Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Cuando Dios llamó a Moisés, él tenía una vara en la cual confiaba. Quizá cuando Moisés hablaba con Dios, él como hombre mayor, se apoyaba en esa vara. Su vara era su apoyo. Por tanto, la vara representa las cosas en las cuales confiamos.
Moisés estaba renuente a aceptar el llamamiento de Dios; él protestó diciendo que los hijos de Israel lo rechazarían afirmando que el Señor no se le había aparecido. Por tanto, el Señor le dijo a Moisés acerca de la vara: “échala en tierra. Y él la echó en tierra y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella” (v. 3). Cuando la vara fue echada al suelo, la serpiente que se escondía allí quedó expuesta. Aún antes de que la vara fuese echada, la serpiente ya estaba allí pero de una manera muy escondida. La Biblia revela que la serpiente intenta siempre esconderse en algo, detrás de algo o debajo de algo. En realidad, la vara en la cual se apoyaba Moisés era la serpiente, Satanás. A los ojos de Moisés, la vara era simplemente una vara sobre la cual él podía apoyarse, pero a los ojos de Dios, era la serpiente, cuya meta consistía en usurpar al hombre.
Todas las cosas en que nos apoyamos son una vara. Por ejemplo, si un hermano confía en su trabajo, éste se convierte en una vara para él. Sin embargo, para Dios la serpiente está escondida en ese trabajo porque desde este escondite, Satanás, la serpiente, busca usurpar al hermano. Podemos confiar en muchas personas o cosas: nuestra esposa o esposo, padres, hijos, capacidad, educación, propiedades, cuenta bancaria. La Biblia nos muestra que todas las cosas en que confiamos se convierten en la serpiente que usurpa. En la actualidad Satanás usurpa a toda la humanidad al esconderse él mismo dentro de las varas sobre las cuales se apoya la gente.
Todo aquel que ha sido llamado por Dios debe darse cuenta de que toda cosa sobre la cual se apoya es un escondite para la serpiente. El usurpador, enemigo de Dios, puede esconderse en cualquier cosa, asunto o persona en que nos apoyamos. Con el transcurso de los años, he aprendido a confiar en el Señor y no a apoyarme en ninguna clase de vara.
Observe por favor que Dios no le ordenó a Moisés que se deshiciera de su vara. Por el contrario, El le pidió a Moisés que la echara en tierra para que su verdadera naturaleza quedase expuesta. Aquí el punto es que todo lo que sea nuestra vara: nuestro marido o esposa, educación, trabajo, capacidad, cuenta bancaria, debe salir temporalmente de nuestras manos. Si la vara permanece en nuestra mano con la cabeza arriba, la serpiente no quedará expuesta. Pero si la echamos en tierra, entonces veremos con nuestros propios ojos, que nuestra vara en realidad es una serpiente. Exodo 4:3 afirma que cuando la vara de Moisés se hizo serpiente, “Moisés huía de ella”. Esta vara debe haber estado en posesión de Moisés durante muchos años y debe haber sido preciada para él. Pero cuando fue echada, dejó de ser agradable para él porque la serpiente que se había escondido dentro de ella durante este tiempo quedó expuesta.
El versículo 4 dice: “entonces dijo Jehová a Moisés: extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano”. El Señor quiere que echemos nuestras varas en tierra, y no que nos deshagamos de ellas. No se deshaga de su educación ni de sus ahorros: échelos en tierra. Después de que la serpiente escondida haya quedado expuesta, debemos levantarla por la “cola”. Esta es la mejor manera de vencer a la serpiente. Si usted toma una serpiente por la cabeza, puede morderle. Pero si usted la toma por la cola, perderá su poder y quedará rígida.
El cuadro de Moisés tomando la serpiente por la cola muestra que debemos solucionar las cosas de manera opuesta a la práctica de la gente del mundo. Lo que hace u obtiene la gente del mundo es para ellos mismos. Pero todo lo que hacemos y todo lo que tenemos debe ser para el Señor. Por ejemplo, cuando la gente mundana se casa, su vida matrimonial es para ellos mismos. Pero nuestra vida matrimonial debe ser para el Señor. En el mismo principio, cuando la gente mundana va a la universidad, lo hace para su propio beneficio. Pero los jóvenes en el recobro del Señor deben asistir a la universidad y estudiar diligentemente no para ellos mismos, sino para el Señor. Este principio se puede aplicar a nuestra relación con todo el mundo y con todas las cosas. Todo debe ser para el Señor.
Si tenemos cierta cosa o si hacemos algo de una manera común, es decir, al hacerla o tenerla para nosotros mismos, entonces nuestra vara tiene la cabeza de la serpiente arriba y la cola de la serpiente abajo. Pero si tomamos la serpiente por la cola, la manejamos de una manera opuesta a la de este mundo. Debemos llevar una vida matrimonial y una educación correcta; no obstante, no debemos tener estas cosas de una manera común, a la manera del mundo, sino a la manera del Señor. La manera del Señor siempre hace que la serpiente pierda poder y quede paralizada.
En la década del 30 visité a una de las universidades más destacadas de China, una universidad renombrada por la alta calidad de su escuela de medicina. Muchos hermanos en el Señor estudiaban allí. No obstante, después de casarse, casi todos estos hermanos fueron distraídos y se alejaron del Señor, principalmente por causa de sus esposas. Estos hermanos no sabían cómo tomar su matrimonio por la “cola”.
La Biblia no nos pide renunciar a nuestro vivir humano en lo absoluto. Por el contrario, debemos tener un vivir adecuado. Por ejemplo, la Biblia no prohibe que los jóvenes logren una buena educación. Pero los jóvenes deben aprender a tomar su educación por la “cola”. Los jóvenes también necesitan casarse; sin embargo, al hacer eso, no deben tomar la serpiente por la cabeza, sino por la cola. Esto significa que ellos no se casan conforme a la manera común, sino que deberían casarse de una manera que no es común, una manera que es para Dios. Esta manera es opuesta a la práctica común de la gente del mundo. Todos los hermanos casados deben amar a sus esposas, pero no deben amar a sus esposas de una manera común, es decir, al tomar la serpiente por la cabeza, sino de la manera que no es común, es decir, tomándola por la cola. En todos los aspectos de nuestro vivir humano, desde ir de compras hasta el corte de pelo, debemos tomar las cosas por la “cola”.
Todo puede ser un escondite para la serpiente. Aún en cada detalle de nuestro diario vivir práctico, la serpiente usurpadora está escondida, lista para morder a aquel que la toma por la cabeza en lugar de tomarla por la cola. Todo aquel que pretende ser enviado por el Señor debe saber que la serpiente se esconde en cada persona, en cada asunto, y en todas las cosas. Además, debe saber cómo echar este lugar escondido en tierra y cómo solucionar esta situación por la “cola”.
Finalmente, la serpiente que es tomada por la cola se convertirá en una vara de autoridad (4:4, 17; Lc. 10:19). Cuando Moisés tomó la serpiente por la cola, la serpiente se convirtió en la vara por la cual Moisés fue capaz de realizar señales (4:17). Esto indica que en las manos de Moisés, la vara transformada se convirtió en una vara de autoridad. Si somos las personas que manejan toda situación por la “cola”, tendremos poder, autoridad. Entonces la vara que tenemos no es una vara natural, sino una vara transformada. Esta vara está ahora en una posición invertida. Es esta clase de vara que constituye nuestra autoridad.
Hoy muchos cristianos hablan de poder. Pero cuanto más hablan de poder, menos poder tienen. No tienen el poder de vencer a la serpiente escondida. Nosotros los que somos ministros de Cristo, tenemos autoridad solamente al manejar las situaciones por la “cola”. Por ejemplo, si un hermano sabe como manejar la situación con su esposa por la “cola”, espontáneamente él tendrá autoridad. Sin embargo, yo he visto a muchos buenos hermanos, dotados y calificados pero con un punto muy débil: ellos daban demasiada importancia a sus esposas y les permitieron convertirse en la cabeza. Como resultado, estos hermanos perdieron poder y eran inútiles.
Si queremos ser llamados por Dios y enviados por El, debemos aprender a manejar a nuestros maridos o esposas, a nuestros hijos, y a todas las situaciones, no de una manera ordinaria, una manera común, la manera natural, sino de una manera totalmente distinta, por la “cola”. Si manejamos a una persona o cosa de una manera natural, ésta se convertirá en un escondite de la serpiente.
Moisés no usó su vara de una manera común. Si él la hubiera usado de una manera ordinaria, la serpiente todavía habría estado escondida dentro de ella. Sin embargo, después de echar la vara, la serpiente escondida quedó expuesta. Esto indica que a menudo debemos alejarnos de una situación y esperar para ver lo que sale de ella. Al mantenernos alejados de las cosas en que nos apoyábamos, su verdadera naturaleza quedará expuesta. Entonces diremos: “Esto no es algo querido ni agradable; es una serpiente tremenda”. En ese mismo momento Dios nos pedirá tomar la serpiente por la cola. Si la vara que se hace serpiente es nuestra esposa, debemos volverla a tomar y quererla de una manera totalmente nueva; debemos tomar toda la situación por la “cola”.
Cuando usted se casa, no puede abandonar la vida matrimonial. Los que hacen eso son inútiles para con el Señor. Usted debe permanecer casado, pero no de una manera común. Es fácil casarse de la manera común o abandonar la vida matrimonial. Esta es la razón por la cual existen tantos divorcios en este país. En lugar de tomar una de estas determinaciones, debemos tomar nuestro matrimonio por la “cola” y manejarlo para el Señor.
La señal de una vara que se hace serpiente es el cuadro de una experiencia muy subjetiva. Las personas o las cosas sobre las cuales nos apoyamos deben finalmente ser echadas y luego ser tomadas de nuevo cuando el Señor lo indique. Cuando los santos jóvenes están desilusionados por una situación particular, quizá quieran solucionarla al deshacerse de ella. Debemos alentarlos firmemente a no hacer eso. En lugar de deshacerse de ella, deben conservarla, no para ellos mismos ni por ellos mismos, sino para el Señor y por el Señor. No maneje ninguna situación por su capacidad natural; manéjela por la gracia. Manejarla por la gracia consiste en tomarla por la “cola”. Que todos aprendamos a manejar las cosas para el Señor y por Su gracia. Si hemos aprendido esta lección, esto es una señal firme, una evidencia clara de que hemos sido llamados por el Señor y enviados por El. Como llamados de El, sabemos cómo manejar cada situación como si fuese un escondite para la serpiente, y sabemos cómo vencer a la serpiente al tomarla por la “cola”. De esta manera tenemos autoridad.
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