Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0428-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En este mensaje continuaremos teniendo comunión en cuanto a las reuniones de hogar. Tengo la carga de que entendamos correctamente lo que queremos decir con la expresión “las reuniones de hogar”. Cuando decimos “las reuniones de hogar”, nos referimos a nuestras reuniones con los recién bautizados en los hogares de ellos. Cuando bautizamos nuevos creyentes, debemos empezar inmediatamente a visitarlos en sus hogares para tener reuniones con ellos. Esto es lo que llamamos las reuniones de hogar.
Al estudiar la historia de la iglesia y las biografías de cristianos, podemos ver que varios creyentes notables fueron salvos en hogares. Por ejemplo, cuando George Müller tenía como veinte años, fue llevado a la casa de un cristiano para que asistiera a una reunión pequeña. Aunque él no era una persona religiosa ni ética, por medio de esa reunión fue conmovido profundamente por el Señor y fue salvo. Con el tiempo, llegó a ser uno de los creyentes más notables del siglo pasado.
En la historia hay muchos ejemplos de incrédulos que tuvieron experiencias de salvación en los hogares de los santos. Sin embargo, cuando hablamos de las reuniones de hogar en el contexto de la nueva manera, la manera ordenada por Dios, no nos referimos a ese tipo de reuniones en las casas de los santos. Estamos hablando específicamente de tener reuniones de hogar con los que recientemente han sido salvos y bautizados, en sus propias casas. Algunas veces confundimos las reuniones de hogar con las reuniones de grupo pequeño. La reunión de hogar es una reunión con los recién bautizados, en sus casas. De vez en cuando, algunos otros pueden asistir a una reunión de hogar, pero nuestra intención no es tener una reunión de grupo, sino solamente reunirnos con esa familia en su hogar porque sus miembros han sido salvos recientemente. Las reuniones de grupo pequeño son diferentes de las reuniones de hogar. Después de haber ayudado a varios nuevos en sus reuniones de hogar durante varios meses, debemos reunirlos para formar una reunión de grupo pequeño. Podemos considerar la reunión de hogar como una especie de jardín infantil espiritual, y las reuniones de grupo pequeño, como escuela primaria y también secundaria. Entender las reuniones de hogar y las reuniones de grupo pequeño de esta manera será muy útil en el futuro, debido a que vamos a compartir más mensajes en cuanto a estas dos clases de reuniones.
El título de este mensaje —alimentar a los recién nacidos con comida para niños— puede parecer infantil en cierto modo, pero está basado en mucha experiencia. Tenemos que entender que no es fácil llevar a cabo las reuniones. Después de que hemos bautizado a los nuevos, debemos regresar para reunirnos con ellos antes de que pasen uno o dos días. El primer requisito para que tengamos una reunión de hogar adecuada con estos recién bautizados consiste en que tenemos que considerarlos niños, no importa la edad que tengan, la posición que hayan alcanzado, ni la educación que hayan recibido por muy altas que sean.
Si usted trae al Señor un hombre de edad, y lo bautiza, usted debe volver a reunirse con él en pocos días. Si él pasa de setenta años de edad y es culto —y usted tiene sólo veintinueve— quizá usted se sienta un poco incómodo al tratar con él. Usted debe respetar la edad que él tiene, puesto que esto es tener una humanidad apropiada, pero tiene que darse cuenta de que ya que este hombre ha sido salvo en días recientes, es muy joven en el Señor. El propósito suyo al reunirse con él debe ser alimentarlo, no tanto enseñarle. Usted debe tener el entendimiento de que tal persona es un recién nacido, y debe alimentarlo con comida para niños.
Usted debe considerar todo lo que él diga, como palabras infantiles. El puede ser un profesor universitario ya jubilado, y puede hablarle a usted de ciencias o de computadoras, pero usted no debe olvidar que él es un niñito en Cristo. Eso no quiere decir que debe menospreciarlo; usted debe respetarlo de todos modos, pero interiormente usted debe entender que él es un niñito. Usted no debe dejarse llevar por sus palabras, pues, en términos espirituales, él es un niño y no sabe casi nada del Señor.
Usted debe procurar tratar a estos recién bautizados como las madres lactantes tratan a sus pequeñitos. Este es uno de los secretos en cuanto a cómo practicar la manera ordenada por Dios, pero es una lección difícil de aprender. Usted debe aprender a tener siempre un entendimiento subjetivo acerca de cada nuevo creyente, teniendo en cuenta que ellos son niños. Si usted enseña en un jardín infantil, se dará cuenta de que los estudiantes allí son niños pequeños, y usted los trata como tales. Si enseña en una universidad para graduados, usted verá que estos estudiantes son graduados de la universidad. Tratar a éstos como niños sería un error. Usted debe tener el entendimiento sicológico apropiado.
El punto principal, el requisito previo, es que usted considere a un recién bautizado como un nene en Cristo. Es posible que un nuevo pregunte: “¿Qué es la Biblia?” Quizá esto no parezca una pregunta infantil, pero usted debe responder de la manera que le respondería a un niño; usted debe tener esta especie de concepto. Debe decir las palabras correctas, y tanto su actitud como su tono deben ser correctos. Un nuevo tal vez haga muchas preguntas, pero usted debe tener siempre el concepto de que está tratando con un niño en Cristo. Si puede aprender este secreto, será bien recibido por todos los nuevos creyentes. A ellos les gustará escucharlo hablar a usted. De este modo, usted puede preparar el camino para alimentarlos. Algunas veces después de una reunión, yo solía ir a ver cómo estaban hablando los santos con los que recién venían. Muchas veces las expresiones de los santos y el tono que tenían eran incorrectos al hablar con estos nuevos. Usted debe hablar algo que le ayude al nuevo a abrirse a usted. Entonces éste estará abierto y dirá algo. Inmediatamente usted puede darse cuenta de que él ha sido salvo recientemente. Entonces usted tiene que hablar considerándolo un niño. Si usted ha aprendido este secreto, luego de dos o tres frases él lo recibirá gustosamente. El va a estar abierto con usted, le escuchará y valorará su palabra. Estará muy interesado en lo que usted diga.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.