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EL REINO DE LOS CIELOS

El segundo punto relacionado con el testimonio positivo que Juan dio acerca de Cristo es el reino de los cielos. El verdadero significado del reino de los cielos es el dominio celestial, el gobierno celestial. Hoy muchos jóvenes se han vuelto rebeldes y se comportan como si no estuvieran sujetos a ninguna ley. No están sujetos a ningún gobierno, ni al gobierno de sus padres ni al gobierno de sus escuelas. De hecho, están bajo el gobierno de sus concupiscencias. Nunca me hubiera imaginado que esto podría haber ocurrido a los jóvenes de este país, pero sé que el que ha causado todo esto es Satanás, el enemigo de Dios.

No sólo los jóvenes, sino los mayores son rebeldes a los ojos de Dios. Ninguno está bajo el gobierno celestial de Dios. Tanto los jóvenes como los mayores son rebeldes, y ninguno está bajo el gobierno de Dios. ¿Por qué hay tantos divorcios hoy? Simplemente porque el esposo y la mujer no están bajo el gobierno de Dios. ¿Por qué un marido discute con su mujer, y por qué una mujer discute con su marido? Simplemente porque ninguno está bajo el gobierno celestial de Dios.

Supongamos que una hermana tiene el hábito de discutir con su marido. ¿Cómo podemos ayudarla? La manera común es enseñarle que debe aprender a someterse como lo explica Efesios 5. Sin embargo, si solamente tratamos de enseñarle de esta manera, quizás nosotros mismos no nos hemos sometido al gobierno celestial de Dios. Si nosotros estamos bajo el gobierno celestial, tendremos el espíritu y la vida para ayudar a esta hermana a entender que no se trata de discutir intercambiando palabras, sino de ser gobernada por Dios. Se trata de someternos al gobierno celestial. “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt. 3:2). Si ayudamos a otros con el concepto de que debemos ser buenos y no malos, no los llevamos a someterse al gobierno celestial. Lo que las personas necesitan hoy es someterse al gobierno celestial. Lo que importa no es lo bueno que seamos o si nos comportamos bien en nuestra familia, sino el hecho de estar bajo el gobierno de Dios. Lo que me interesa es si ustedes están bajo el gobierno de Dios o no. Si no lo están, todo lo que hagan no significa nada.

Muchas veces los jóvenes me han preguntado por qué no pueden hacer algo aunque nadie les haya dicho que no lo hicieran. Sin embargo, no se trata del por qué no podemos hacer ciertas cosas, sino de estar o no bajo el gobierno de los cielos. Si estamos bajo el gobierno celestial, tendremos el espíritu y la vida, y entonces podremos ministrar esta vida a los demás a fin de que ellos también puedan someterse a este gobierno celestial.

No me gusta ver que los jóvenes participen en ciertas cosas, ni me gusta ver la manera en que se visten muchos de ellos hoy. Sin embargo, tampoco me gusta corregirlos. Si la iglesia posee la vida bajo el gobierno celestial, y si esta vida es ministrada a los jóvenes, ellos cambiarán sin que nadie los corrija. No creo que nadie bajo el gobierno celestial participe en ninguna de las cosas malignas o mundanas de hoy. Ustedes no necesitan preguntarme lo que deben hacer o cómo deben vestirse, pero sí deben estar bajo el gobierno celestial.

El reino de los cielos hoy está dentro de nosotros, y el gobierno celestial hoy no es nada más que Cristo. Él es el gobierno, Aquel que gobierna en nosotros. Debemos acudir a Él. Todos necesitamos volvernos de esta manera, volvernos a Aquel que ejerce el gobierno celestial en nosotros. No necesitamos corregirnos; simplemente tenemos que volvernos a Cristo, quien es Aquel que ejerce el gobierno celestial en nosotros. Entonces sabremos dónde estamos.

LA POSICIÓN APROPIADA

Los primeros dos puntos relacionados con el testimonio que Juan dio acerca de Cristo nos proporcionan la posición apropiada. Es necesario estar en la posición donde nos volvemos al Señor continuamente, y es necesario estar en la posición donde estamos bajo el gobierno celestial: no podemos permitirnos descuidar estos dos asuntos. Debemos mirar al Señor para que Él haga que tomemos en serio todo esto. Tenemos que volvernos al Señor, cambiar nuestro concepto y estar bajo el gobierno celestial. Debe haber un gobierno celestial dentro de nosotros gobernando, dominando y reinando por dentro. Ésta es la posición apropiada que debemos adoptar.

Cada uno de los cuatro siguientes puntos del mensaje de Juan se relaciona con Cristo: Cristo es el Hijo de Dios, Cristo es el Cordero de Dios, Cristo es Aquel que bautiza con el Espíritu Santo, y Cristo también es el Novio. Sin embargo, si vamos a participar de Cristo en estos cuatro aspectos, tenemos que estar en la posición apropiada. Ésta es la posición de aquellos que se han vuelto al Señor a fin de estar bajo el gobierno celestial. Algunos han dicho que no les ayuda invocar al Señor. Para aquellos que no están en la posición apropiada, por supuesto que no es de provecho. Necesitamos estar en la posición correcta, la posición que consiste en volvernos al Señor bajo el gobierno celestial. Si simplemente nos volvemos al Señor y estamos bajo Su reinado celestial, comprobaremos que es realmente provechoso para nosotros invocar Su nombre. Juan nos dice primero que necesitamos estar en la posición correcta. Debemos arrepentirnos, y debemos estar en el reino celestial. Entonces estamos en la posición donde podemos disfrutar a Cristo en los cuatro aspectos restantes.