LA CONCLUSIÓN
DEL NUEVO TESTAMENTO

MENSAJE TREINTA Y UNO

CRISTO: SU PERSONA

(11)

En este mensaje consideraremos la persona de Cristo en ascensión.

J. EN ASCENSIÓN

1. El Hijo del Hombre

En ascensión Cristo es el Hijo del Hombre. Esto significa que el Cristo que está en los cielos continúa teniendo Su humanidad; Él todavía posee una naturaleza humana.

Cuando el Señor Jesús era juzgado por el sanedrín, el sumo sacerdote le dijo: “Te ordeno que jures por el Dios viviente y nos digas si eres Tú el Cristo, el Hijo de Dios” (Mt. 26:63). El Señor respondió: “Tú lo has dicho; pero además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo” (v. 64). El sumo sacerdote le preguntó al Señor si Él era el Hijo de Dios, pero Él respondió refiriéndose a Sí mismo como el Hijo del Hombre. El Señor era el Hijo del Hombre en la tierra antes de Su crucifixión, y Él continúa siendo el Hijo del Hombre en los cielos a la diestra de Dios después de Su resurrección y ascensión. Además, incluso cuando Él retorne en las nubes, lo hará como Hijo del Hombre. El Señor parecía estarle diciendo al sumo sacerdote: “Tú me preguntas si soy el Hijo de Dios o no. Pero Yo te digo que soy el Hijo del Hombre. Incluso después que me hayan crucificado y haya resucitado de los muertos, estaré en el tercer cielo como un hombre”. En ascensión, Cristo continúa siendo el Hijo del Hombre.

Esteban vio al Cristo ascendido como Hijo del Hombre: “Él, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios” (Hch. 7:55-56). Esto es prueba adicional de que en ascensión Cristo continúa siendo el Hijo del Hombre.

Apocalipsis 1:13 indica que el Cristo ascendido es el Hijo del Hombre: “En medio de los candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre”. Aquí Cristo es revelado como el Hijo del Hombre. Él es tanto divino como humano. Como Sumo Sacerdote, Él cuida de las iglesias en Su humanidad.

Hay quienes no creen que en la actualidad Cristo continúa siendo el Hijo del Hombre. Ellos aducen que Cristo se hizo hombre mediante la encarnación, pero que en Su resurrección Él se despojó de Su humanidad. Ellos piensan que el Cristo actual es únicamente el Hijo de Dios y ya no es el Hijo del Hombre. Sin embargo, es erróneo enseñar que Cristo en ascensión ya no es el Hijo del Hombre. En ascensión Cristo continúa siendo tanto el Hijo de Dios poseedor de divinidad como el Hijo del Hombre poseedor de humanidad. Esto se halla revelado claramente en la Palabra de Dios.

2. Aquel que está a la diestra de Dios

En ascensión Cristo es Aquel que está a la diestra de Dios. Romanos 8:34 dice: “Cristo Jesús es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. Cristo murió por nosotros, Él fue resucitado y ahora Él está en los cielos a la diestra de Dios intercediendo por nosotros. En ascensión Cristo está a la diestra de Dios. “La diestra de Dios” denota preeminencia, el primer lugar de honor. Estar a la diestra de Dios es ocupar el primer lugar y el lugar más elevado del universo, y Dios ha puesto al Cristo ascendido allí. Dios le dio a Cristo la preeminencia y el más elevado honor en todo el universo. En la actualidad, nuestro Cristo está en el cielo más elevado con la posición más alta a la diestra de Dios.

3. Aquel coronado de gloria y de honra

En ascensión Cristo es Aquel que ha sido coronado de gloria y de honra. Hebreos 2:9 dice: “Vemos a Jesús, coronado de gloria y de honra, quien fue hecho un poco inferior a los ángeles para padecer la muerte”. Aquí la gloria y la honra son considerados una corona. La gloria es el esplendor relacionado con la persona de Jesús; la honra es la preciosidad relacionada con el valor de Jesús. Como Aquel ascendido con gloria y honra, Cristo se encuentra en un estado de gloria y en una posición de honra.

Siempre es una honra para una persona tener una posición elevada. El Cristo ascendido es glorioso en Su estado y es honorable en Su posición. Él ha recibido tal gloria y ha entrado en tal honra. Esta gloria y honra son la corona con la cual Él ha sido coronado.

En la tierra, cuando sufría la muerte, Cristo fue coronado con espinas; pero en el cielo sobre el trono, en Su deleite de exaltación, Él ha sido coronado de gloria y de honra. Apartemos la mirada de todo lo demás para fijarla en el Cristo ascendido, quien ha sido coronado de gloria y de honra.