Información del libro

Nuestro espíritu humanopor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-259-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 4 de 10 Sección 2 de 2

UN ESPIRITU NUEVO

Cuando creímos en el Señor Jesús, recibimos otra vida. Recibir otra vida significa ser regenerado. Ya teníamos una vida, nuestra vida humana, y ahora recibimos otra vida en nosotros, la vida divina. Esta vida divina entra en nuestro espíritu. “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn. 3:6b). Estábamos en el basurero, pero un día Dios nos sacó del basurero. Dios nos redimió. Al mismo tiempo, El se puso a Sí mismo en nosotros como el Espíritu divino. Entonces recibimos la vida divina. Entonces nacimos del Espíritu. ¡Alabado sea el Señor! Tenemos regeneración. Tenemos otra vida. Otro Espíritu ha entrado en nosotros, el cual es realmente algo nuevo. Ahora tenemos un espíritu nuevo que es el cumplimiento de Ezequiel 11:19, 18:31 y 36:26. Dios prometió darnos un espíritu nuevo y El hizo esto regenerándonos con Sí mismo como el Espíritu. Cuando creímos en el Señor Jesús, cuando invocamos Su nombre como nuestro Salvador, cuando lo recibimos en nosotros, el Espíritu divino entró en nosotros para ser nuestra vida y fuimos regenerados. Fuimos renovados y nuestro espíritu fue hecho nuevo. Nuestro espíritu llegó a ser un espíritu nuevo.

UNA VEZ MUERTOS PERO AHORA VIVOS

Efesios 2:1 nos dice que estábamos muertos en pecados. Eso no quiere decir que estábamos muertos en nuestro cuerpo. En el sentido físico, todavía estábamos bastante vivos y activos. Eso no significa que estábamos muertos en nuestra mente, en nuestra alma o en nuestras emociones. En nuestra alma todavía estábamos bastante vivos, pero debido a la caída nuestro espíritu estaba muerto.

Cuando creímos en el Señor Jesús, el Espíritu divino, el Espíritu Santo de Dios, entró en nuestro espíritu para avivarlo y vivificarlo otra vez. Dios no solamente vivificó a nuestro espíritu muerto, sino que El también se puso a Si mismo en nuestro espíritu. Ahora el Espíritu divino está en nuestro espíritu humano y estos dos se han hecho uno (1 Co. 6:17). Esto no es solamente algo vivificante, sino que es también una regeneración. Dios no simplemente vivifica a los muertos, sino que también regenera a los que ya existen. Ahora nuestro espíritu tiene un nuevo comienzo.

ADORANDO EN ESPIRITU

El evangelio de Juan nos dice que después del nuevo nacimiento, tenemos que aprender cómo adorar a Dios. Dios es Espíritu. Cuando le adoramos, debemos adorarle en espíritu: no en el Espíritu Santo, sino en nuestro espíritu. “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn. 4:24). El asunto de adoración incluye todas las cosas espirituales. La adoración en la Biblia significa servir a Dios, orarle a El, alabarle a El, darle gracias y compartir unos con otros en la presencia de Dios. Lo que hagamos para Dios, con Dios y en Dios debe ser hecho en nuestro espíritu. Este es un principio establecido, pero algunos de nosotros aún no sabemos cómo usar nuestro espíritu. Aun muchos cristianos no saben que tienen un espíritu. En doctrina, puede que ellos sepan que hay algo que se llama el espíritu humano, pero en práctica no saben cómo usar el espíritu. Esta es la pobre situación hoy, pero para el recobro de la vida de la iglesia, es necesario el recobro del espíritu humano.

Si no estamos en nuestro espíritu humano, lo único que tenemos es doctrina. Si usted tiene alguna realidad espiritual, ésta es algo en su espíritu. Necesitamos tener la experiencia, la realización del Espíritu divino en nuestro espíritu humano. Dios ha regenerado nuestro espíritu. Nuestro espíritu ya no es un espíritu muerto. Nuestro espíritu ha sido vivificado y nuestro espíritu ha sido regenerado. Ahora tenemos al Espíritu divino morando en nuestro espíritu humano.

EL ESPIRITU VIVIFICANTE,
REGENERADOR Y RESIDENTE

Hay tres pasos en este asunto de la regeneración. Primero, el Espíritu divino entra en nuestro espíritu para vivificar a nuestro espíritu muerto. Luego, al mismo tiempo el Espíritu divino imparte a Cristo, a Dios, dentro de nuestro espíritu. Esto es el regenerar. Después de esto y al mismo tiempo, el Espíritu Santo comienza a morar en nosotros. Esto es el residir. Por la regeneración no sólo tenemos el vivificar y no simplemente el regenerar sino también el residir.

No sólo tenemos el poder del Espíritu, sino también la vida. No sólo tenemos la vida, sino también la presencia, el Espíritu mismo. Su poder de vida nos vivifica, Su vida misma nos regenera y Su presencia reside en nosotros. Tenemos el Espíritu vivificante, el Espíritu regenerador y el Espíritu residente en nuestro espíritu. Ahora tenemos que servir al Señor, adorar a Dios, hacer Su obra, tener comunión con El, tener comunión en El unos con otros, ayudar a otros y predicar el evangelio con el Espíritu en nuestro espíritu.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top