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Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7932-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 11 de 17 Sección 2 de 5

EL PROBLEMA DE HABLAR EN LENGUAS
FABRICADAS POR EL HOMBRE

Quiero recalcarles a ustedes que en el Nuevo Testamento, las enseñanzas y los dones son cosas de niños. No podemos decir que las enseñanzas y los dones sean incorrectos si son genuinos, pero algunas enseñanzas y dones no son genuinos. En el Nuevo Testamento la palabra lenguas quiere decir un dialecto. ¿Cómo puede ser que cualquier sonido extraño hecho con la lengua sea un dialecto? Algunos dirán que este hablar raro es el dialecto de los ángeles, ¿pero cómo pueden los ángeles hablar así? Los que afirman esto se están engañando a sí mismos. Éstas no son lenguas genuinas; son lenguas fabricadas por el hombre. Algunos exhortan a otros a que giren la lengua, muevan su mandíbula y expresen algo, pero que no sea en su propio idioma. En el día de Pentecostés, nadie le pidió a Pedro que girara su lengua, ejercitara su mandíbula ni expresara algo, pero no en su propio idioma. El hablar en lenguas es una práctica milagrosa, algo sobrenatural. Dado que es una cosa sobrenatural, no es necesario que nadie enseñe a otros cómo hacerlo. Muchas veces he dicho a los que practican esto que el caso de Balaam y su burro, descrito en el Antiguo Testamento, es un caso genuino del hablar en lenguas (Nm. 22:28-30). Eso fue algo milagroso y sobrenatural. De repente un burro habló una lengua humana. Balaam no le dijo al burro que hiciera girar la lengua y moviera su mandíbula.

Las personas del movimiento de hablar en lenguas primero les dan una charla a los demás, así como algunos testimonios, con el fin de inspirarlos. Luego, les preguntan: “¿Está usted interesado en hablar en lenguas? Venga con nosotros a esta habitación”. Es probable que unas cinco o diez personas entren con ustedes en la habitación, y alguien les exhorte a que digan: “¡Alabado sea Jesús! ¡Alabado sea Jesús!”, cuanto más rápido, mejor. Luego, puede ser que ellos les impongan las manos sobre su cabeza y les indiquen que deben hacer girar la lengua, mover su mandíbula y decir algo pero no en su lengua materna. En San Diego en 1963, varios hermanos y yo nos hospedamos en la misma casa. El anfitrión sabía claramente que yo estaba radicalmente en contra del hablar en lenguas falso. Después de una reunión por la noche, cuando mi esposa y yo ya nos habíamos acostado, él y su esposa trataron de ayudarle a uno de los hermanos de habla china a que hablara en lenguas. El anfitrión impuso sus manos sobre él y le dijo que hablara algo que no fuese en chino ni en inglés. Como esto se prolongó por largo tiempo, un segundo hermano, hablando en chino, le dijo al primer hermano que hablara cualquier cosa, incluso un disparate. Puesto que la esposa del primer hermano era una china nacida en Indonesia, él había aprendido algo del idioma indonesio, así que dijo algo sin sentido en ese idioma. El anfitrión y su esposa estaban entusiasmados y comenzaron a aplaudir. A la mañana siguiente los hermanos me narraron toda la historia. Yo se la volví a narrar a nuestro anfitrión y le pregunté: “Hermano, ¿no es Cristo suficiente para que nosotros lo prediquemos? ¿Por qué tenía usted que hacer esto?”. En el famoso movimiento carismático, hay muchas historias como ésta. Yo estuve allí y vi esto. Ésta es la razón por la cual soy tan firme en este asunto. No estoy en contra de nada que sea genuino. Creo que hoy aquí en la tierra todavía se encuentra el hablar en lenguas genuino. Dios es viviente, y Él sigue siendo milagroso y sobrenatural. No obstante, no puedo creer en lenguas falsas que son fabricadas por el hombre.

AUN LOS DONES GENUINOS SON COSAS DE NIÑOS

Aun las lenguas genuinas también son cosas de niños. En 1 Corintios 13:8 y 11 leemos: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se volverán ineficaces, y cesarán las lenguas, y el conocimiento se tornará inútil [...] Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”. Si leemos el contexto de estos versículos, debemos admitir que lo que era de niños son los dones. Aun los dones genuinos, los dones verdaderos, son cosas de niños.

LA MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU

En el cristianismo hoy la enseñanza tradicional acerca de los dones no es confiable. Una enseñanza tradicional en cuanto a las reuniones dice que hay nueve dones como manifestaciones del Espíritu. No obstante, 1 Corintios 12:7 no usa la palabra manifestaciones en plural. Usa manifestación en singular. Los versículos del 7 al 10 dicen: “A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe en el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidad en el mismo Espíritu. A otro, realizar obras poderosas; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas”. En estos versículos Pablo menciona nueve elementos en la lista de los dones, pero ¿cree usted que la manifestación del Espíritu reside sólo en estos nueve elementos? El versículo 28 del mismo capítulo dice: “A unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros, luego obras poderosas, después dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversos géneros de lenguas”. En la lista incluida en los versículos del 7 al 10, no se menciona nada acerca de las ayudas y administraciones. Hechos 2:17 también dice: “En los postreros días, dice Dios, derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños”. Visiones y sueños también son la manifestación del Espíritu, pero estos dos elementos no se mencionan en 1 Corintios 12. En 1 Corintios 12:7-10 Pablo enumera sólo ciertos elementos de la manifestación del Espíritu como ejemplos. Esta lista no incluye todos los elementos. Hay muchos elementos propios de la manifestación del Espíritu.

De la misma manera, la enseñanza tradicional en el cristianismo dice a las personas que el fruto del Espíritu consta sólo de nueve elementos. Gálatas 5:22-23a dice: “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”. ¿Cree usted que el fruto del Espíritu consta sólo de estos nueve elementos? ¿Qué tal de la humildad, la justicia y la santidad? Estas virtudes no se mencionan en Gálatas 5. Tampoco menciona muchas otras clases de virtudes espirituales, pero cada clase de virtud espiritual es fruto del Espíritu. El apóstol Pablo enumeró sólo algunas como ejemplos. El fruto del Espíritu Santo no es sólo de nueve clases. Asimismo, la manifestación del Espíritu no es sólo de nueve elementos. Se mencionan como ejemplos sólo nueve elementos. En la Biblia claramente se mencionan al menos cuatro elementos como manifestación del Espíritu que no se mencionan en 1 Corintios 12, a saber: ayudas, administraciones, visiones y sueños. No debemos confiar en las enseñanzas tradicionales que recibimos del cristianismo. Ellas no son confiables ni adecuadas. Debemos regresar a la Palabra pura.


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