Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4916-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En los mensajes anteriores, vimos que la mayoría de las enseñanzas cristianas se ha desviado de la meta. Desde luego, la gente que está perdida se ha desviado de la meta; pero aun aquellos que han sido salvos se han desviado de la meta. El hombre mismo es consciente de que en su vida tiene una carencia, pero en realidad no sabe cuál es. Los cristianos saben que han sido salvos, pero la mayoría de ellos no tiene una clara visión de que la intención de Dios es forjarse en ellos como vida. Independientemente de si hemos sido salvos o no, la intención de Dios es la misma: forjarse en nuestro ser como vida.
Todos los seres humanos carecen de algo. En nuestra vida diaria nos hace falta algo. Como esposos, tenemos una carencia. Como esposas, tenemos una carencia. No importa si somos ricos o pobres, de estrato social alto o bajo, tenemos una carencia. Sin embargo, muchos no saben qué es lo que les hace falta. Incluso aquellos que saben que les hace falta más de Dios, no saben que necesitan a Dios como vida.
Hoy en la tierra hay muchas cosas que parecen buenas, pero que nos distraen. La primera de ellas es la religión. Luego, tenemos la cultura humana. Además de esto, tenemos las enseñanzas éticas de un gran número de reconocidos filósofos y maestros. Muchas cosas son buenas, pero son muy engañosas. Algunos pensarán que necesitan más enseñanzas éticas. Otros pensarán que lo que necesitan es un buen carácter. Sin embargo, ninguna de estas cosas es lo que nos hace falta.
Algunas hermanas pensarán que les hace falta tener más paciencia. En su vida familiar con su esposo y sus hijos, todas ellas siempre piensan que necesitan tener más paciencia y siempre aprecian a aquellos que son más pacientes. Pero en realidad no saben lo que les hace falta. Las mismas personas que ellas aprecian por su paciencia también tienen la misma carencia. Tanto los que son impacientes como los que son pacientes tienen una carencia. A todos les hace falta lo mismo.
¿Qué es lo que nos hace falta a todos? Algunos enseguida responderán: “Jesús”. Eso es cierto, pero ¿qué significa decir que nuestra carencia es Jesús? Me temo que usamos la misma expresión, pero tenemos diferentes diccionarios. Decimos la misma palabra, pero diferimos en nuestro entendimiento. He venido llevando a cabo esta obra por muchos años, y todavía no tengo la terminología ni el vocabulario apropiado. Algunas palabras son las correctas, pero el cristianismo las ha echado a perder, pues se ha desviado por completo del significado apropiado de las palabras correctas.
En los mensajes anteriores vimos un poco acerca de la intención de Dios en los Evangelios de Mateo y Juan. Pero todavía no estoy tan seguro de que ustedes hayan visto este asunto. Quizás alguien diga que nuestra carencia es Jesús, pero ¿quién es Jesús? Hay miles de diferentes definiciones acerca de Jesús. Es muy difícil definir quién es Él, pero a la vez es muy sencillo. Las cosas de la tierra más complejas son las más sencillas. Por ejemplo, en estos momentos yo estoy respirando, pero si en treinta minutos mi respiración cesara, eso sería una señal de muerte. ¿Qué es entonces la muerte? Es difícil de definir. Igualmente es difícil definir lo que es la vida. Éstas son de las cosas más sencillas, pero a la vez son muy complejas. Lo mismo sucede con Jesús. Es sencillo entenderlo, pero a la vez es la persona más difícil de entender en el mundo.
Toda la historia humana, incluyendo todo el cristianismo y todas las demás religiones se han desviado de la meta. Esta meta es muy sencilla. Dios quiere forjarse en el hombre y Él nunca ha cambiado Su intención. En la creación, la intención de Dios era la misma. En la redención, la intención de Dios era la misma. En la salvación, la intención de Dios sigue siendo la misma. Por la eternidad, la intención de Dios será eternamente la misma. Dios nunca ha cambiado Su intención. Ésta es forjarse en usted y en mí como nuestra vida. No importa si somos personas salvas o si aún estamos perdidos, eso no cambia la intención de Dios. Si estamos perdidos, necesitamos la intención de Dios. Si somos salvos, aún necesitamos la intención de Dios. Si odiamos a otros, necesitamos Su intención. Si amamos a los demás, necesitamos dicha intención. No importa si somos jóvenes o viejos, la necesitamos. No importa si somos fuertes o débiles, la necesitamos. Independientemente de lo que seamos, de quiénes seamos o de dónde estemos, necesitamos que Dios se forje en nosotros.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.