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LL. EL HIJO VARÓN

Otro símbolo de los creyentes es el hijo varón (Ap. 12:5) producido por la mujer universal y resplandeciente. Apocalipsis 12:1 describe a esta mujer como “vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. En Génesis 37:9 José vio en su sueño el sol, la luna y once estrellas, que representaban a su padre, a su madre y a sus once hermanos. En aquel sueño el sol, la luna y las once estrellas, y José mismo, representaban la totalidad del pueblo de Dios en la tierra. Basándonos en el principio establecido por ese sueño, el sol, la luna y las doce estrellas mencionados en Apocalipsis 12 deben de representar la totalidad del pueblo de Dios, el cual es simbolizado aquí por una mujer, cuyo ser en su mayor parte está revestido del sol. El sol representa el pueblo de Dios en la era del Nuevo Testamento. La era previa a la venida de Cristo al mundo constituyó la noche oscura de la era del Antiguo Testamento. Cuando Cristo como sol naciente vino desde lo alto (Lc. 1:78), llegó el comienzo de la era del sol. Antes de eso, transcurría la era de la luna, la cual representa al pueblo de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento. La luna está debajo de los pies de la mujer, porque la era de la luna equivalía a la de la ley, la cual no debía ser exaltada como lo son las estrellas. Las estrellas, que representan a los patriarcas, esto es, el pueblo de Dios antes que la ley fuese dada, forman una corona sobre la cabeza de la mujer. Todos aquellos que conforman el pueblo de Dios en estas tres edades constituyen esta mujer y son portadores de luz. Por tanto, ella es la mujer que brilla y resplandece por todas las generaciones.

La mujer que da a luz al hijo varón es una entidad compuesta por el pueblo de Dios procedente de tres dispensaciones: la dispensación de los patriarcas, la dispensación de la ley y la dispensación de la gracia, la cual es la dispensación de la iglesia. Por tanto, ella constituye la totalidad, el conglomerado y una entidad compuesta que está conformada por todo el pueblo de Dios a lo largo de todas las generaciones. A través de las tres dispensaciones de los patriarcas, la ley y la gracia, Dios ha obtenido un pueblo que compone esta mujer universal y resplandeciente.

El hijo varón representa la parte más fuerte del pueblo de Dios. A través de todas las generaciones ha habido entre el pueblo de Dios algunos más fuertes que el resto. La Biblia los considera una unidad colectiva —el hijo varón— que pelea la batalla por Dios y trae el reino de Dios a la tierra. En la Biblia la mujer representa la parte más débil, y el hombre representa la parte más fuerte (1 P. 3:7). Por tanto, en Apocalipsis 12:5 el hijo varón representa la parte más fuerte del pueblo de Dios.

1. Los vencedores entre los creyentes

Como entidad que representa la parte más fuerte de la mujer universal, el hijo varón consiste de los vencedores entre los creyentes. El hecho de que el hijo varón pastoreará a las naciones con vara de hierro indica que el hijo varón está compuesto de los vencedores, como se menciona en Apocalipsis 2:26-27. En particular, el hijo varón está compuesto por los vencedores resucitados. Apocalipsis 12:11 indica que un determinado número de estos vencedores que componen el hijo varón son los que murieron como mártires por causa del testimonio del Señor. Esto demuestra que el hijo varón que la mujer dio a luz estará conformado por los santos vencedores que murieron y fueron resucitados.

Además, las palabras dio a luz en 12:5 significan resurrección, como en Hechos 13:33-34. Por tanto, el hijo varón está compuesto por los santos vencedores que murieron y fueron resucitados. El Señor Jesús fue dado a luz en resurrección para ser el Hijo primogénito de Dios. Por tanto, para Él la resurrección fue un nacimiento. Asimismo, el hijo varón será dado a luz en un nacimiento mediante la resurrección. Es por medio de la resurrección que el hijo varón llegará a existir en toda su plenitud. Esto significa que la resurrección de los vencedores que murieron equivale a dar a luz al hijo varón. Con base en esto podemos ver que el hijo varón no representa a los vencedores que permanecerán vivos hasta que el Señor regrese; más bien, el hijo varón representa a todos los vencedores que murieron, quienes serán resucitados poco antes del regreso del Señor.

2. Pastoreará a todas las naciones

Apocalipsis 12:5 dice que el hijo varón “pastoreará con vara de hierro a todas las naciones”. Esto denota la autoridad de Cristo (Sal. 2:9) que Él da a los vencedores (Ap. 2:26-27). El hijo varón, los vencedores resucitados, ejercerá la autoridad de Cristo sobre las naciones y las gobernará juntamente con Cristo durante el reino milenario (20:4, 6).

3. Será arrebatado a Dios y a Su trono

Apocalipsis 12:5 también dice que el hijo varón “fue arrebatado a Dios y a Su trono”. Ser “arrebatado” es experimentar el arrebatamiento. El arrebatamiento del hijo varón difiere del arrebatamiento de la mayoría de los creyentes, mencionado en 1 Tesalonicenses 4:17, en el cual la mayoría de los creyentes son arrebatados al aire cuando suena la trompeta final (1 Co. 15:52; 1 Ts. 4:16), que es la séptima trompeta (Ap. 11:15). Pero en Apocalipsis 12:5 el hijo varón es arrebatado directamente al trono de Dios antes de los “mil doscientos sesenta días”, que es el tiempo de la gran tribulación de tres años y medio (cuarenta y dos meses, v. 14; 13:5; 11:2) que se inicia a partir de la quinta trompeta (9:1). Por tanto, mientras que la mayoría de los creyentes serán arrebatados al aire cerca del final de la gran tribulación, el hijo varón será arrebatado directamente al trono de Dios en el tercer cielo antes de la gran tribulación.