene que mover su boca y su lengua. Por consiguiente, cuando el alma y el cuerpo ejercen su función conjuntamente, el resultado es que las personas pueden cometer pecado. Por esta razón, debemos ser librados de la molestia propia del alma, y debemos ejercitar nuestro espíritu en el Espíritu para que podamos llegar a ser un solo espíritu con el Señor.
Ya que el Señor está mezclado con nuestro espíritu, y ambos espíritus han llegado a ser uno solo, ¿de qué modo debemos ejercitarnos? Necesitamos ejercitarnos en todo nuestro vivir y en nuestras acciones diarias de modo que el cuerpo no sea nuestro punto de partida ni el alma sea nuestra consideración, sino que el espíritu sea nuestro centro. Necesitamos ejercitarnos conforme a este espíritu. ¿Va a discutir con su esposa? Debe hacerlo según el espíritu. ¿Va a enojarse? Debe enojarse conforme al espíritu. Algunos entonces podrían decir que en cuanto estemos en conformidad con el espíritu, no discutiremos ni nos enojaremos; esto es correcto. Estar conforme al espíritu es sencillamente ejercitar el espíritu.
En el capítulo anterior, tuvimos comunión acerca de andar conforme al espíritu. Les dije que la palabra andar en el griego significa vivir y andar. Usted debe ejercitar su espíritu cuando esté molesto y desee discutir, pero aun al hablar ordinariamente con otros, usted debería detenerse por un minuto y hablar desde su espíritu. Cuando usted hable en las reuniones, con más razón usted debe estar conforme al espíritu; usted debe ejercitar su espíritu y hablar desde su espíritu. En cuanto usted esté conforme al espíritu, las palabras que usted hable tendrán un sabor distinto; por consiguiente, usted debe aprender cómo hablar desde su espíritu. Como alguien que habla por el Señor, a menudo practico esto. Mi deseo es que cada frase que yo hable salga de mi espíritu. Todos debemos confesar que nuestro ejercicio aún no es adecuado ni perfecto porque todavía tenemos el hábito de hablar y actuar conforme a nuestra alma y a nosotros mismos.
Cuando todos nos reunimos juntos, si alguien meramente permanece sentado en silencio y no abre su boca para testificar u orar, entonces él no podrá disfrutar el rico suministro del Señor en la reunión. Por el contrario, siempre y cuando usted abra su boca en la reunión para testificar, orar u orar-leer la Biblia, usted podrá obtener el disfrute. Si usted no abre su boca, no tendrá nada, pero tan pronto como abra su boca, será suministrado en su interior. Cuando usted viene a la reunión, si no hace nada excepto venir para escuchar a otros hablar un mensaje, lo que usted gane no será rico, aunque es mejor que usted venga a que no asista a la reunión. Sin embargo, si usted está dispuesto a abrir su boca en las reuniones al orar, cantar, orar-cantar, orar-leer o testificar, cuando usted vaya a su casa se sentirá rico interiormente, y lo que usted obtenga será distinto. Si nunca abro mi boca en las reuniones a las cuales asisto, definitivamente estaré pobre, débil y frío. No seré rociado interiormente.
Venir a las reuniones es como venir a un juego de baloncesto para jugar y no para mirar. No venimos para observar la reunión sino para reunirnos. Cuando un jugador de baloncesto entra en la cancha, todo su ser está activo. De igual forma, cuando venimos a las reuniones, debemos usar y ejercitar nuestro espíritu. Cuando venimos a las reuniones, venimos para adorar, alabar, disfrutar, glorificar y exaltar al Señor, así que no podemos sencillamente permanecer sentados en silencio. Si venimos a las reuniones con nuestras Biblias e himnarios, y luego de cantar un himno todos nos sentamos silenciosamente y nadie dice nada, ¿cómo se sentiría usted? Yo vengo a las reuniones y usted también viene a las reuniones. Cuando yo vengo a las reuniones, hay cosas que debería hacer, y cuando usted viene a las reuniones, hay cosas que usted debería hacer. No obstante, si siempre soy yo quien habla y usted nunca está activo, entonces es como si yo fuera el único que juega. El resto de ustedes son como los otros cuatro jugadores que no hacen nada sino estar de pie allí, esperando a que yo corra y atrape el balón incluso cuando cae justo frente a usted. Después de agarrar el balón, yo ejecuto la jugada, pero cuando todo termina, usted aún no se ha movido. Ésta no debería ser nuestra situación.
Cuando venimos a las reuniones, si no alabamos ni decimos algo para exaltar al Señor o glorificarle, sino que meramente permanecemos sentados y callados, ofendemos al Señor. Ésta es la condición del cristianismo degradado. Es por esto que el cristianismo no tiene ninguna otra manera de proceder excepto establecer seminarios para adiestrar a un grupo de profesionales para que se ocupen de las reuniones. Con el tiempo, nosotros los creyentes no necesitamos decirlo, pues los incrédulos lo dirán por nosotros: “Si usted tiene una demanda, busque a un abogado; si está enfermo, busque a un médico; si desea oración o predicación, busque a un pastor”. No debemos tener tal situación entre nosotros. Entre nosotros, quienes “llevan la delantera” no deberían hacer las tareas que corresponden a los “pastores”; ésta es la influencia de los nicolaítas, y es algo que absolutamente debemos derrocar. Según la revelación contenida en la Biblia, todos somos sacerdotes; fuimos comprados por el Señor con Su sangre para ser sacerdotes (Ap. 1:5-6). Por consiguiente, en la iglesia todos son sacerdotes. No importa si alguien es joven o viejo; siempre y cuando haya sido salvo y regenerado, él es un sacerdote de Dios. Esto es igual que una familia donde el esposo, la esposa y los hijos cumplen con su deber. El esposo trabaja para ganar dinero a fin de sustentar la familia; la esposa se encarga de las tareas domésticas y sirve en todos los asuntos pequeños; y los hijos ayudan a limpiar la casa. Todos en la familia obran activamente para el beneficio del hogar. Del mismo modo, nosotros estamos en la iglesia nuestro hogar, y todos deberíamos estar activos independientemente de si somos jóvenes o viejos. Cuando venimos a las reuniones, cada uno de nosotros debería cumplir con su responsabilidad. Esto hará que las reuniones sean vivientes. Cuando las reuniones son vivientes, ellas son ricas. Nuestro cuerpo es igual. Cuando el cuerpo está activo, está saludable.
Espero que nuestro concepto y nuestro espíritu sean cambiados. En las reuniones debemos usar nuestro espíritu. Cada vez que usamos nuestro espíritu, podemos hacer muchas cosas. No creo que usted no contacte ni experimente al Señor durante toda la semana. Creo que usted tiene al menos un poco de experiencia de la cual puede hablar. No relate cuentos ni hable acerca de su historia. Usted sencillamente necesita tener comunión acerca del punto que usted experimentó, y eso será de beneficio para toda la reunión. No lamente el hecho de que usted sólo puede hablar un punto y no puede hablar un mensaje largo. En realidad, cada punto es valioso. El agua que bebemos está compuesta de muchas gotas de agua acumuladas conjuntamente. Es muy pobre que designemos a un hermano para que dé un mensaje cada día del Señor. Todos tienen una porción, y si cada uno trae su porción, toda la reunión será enriquecida. Espero que hagamos nuestro mayor esfuerzo por practicar esto.
La iglesia no está compuesta de un grupo de personas que viven en sí mismos. Cada vez que vivimos en nosotros mismos, no somos la iglesia. Únicamente aquellos que viven en el espíritu constituyen la iglesia. Si está el Espíritu, entonces allí está la iglesia; si no está el Espíritu, entonces allí no está la iglesia. Si queremos el Espíritu, debemos ejercitar nuestro espíritu. Debemos aprender esta lección. Siempre que hablo, espero al menos un segundo y hablo con detenimiento. Realmente he aprendido este secreto. A veces si usted hubiese esperado medio minuto antes de hablar, no hubiera dicho lo que dijo. A algunas hermanas les encanta ir de compras. Cuando vayan de compras, deben aprender a no tomar una decisión apresuradamente, sino a esperar por medio minuto para regresar a su espíritu. En cuanto esté en su espíritu, quizás no vaya de compras. Debe aprender a ejercitar su espíritu para primeramente poner su cuerpo a un lado y luego detener su alma, incluyendo la mente, la parte emotiva y la voluntad, durante medio minuto de modo que usted pueda volver a su espíritu y contactar al Señor. Cuando usted se vuelve a su espíritu de este modo, está ejercitando su espíritu, iniciando desde su espíritu y viviendo y andando desde su espíritu. Al hacer esto, hallará que toda su experiencia es totalmente distinta, tan distinta como lo es el cielo de la tierra. Si realmente vivimos en el espíritu, nuestro vivir será celestial; pero si vivimos en nosotros mismos, nuestro vivir será terrenal. Hay una gran diferencia entre los dos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.