Sacerdocio, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0324-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Para definir lo que queremos dar a entender con la palabra “sacerdocio”, examinemos algunos versículos: “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Ex. 19:4-6, el énfasis, en letra bastardilla, es nuestro). “Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo ... Mas vosotros sois un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable” (1 P. 2:5, 9). “Al que nos ama, y nos liberó de nuestros pecados con Su sangre, e hizo de nosotros un reino, sacerdotes para Su Dios y Padre; a El sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén ... y cantan un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre compraste para Dios hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación; y de ellos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinarán sobre la tierra ... Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El mil años ... Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y Sus esclavos le servirán, y verán Su rostro, y Su nombre estará en sus frentes” (Ap. 1:5-6; 5:9-10; 20:6; 22:3-4).
La palabra “sacerdocio” es la traducción de dos palabras griegas, una de la cuales se refiere al oficio o ministerio del sacerdote (He. 7); mientras que la segunda palabra, la más importante, alude al cuerpo de sacerdotes, o sea, al grupo o colectividad de sacerdotes (1 P. 2:5, 9). Aunque la palabra en español incluye las dos definiciones, en griego son dos palabras diferentes.
En la economía y la administración de Dios, el sacerdocio es el ministerio principal. Dios tiene una administración o economía divina en el universo, que es la forma en que El dispone e imparte lo que El desea; por lo tanto es una especie de impartición. Según la Biblia, hay tres ministerios principales: el sacerdocio, el reinado y el ministerio profético. Entre éstos tres, el sacerdocio es el más importante, ya que produce la función del rey y de los profetas. En otras palabras, tanto el rey como los profetas dependen de la función del sacerdocio.
Por lo general se entiende que el sacerdote es “la persona que tiene la profesión de servir a Dios”. La mayoría de los creyentes diría que un sacerdote es alguien que sirve a Dios, lo cual es correcto, pero ¿qué significa servir a Dios? Ellos responderían: “Es trabajar para El”. Tal respuesta no es acertada. Afirmar que el sacerdote es alguien que sirve a Dios es correcto, pero decir que servir a Dios es solamente hacer algo para El, es errado.
Para comprender lo que es un sacerdote, necesitamos comprender el plan completo de Dios. El tiene un propósito específico y desea cumplirlo. Según lo que se revela en las Escrituras, El desea forjarse a Si mismo en un grupo de personas, a fin de ser su vida y de que ellos lleguen a ser Su expresión. Dios creó al hombre basándose en este plan.
El hombre está diseñado para recibir a Dios y ser lleno y empapado de El, hasta que Dios brote de él, y él exprese a Dios en su vida diaria. Esta es una definición breve de lo que es un sacerdote. El sacerdote debe tener contacto con Dios, y ser lleno y completamente poseído por El para que sea edificado juntamente con otros en el fluir de la vida divina; entonces el sacerdocio será la expresión viva y corporativa de Dios.
En el cristianismo se tiene la idea de que si amamos al Señor, debemos trabajar para El, lo cual es un concepto natural y religioso, que no concuerda con la revelación bíblica. Dios no nos llamó con la intención de que trabajemos para El, sino de que, en primer lugar, abramos nuestro ser a El a fin de que entre en nosotros, nos llene y nos inunde hasta que posea cada parte de nuestro ser, el cual debe ser lleno y empapado de Dios. Entonces seremos uno con El y no sólo estaremos revestidos de Su poder, sino que además estaremos empapados interiormente de El en todo. Así, Dios brotará espontáneamente de nosotros, y seremos edificados junto con otros en esta corriente de vida.
Debo repetir que el sacerdote no es simplemente una persona que trabaja para Dios. Dios no tiene la intención de llamarnos a hacer algo para El, sino que desea que respondamos a Su llamado abriéndole nuestro ser y diciéndole: “Señor, heme aquí, no para trabajar para Ti, sino para que me llenes de Ti, me poseas y me hagas uno contigo”. Nunca podremos trabajar para el Señor ni ser verdaderos sacerdotes, si no somos uno con El. La función principal del sacerdote no es trabajar, sino pasar tiempo en la presencia del Señor hasta llegar ser uno con El en el espíritu. El sacerdocio que Dios desea obtener es un hombre corporativo que esté lleno y empapado de El.
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