Información del libro

Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75)por Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6927-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 42 de 34 Sección 2 de 3

ENCONTRAR A DIOS EN LA PALABRA

Sin embargo, si usted no abre su ser ni ejercita su espíritu, tal vez se acerque a la Palabra en vano. Usted no debe leer la Biblia como si fuera un periódico. No obstante, Dios es misericordioso y muchas veces, aunque las personas abrían la Biblia sin la intención de encontrar a Dios, Él salió a su encuentro.

Uno de mis colaboradores, antes de ser salvo, pensaba que el cristianismo era una religión absurda del Occidente. Él era miembro de un partido político y un joven muy prominente en su distrito. En su opinión, China ya tenía las enseñanzas de Confucio; ¡no necesitaba de una religión extranjera del Occidente! Un día él entró en un templo budista. Por alguna razón, y como cosa extraña, sobre la mesa de adoración había una Biblia grande que se encontraba abierta. Él no sabía quién la había puesto allí, pero reconoció que era la Biblia de esa religión occidental que menospreciaba. Siendo curioso, quiso ver lo que ese libro decía. Como estaba abierta en el salmo 1, lo leyó y fue lleno de asombro. ¿Cómo podía esa religión occidental tener algo que era superior a Confucio? Así que, se robó la Biblia que estaba en el templo y se la llevó a casa.

Luego un día que tenía tiempo libre, se dijo a sí mismo: “Echémosle un vistazo a esa Biblia”. Mientras la leía, se encontró con Dios, o más bien, Dios salió a su encuentro. Él entonces comprendió que era un pecador, pese a que antes siempre se había considerado muy bueno. Aunque nunca había escuchado el evangelio ni había estado en ninguna reunión cristiana, se arrepintió, llorando e incluso rodando por el piso.

Este joven fue enteramente salvo y con el tiempo llegó a ser uno de nuestros colaboradores. Éste es, por tanto, un caso de alguien que fue salvo simplemente por medio de la Palabra. Dondequiera que esté la Palabra, si el entorno es propicio, la vida se manifestará. Esto equivale a decir que el Espíritu se manifiesta. El Espíritu en la Palabra brota en vida.

La Biblia es, pues, el lugar donde podemos contactar a Dios. ¿Cómo sabe usted que Dios se hizo hombre, y que Jesús vivió en esta tierra como Dios en carne humana? ¿Cómo sabe usted que Él murió en la cruz por usted y que usted fue crucificado juntamente con Cristo y está ahora sentado con Él en los lugares celestiales? Usted sabe todo esto porque la Biblia lo dice así. Si usted rechaza la Biblia, eso sería semejante a desechar a Dios y todos Sus logros, los cuales incluyen la redención, la salvación y la vida.

SER LLENOS POR MEDIO DE LA PALABRA

Acuda a la Palabra constantemente. Aunque la lea más de cien veces, no se aburrirá. Cada vez que la lea, ella le brindará un fresco suministro. Éste es el lugar donde podemos contactar a Dios. Los pentecostales tal vez le digan que usted puede experimentar a Dios hablando en lenguas. Yo intenté esto por año y medio, pero no obtuve muchos resultados. Con base en mi experiencia, puedo decirles que la mejor manera de ser llenos en el espíritu es sumergirnos en la Palabra. Si usted se siente como una llanta desinflada, la Biblia es la bomba. ¡Ella lo llenará de pnéuma! Ayunar no lo llenará; he visto a algunos que han intentado eso. Cuanto más ayunaban, más desinflados estaban.

Si usted permite que “la palabra de Cristo more ricamente en” usted (Col. 3:16), el resultado de ello será que estará “cantando con gracia en [su corazón] a Dios”. El pasaje análogo a éste, Efesios 5:18-19, nos dice: “Sed llenos en el espíritu, hablando unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones”. La palabra que lo llena a usted llega a ser el Espíritu.

“El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn. 14:23). A fin de que el Dios Triuno permanezca en usted, es menester que usted guarde Su palabra. Su palabra, que también es la verdad, es la que lo santifica (17:17).

Los aliento a todos ustedes a que lean la Palabra tres veces al día. Si la han estado leyendo por diez minutos cada mañana, estoy seguro de que han descubierto lo rica que ella es y que diez minutos no son suficientes. Queridos santos, sumérjanse en la Palabra. Ustedes notarán una gran diferencia.

Mientras leen, oren. Oren de una manera viviente, usando lo que leen como su oración. De este modo, la Palabra entrará en su ser y recibirán un suministro de vida. Sus riquezas lo satisfarán, no simplemente día a día, sino también año tras año. Toda la rica ayuda se encuentra aquí en la Palabra. Los cristianos muy a menudo buscan ayuda en otras cosas; quieren que otros vengan y los ayuden. Pero todas las riquezas están justamente en la Palabra; éste es el lugar al que debemos recurrir en busca de ayuda. Sin embargo, no esperen obtener resultados mágicos; simplemente acudan regularmente tres veces al día y recibirán el suministro que necesita.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top