Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0428-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-0428-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Ahora tendremos comunión acerca de los principios del servicio espiritual que debemos rendir a Dios. Hay cuatro principios que todos tenemos que ver.
En primer lugar debemos ver que tenemos que servir a Dios como miembros del Cuerpo que somos. Es por esto que Pablo, después de dar tantas enseñanzas en los once primeros capítulos de Romanos, llevó a los santos al asunto del Cuerpo en el capítulo 12. El dijo: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (v. 1). Basado en esto, continuó hablando acerca del servicio en el Cuerpo (vs. 4-5). Dijo que todos somos miembros de un solo Cuerpo. Considere usted los miembros de su propio cuerpo; ninguno es independiente. Cada uno, ya sea grande o pequeño, está moviéndose, actuando, funcionando en el cuerpo. Mire la situación de hoy. No es necesario decir que no vemos el Cuerpo, ni siquiera podemos ver a un verdadero grupo de cristianos que sirvan juntos. Hay muchas opiniones, conceptos y diferentes puntos de vista. ¿Quién está equivocado? y ¿quién tiene la razón? Finalmente todos no sólo están equivocados, sino también separados del Cuerpo. Supongamos que la mano de usted esté limpia, pero ha sido separada del cuerpo. Sería mejor estar sucio y permanecer en el cuerpo, que estar limpio y separado.
El segundo principio de nuestro servicio espiritual es que debemos servir en nuestro espíritu y por medio del Espíritu Santo. Sin estos dos espíritus, nuestro servicio no es nada. Pablo dice: “Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio” (Ro. 1:9). También dice que somos “los que en espíritu servimos a Dios” (Fil. 3:3). Sabemos esto, pero no lo practicamos. Ser llenos del Espíritu y tener el derramamiento del Espíritu no depende de nuestros sentimientos. Depende de cuán dispuestos estamos para tomar la cruz de Cristo. Debemos tomar la muerte de Cristo; entonces el Espíritu seguirá al Cristo crucificado. En esto se encuentra nuestro poder.
También debemos aprender a no servir por medio de nuestra capacidad o habilidad natural. Debemos aprender a recurrir al Señor, a confiar en El y a recibir Su muerte y a poner esta muerte en nuestra experiencia diaria. También debemos tener la oración adecuada y suficiente. Entonces seremos personas llenas del Espíritu. El Espíritu nos llenará por dentro y nos vestirá por fuera. Seremos personas que tienen al Espíritu actuando en nuestro espíritu y obrando a través de nuestro espíritu, y usaremos el poder del Espíritu por medio de ejercitar nuestro espíritu. Esto es lo que se necesita en estos cuatro pasos: en la predicación del evangelio, en la nutrición de los nuevos creyentes, en el perfeccionamiento de los santos y en el asunto de profetizar. Por eso, muchos santos no pueden profetizar porque no tienen mucho del Espíritu y no saben cómo usar su espíritu, cómo ejercitar su espíritu. Si practicaran el ejercicio del espíritu para tocar al Espíritu Santo, con el tiempo les sería fácil profetizar.
Otro principio es que nuestro servicio debe ser por medio de la vida, no de las capacidades o dones. Debemos aprender a ministrar vida a otros. Cada vez que conocemos a alguien, debemos aprender cómo ejercitar nuestro espíritu para dispensar en tal persona al Cristo vivo junto con Su palabra viviente como vida. Tanto la alimentación como la nutrición implican que se imparte el suministro de vida. La alimentación de un niño llevada a cabo por su madre es una clase de dispensar de vida. Asimismo, los asuntos de perfeccionar y de profetizar sólo pueden ser llevados a cabo por el Espíritu y con la vida.
Finalmente, nuestro servicio debe tener como fin la edificación del Cuerpo de Cristo y no nuestra propia obra. No importa cuánto tiempo hayamos estado sirviendo en el recobro del Señor, es posible que no hayamos proporcionado mucha edificación al Cuerpo de Cristo.
Todos necesitamos ver estos cuatro principios para nuestro servicio espiritual a Dios. Nuestro servicio debe ser: en el Cuerpo, en nuestro espíritu y por medio del Espíritu Santo, por la vida, y para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.